domingo, 14 de octubre de 2012

La 'audiencia irreal' del programa real


MADRID.- La 1 ha estrenado un programa sobre las actividades del Jefe del Estado los sábados por la mañana. Un favor a la Casa Real realizado en comandita entre Zarzuela y TVE. Tras el affaire Urdangarín y el paquidermogate, a nadie se le escapa que la Casa Real ha iniciado una evidente operación de apuntalamiento de la institución y/o lavado de imagen. Tras las fotos del aniversario de Letizia con su naturalidad de revista de papel couché y el rediseño de la página web de Zarzuela, llega Audiencia Abierta, el Sé lo que hicisteis la última semana de nuestro Jefe de Estado y su heredero.

1. Quién está detrás
Miguel Ángel Sacaluga, 34 años disfrutando de sus prebendas como grande de España de la aristocracia audiovisual o, lo que es lo mismo: 34 años trabajando para RTVE en cargos de dirección. Sacaluga andaba retirado en su confortable sillón del Consejo de Administración de RTVE, al que llegó a propuesta del PSOE, y casi nos habíamos olvidado de él hasta su triste actuación en el Caso del iNews. Recordemos: aunque así escrito quede muy Silicon Valley 2.0, iNews fue un intento del PPSOE por controlar la información de TVE antes de su publicación. Con la reforma del Consejo de Administración aprobada por el PP, su futuro no era precisamente boyante. Hasta ahora.

2. Quién está delante
Ángela Bravo, antigua presentadora de Informe Semanal, es la encargada de la conducción. En la presentación afirmó querer “huir de la frivolidad”, algo a lo que no ayudan ni un set de colores azules con un logo extrañamente parecido al de El programa de Ana Rosa, ni su ubicación en la parrilla (sábados, entre un programa de cocina y uno de moda). De hecho, viendo la sucesión de planos cortos y medios de Audiencia Abierta, uno tiene la inquietante sensación de oír reverberar en su cerebelo el suave acento canario de Cristina García Ramos en Corazón, corazón, especialmente cuando Letizia hizo la cobra al Príncipe en el Día de la Banderita.

3. Qué hay dentro (Primera parte)
El programa tiene un formato de informativo (según Bravo el programa pretende “informar y nada más”) y se divide en dos partes. La primera de ellas consiste en la agenda semanal del Jefe de Estado. Para la inauguración, tocaba la Fiesta Nacional del 12-O pero, en realidad, el programa destacó lo-que-dicen-que-dijo-el-Rey-que-en-realidad-no-dijo. Esto es, el asunto Wert y la españolización. En el extraño concepto que tiene Audiencia Abierta de “informar y nada más” sería algo así: dice Zarzuela que el Rey no ha dicho esta boca es mía y dice Audiencia Abierta que lo que dice Zarzuela va a misa. La segunda noticia fue que, este 12 de octubre no ha habido “pitos ni abucheos como otros años” (traducción: "la culpa era de Zapatero"). Menos aún iba a hablar el Rey de asunto tan sensible después de la reacción a su carta en Internet (traducción: “el Rey ha aprendido: muertos galgos y podencos se acabó la rabia").
El bloque acaba con piezas sobre la opinión del Príncipe sobre la independencia en Cataluña y los cambios en la tribuna de notables, la austeridad del desfile y el sentido de la fiesta. Resumiendo: Felipe dice que de independencia, nada de nada; Elena ya sabía que su desplazamiento oficial “tenía que llegar” y Urdangarín se ha quedado fuera por estar apartado “de la agencia oficial”; la Casa Real sabe que los tiempos no están para estirar más el puño que la camisa y el 12-O está pensado para aumentar nuestras relaciones de buena amistad, especialmente económicas, con nuestros primos latinoamericanos. Bueno, hemos pasado ya la mitad del programa y lo más asombroso es que han realizado cuatro piezas distintas con prácticamente las mismas imágenes: besamanos, saludos castrenses, desfile militar y charletas informales. Un bucle visual narcoléptico.

4. Qué hay dentro (Segunda parte)
La segunda parte es un poco más animada (pero tampoco demasiado, no se vayan a pensar). El Rey en el Instituto Cervantes pidiendo que se luche por el español. El Príncipe en el centro de F.P. Juan de Herrera de Valladolid pidiendo que se luche por la educación. Primera vez que el monarca y su heredero hablan (todo discurso oficial), y que aparece gente protestando aunque no sabemos por qué ni contra quién (estos no hablan). Llega el momento más ligero: la parte destinada a explicar quién es y qué hace el Jefe del Estado y, para ello, el programa recurre al método Juego de niños. Gallifante para la alumna del colegio de Casa de la Virgen, muy mona ella, que afirma que “El Rey es el que firma los billetes”.
Un poco de didáctica para el niño y la niña a cargo de los Presidentes del Congreso y del Senado de ayer y de hoy: Bono, Posada, García Escudero y Rojo, sobre la relación del Rey con el Poder Legislativo. A tenor de lo oído y del vergonzoso absentismo en las Cámaras alta y baja, parece que al Rey le interesa más lo que ocurre en el hemiciclo que a los propios políticos. Problema: a ver quién se cree lo que dicen los representantes de un sistema que, según las encuestas, preocupa a casi un 80% de la población. Todo maravilloso aunque, según Rojo “hay que mejorar la transparencia”. Pues para eso está Audiencia Abierta, ¿no?
Impasse para darle un poco al archivo de TVE, que siempre viene bien. Historia de la Corona. Capítulo 1: La Transición. No esperen sorpresas: salen los de siempre diciendo lo de siempre. Suárez (entrevista de 1995) que con él, el Rey se la jugó; González, que fue generoso en no ejercer su poder absoluto; Fraga, que la democracia llegó gracias a él y, Carrillo, que entre democracia y dictadura prefirieron lo primero. Fin.
Turno ahora para compararnos con otras casas reales. Empezamos a lo grande, por la más importante, la de Windsor: Isabel II es muy querida pero gasta mucho más que nosotros y aun así la quieren y la respetan. Su hijo Carlos, sin embargo, gasta también mucho pero no es tan querido como Felipe. ¡Y solo tienen un 20% de republicanos! ¡Albricias!
Nosotros tenemos pompa y boato pero ¿hemos dicho ya que somos más austeros? Un momento de glamour monárquico con la entrega de credenciales en el Palacio de Oriente a los nuevos embajadores (decepción: no nos enseñan ni los Ferrero Rocher ni a la ex Miss África y embajadora de Nigeria que, según El Mundo, fascinó al monarca).
Son las únicas imágenes inéditas además de las que cierran el programa. Antes, Fiesta de la Banderita (ya saben, Felipe paseando por el centro de Madrid) y 20 años del Thyssen Bornemisza, que a nuestros reyes les gusta mucho la cultura (bastante poco Tita Thyssen, por lo visto). Y llega el momento cumbre final: la Zarzuela nos abre sus puertas y vemos que todo está como los chorros del oro. Se nos cuenta que era una vivienda muy modesta; que el Rey y la reina plantaron todo tipo de árboles y levantaron una ermita. Eso sí, no se ve un alma en su interior. Parece un castillo encantado o un vídeo de anuncio de Idealista.

5. El veredicto
No se explica que, con 8.000 periodistas en paro desde que se inició la crisis, los que cubren Casa Real sean tan rematadamente malos. Desde el inmortal cutre vídeo casero “lo siento, no volverá a ocurrir”, hasta las fotos a lo ¡Hola! del cumpleaños de Letizia, pasando por el asunto de los galgos y podencos, ninguna de las iniciativas destinadas a dignificar a la institución lo están consiguiendo. Audiencia Abierta no va a ser una excepción. Es más, al camuflar como “información” lo que en realidad es un tentáculo más de la oficina de prensa de Zarzuela, puede resultar hasta contraproducente. Es tan aburrida y falta de contenidos como la Despedida y cierre con la que nos acostábamos hasta 2001. 

El NO+DO monárquico / Ferrán Monegal *

Algo había que hacer, estamos de cuerdo. Entre lo de Urdangarin, lo de Corinna -llamada la reina bis--, lo del pobre elefante de Botswana, y la famosa carta en la que se consideran puras quimeras las aspiraciones de Catalunya, con todo esto tan horribilis, los estrategas de la Zarzuela han decidido poner en marcha un plan para acercar la monarquía al pueblo con una formula que transmita respeto y simpatía.

 El proyecto ha cristalizado en un programa que acaba de estrenar TVE-1: Audiencia abierta. ¡Ah! Es un trabajo elocuente y pulcro sobre la figura, los trabajos y los días, del rey Juan Carlos I y de su heredero, el príncipe Felipe. Imágenes de ambos en la reciente Fiesta Nacional. Imágenes del Monarca hablando con Rajoy después de la parada militar («No conocemos los detalles de lo que hablaron, pero fuentes de la Zarzuela aseguran que el Rey no reprobó las palabras del ministro Wert, en absoluto»). Imágenes de Felipe con un off que decía «El Príncipe se queda con la Catalunya real frente a lo que califica como la espuma que hacen y dicen unos y otros». Más imágenes del Príncipe el día de la Cruz Roja besando a Letizia, y en Valladolid, preocupado por el paro juvenil. Imágenes del Rey en cumbres iberoamericanas. Apartado didáctico sobre el papel del Rey, con niños lanzando opiniones ingenuas y simpatiquísimas. Pinceladas históricas de cuando Juan Carlos era príncipe, señalando la modestia en la que vivía en la Zarzuela («De seguridad, un par de vehículos destartalados, y de servicio un conserje, su mujer y su hija como cocinera y doncella»). En definitiva, les ha salido una versión modernizada de aquel NO+DO de antes, tan bonito, tan fervoroso y tan instructivo.

Dos momentos cabe resaltar de forma especial. Uno, pintoresco, cuando en el apartado Otras monarquías hablan de la inglesa y nos dicen: «Es la más cara de Europa. Cifra oficial: 40 millones de euros. Según los activistas de Republic, el gasto alcanza los 200 millones». ¡Ah! Reconforta conocer al menos las tremendas cifras de Isabel II, dado lo poco que sabemos de la monarquía de aquí. Otro momento, más meditable, es cuando el Rey evoca su entrada en las Cortes de la democracia: «Fue impresionante. La sensación que tuve fue que allí estaban las dos Españas, y que era una España reconciliada». Hermosa sensación. Lástima que 35 años después las dos Españas sigan, y que la reconciliación todavía no se haya producido.

(*) Periodista

http://www.elperiodico.com/es/noticias/tele/nodo-monarquico-2225047