domingo, 27 de enero de 2013

El coronel Martínez Inglés responde tras conocer que será juzgado por "calumnias al Rey"

MADRID.- El pasado viernes, día 18 de enero, el coronel Martínez Inglés recibió en su domicilio una cédula de citación del Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional, por la que se le convoca para que acuda el día 13 de febrero próximo, a las 11,30 horas de la mañana, a la Secretaría de dicho Juzgado al objeto de asistir al acto del Juicio Oral en el Procedimiento que se le sigue en ese tribunal especial por un presunto delito de "calumnias e injurias graves contra la Corona".  

El fundamento de la acusación contra el coronel Martínez Inglés está basado en un artículo publicado en Canarias-semanal.org, en el que bajo el título "¿Por qué te callas ahora?"  , el oficial del Ejército español hacía diversas consideraciones en torno a la personalidad del monarca Juan Carlos Borbón.

La fiscalía de la Audiencia Nacional, que como se sabe es una jurisdicción especial, heredera del antiguo tribunal franquista de Orden Público (TOP), ha solicitado para él una condena de UN AÑO Y TRES MESES DE PRISIÓN y el abono de costas del juicio estimadas en 2.000 euros.

En relación con su procesamiento y la petición fiscal, el coronel Martínez Inglés redactó para el periódico digital, Tercerainformacion, la nota que se adjunta a continuación.

Nota del Coronel Martínez Inglés
Día de la ira republicana
De la mía, desde luego que sí, que me confieso iracundo en extremo, esperando y deseando que ese día ya cercano del próximo mes de Febrero lo estéis también la mayoría de vosotros, estimados amigos, compañeros, demócratas, republicanos y ciudadanos en general de este desgraciado país de la corrupción, el pelotazo, las preferentes, los EREs, el Bárcenas, los sobres fantasma, el Urdangarín, la Gürtel, los jubilatas sin Urgencias, los médicos privatizados, los seis millones de parados, los novecientos mil millones de euros de Deuda, los diez millones de pobres de solemnidad, los dos millones de familias en las que no entra un euro un mes tras otro… etc, etc.
Porque tiene tela, amigos, con la que está cayendo en este territorio plagado de sinvergüenzas de alto estanding que guardan sus rapiñas en Suiza y abandonado por Dios y hasta por la señora Merkel, tener que acudir, ese próximo día que les comento, a la Audiencia Nacional (un Tribunal, como todos ustedes saben, con el ADN del antiguo Tribunal de Orden Público franquista) a defenderme de una acusación de calumnias e injurias vertidas (según el Fiscal General del Estado que, como todos ustedes saben también, cumple órdenes del Gobierno) contra un impresentable señor, un obsoleto y desvergonzado monarca, un despreciable sujeto divino e inviolable que se pasa las leyes por el forro de su corona, un hombre acabado física y mentalmente por sus excesos que, desde hace treinta y siete años, "okupa" sin ninguna legitimidad (salvo la del militar rebelde y genocida que lo colocó ahí) la Jefatura del Estado español. 
Dedicándose en exclusiva todos estos años a pegarse la gran vida y a utilizar en provecho propio los recursos del Estado: caza de elefantes acompañado de su "asesora estratégica" de turno, francachelas sexuales pagadas con fondos reservados, pseudo golpes de Estado para asentar su tambaleante corona, colaboración de facto en los oscuros negocios de su señor yerno, amasamiento de una fortunita personal que medios solventes extranjeros (incluido el New York Times) cifran a día de hoy en 1.800 millones de euros… etc., etc. Presuntos delitos, vicios redomados y actuación impropia del alto cargo que ostenta y que le llevó, en abril del año pasado, en una patética intervención televisada, a pedir perdón a sus asombrados súbditos.
Pues sí, amigos, les cuento.  El pasado viernes 18 de Enero recibí en mi domicilio una Cédula de Citación del Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional (una cutre cédula en la que no figura, supongo que por miedo, ni el nombre del titular del Juzgado ni el de la secretaria judicial que la firma con un garabato) por la que se me convoca para que acuda el día 13 de Febrero próximo, a las 11,30 horas de la mañana, a la Secretaría de dicho Juzgado al objeto de asistir al acto del Juicio Oral en el Procedimiento que se me sigue en ese tribunal especial, en calidad de acusado y bajo apercibimiento de ley.
Anteriormente a esta citación, en Noviembre del año pasado, ya había recibido un escrito del Juzgado Central nº 002 de la misma Audiencia Nacional trasladándome la petición de pena por parte de la Fiscalía: UN AÑO Y TRES MESES DE PRISION (¡Inaudito, los golfos queriendo llevar a la cárcel a los honrados!)  Y el abono de las costas del juicio estimadas en 2.000 euros.
Al comunicaros este desagradable asunto, estimados amigos y compañeros, quiero que sepáis que yo lo afronto con total tranquilidad y normalidad, enmarcándolo en la ya larga lucha personal que libro desde hace años para que algún día, ya cercano afortunadamente, vuelva a este país el legítimo régimen republicano masacrado por el fascismo castrense en 1939 y, desde luego, sin que mi ánimo flaquee un solo segundo, como he hecho a lo largo de toda mi vida en situaciones mucho más comprometidas y peligrosas que ésta, seguro de lo que hago y con la certeza absoluta de que, al final, el triunfo estará de mi parte.  Y, por supuesto, del ideal con el que me he comprometido.  Que, en estos momentos y sin remilgos de ningún tipo, debo reconocer que no es otro que, como os acabo de decir, lograr la pronta y venturosa llegada de la III República española.  Mandando a los infiernos, de una vez por todas, la insulsa, obsoleta y corrupta monarquía juancarlista/franquista que ha sido, en una gran proporción, la culpable del desastre y la ruina que en estos momentos atenaza a todos los españoles.
Yo, amigos, estoy acostumbrado a luchar solo.  Lo hice en el año 1989 cuando me enfrenté a la cúpula castrense franquista del momento, al ministro de Defensa Narcís Serra y al Gobierno socialista en pleno, para conseguir erradicar de este país la mili obligatoria que, sin servir para mantener una defensa exterior efectiva, se cobraba la vida de más de doscientos jóvenes al año en accidentes (por falta de preparación técnica de los mismos) y en suicidios.  Objetivo que lograría por fin en 1996, curiosamente, con la llegada de la derecha al poder.
Y ya antes (y perdonad que os cuente estas "batallitas" de mi ancestral currículo pero es que uno tiene ya sus añitos, aunque, la verdad, biológicamente no creo que pase de la cuarentena ya que todavía aguanto bien los ocho kilómetros que corro todas las tardes desde hace más o menos cincuenta años) tanto en la guerra de Ifni de 1958, en la que mandé un comando especial de cuarenta soldados voluntarios y casi suicidas con la misión casi diaria de infiltrarnos en el campo enemigo para hacer prisioneros y obtener valiosa información que evitara a nuestras tropas ataques intempestivos, como años después en el desierto del Sahara al frente de tropas nómadas nativas, como en las Unidades especiales de paracaidistas realizando centenares de saltos en condiciones extremas o en la terrible como angustiosa "guerra del norte" en la que cualquier mañana, en un semáforo, podías encontrarte con la muerte… siempre actué con arreglo a mis principios e ideales, por propia voluntad, sin necesidad de compañía laguna y, afortunadamente, encontrándome con el éxito al final de la peligrosa "cabalgada".
Pero en esta ocasión, ciudadanos españoles, amigos, compañeros, republicanos, que todavía atesoráis ilusiones y que aspiráis a cambiar cuanto antes la peligrosísima situación en la que en estos momentos se encuentra este país, yo os pido, para no afrontar en soledad la personal lucha que voluntariamente libro con esta monarquía que nos asfixia y que con sus excesos ha mantenido siempre en verde el asqueroso semáforo de la corrupción, que me ayudéis, que me apoyéis, que os solidaricéis conmigo y que, los que podáis, estéis el próximo día 13 de febrero ante el número 12 de la calle Prim de Madrid, sede de la siniestra Audiencia Nacional residuo vergonzoso del franquismo.
Yo, desde luego ¡faltaría más!  Voy a acudir allí en esa fecha y hora para plantar cara, una vez más, a semejante rodillo antidemocrático, en cuyo interior, unos prepotentes y endiosados juristas tratan de irradiar su efímero y espurio poder por delegación del Gobierno y del partido de turno.  Parafernalia jurídico/política que a mí, lejos de causarme ningún pavor, me produce, si no risa, sí preocupación y hastío por lo que semejantes conductas representan dentro del pavoroso escenario institucional y social en el que estos momentos se debate este país, en crisis total de supervivencia.
Termino ya esta larga nota con la que para nada he querido transmitiros preocupación personal o duda de ninguna clase, sino, todo lo contrario, esperanza, horizonte vital, espíritu de lucha y valentía ante lo que tiene que venir… y vendrá.
Y como punto final, ahí van mi última y reiterativa petición al respecto y una solemne promesa:
Los españoles demócratas que amamos la República no podemos dejar pasar, mirando para otro lado, la presente situación.  Debemos dar un paso al frente de una vez comprometiéndonos de verdad y en serio con la consecución de nuestros ideales.  Dejémonos de manifestaciones insulsas y reiterativas con nuestras añoradas banderas al viento.  Ya no hay tiempo para eso.  Ha llegado el punto y la hora de salir a la calle, de luchar, pacífica y democráticamente, por supuesto, pero sin renunciar para nada al enfrentamiento público de las ideas y al sacrificio personal.  Y deberemos hacerlo, además de para conseguir nuestros sueños, para colaborar a sacar del pozo en el que se encuentran hundidos millones y millones de compatriotas absolutamente desmoralizados y empobrecidos por una casta política postfranquista que ha esquilmado este país en nombre de la libertad y la democracia.
"Si somos capaces de hacer algo parecido a esto, amigos y compañeros.  Si nos unimos y nos olvidamos de protagonismos y personalismos espurios, yo os prometo que antes de dos años (quizá bastante antes) gozaremos en España de una nueva III Republica, democrática, moderna, europea y respetuosa con la libertad y los derechos fundamentales de todos los ciudadanos.  O moriré en el intento.
Que empezará a funcionar, eso sí, con todos los corruptos de este país dentro de la cárcel, empezando por el rey (primer corrupto de este país) y terminando por el último alcalde que haya podido sucumbir a la pérfida tentación del pelotazo".
Soy consciente de que a alguna persona que me lea, estas palabras que acabo de estampar negro sobre blanco pueden parecerle demagógicas, ampulosas, vanidosas, visionarias e, incluso, idealistas y trasnochadas.  ¡Allá ella!  Yo lo que puedo decirle al respecto es que están redactadas con la mano en el corazón de un soldado español que juró hace ya muchos años defender a sus compatriotas con su propia vida, que con ese fin se la ha jugado repetidas veces a lo largo de los últimos cincuenta años y que está dispuesto a volver a hacerlo las veces que hagan falta para ser fiel a ese juramento.  Los tiempos no están para críticas estériles, amigos, sino para actuar.  Y aquél que en estos dramáticos momentos tenga algo bueno que proponer para que los españoles no nos inmolemos colectivamente en la pira de la corrupción y el enfrentamiento, y se considere capaz de luchar para llevarlo a efecto, que lo diga.  Yo encantado, me subiré a su carro.
Pero no hacer nada, no.  No nos queda demasiado tiempo.  Si en las próximas semanas o meses cae Rajoy, asesinado por la corrupción de su propio partido (escenario harto probable), el infinito político y social, como un tremendo abismo, se abrirá ante nosotros.

Fdo: Amadeo Martínez Inglés Coronel.  Escritor.  Historiador

Fiscal Bartomeu Barceló, sobre Urdangarin: "Su condición incluso puede perjudicarle"

PALMA DE MALLORCA.- El Fiscal Superior de Baleares, Bartomeu Barceló, ha subrayado en relación al duque de Palma, Iñaki Urdangarin, imputado en la causa que indaga las presuntas irregularidades cometidas a través del Instituto Nóos, que "no por su condición va a tener un beneficio" en el caso de que finalmente se considere probado que delinquió a través de esta entidad, sino que, más al contrario, "incluso puede perjudicarle".

    Barceló, recientemente reelegido en su cargo por cinco años más, ha aseverado sobre el marido de la Infanta Cristina que "si este señor ha cometido delito se sentará en el banquillo, y si no, se archivará su causa" como en el caso de "cualquier otro ciudadano", tal y como ha puesto de manifiesto.
   De hecho, el Fiscal Superior ha abogado porque en el marco de las investigaciones en torno a Urdangarin "rija el principio de igualdad ante la Ley", si bien ha preferido "no hacer futuribles" en torno al desenlace de la situación procesal del duque de Palma.
   "No se puede decir lo que va a pasar, de ser así sería un afortunado", ha incidido Barceló respecto al yerno del Rey Don Juan Carlos, para quien la Fiscalía Anticorrupción y el sindicato Manos Limpias, personado como acusación popular en el marco del caso Nóos, han solicitado una fianza de responsabilidad civil de 8,2 millones de euros sobre la que el juez José Castro prevé resolver en próximas semanas.
   Mientras tanto, Barceló se ha limitado a afirmar que "todo el mundo tiene derecho a opinar" al referirse a quienes consideran que la Infanta debería ser citada a declarar dentro de estas pesquisas, algo que ya solicitó Manos Limpias y que fue desestimado por la Audiencia Provincial de Baleares.
   Y es que el sindicato, a través de un escrito que presentó para pedir la imputación de la Infanta, consideraba que la hija del Rey Juan Carlos fue "beneficiaria directa" del incremento patrimonial y de los ingresos obtenidos de forma supuestamente fraudulenta por el duque de Palma.
   La entidad, representada en este procedimiento judicial por la letrada Virginia López Negrete, desglosaba los indicios que, a su juicio, llevan a concluir que la esposa del encausado fue "actora directa -por encubrimiento, complicidad o cooperación necesaria- y por ende beneficiaria de las presuntas actividades delictivas de Urdangarin".
   El sindicato apuntaba además que la hija del Rey era "conocedora, cuanto menos, de las argucias financieras fraudulentas" que se habrían llevado a cabo para evadir impuestos a Hacienda, además de ostentar la titularidad del 50% del capital de la mercantil Aizoon, donde también desempeñaba el cargo de secretaria.
   Manos Limpias recordaba finalmente que el nombre de la mujer de Urdangarin figuraba en las tarjetas de visita que éste mostraba "para facilitar el acceso, en condiciones de privilegio, junto con el nombre del secretario de las Infantas, el señor García Revenga, con su pleno conocimiento". 
Además, postulaba que la intermediación del asesor externo de la Casa Real, José Manuel Romero, para "paralizar y alertar de las actividades delictivas de Urdangarin eran igualmente conocidas por la Infanta".

¿Una Infanta en el banquillo? / Arturo González *

De las informaciones periodísticas, y dicho con toda prudencia, se desprende que el caso Nóos se complica, y alarga posibles responsabilidades a personas que por el interés institucional no sería grato que ocurrieran.

No es temerario afirmar lo anterior en razón a la nueva imputación que se ha efectuado en el juzgado competente contra Iñaki Urdangarin por dos delitos de fraude fiscal, ya que se da la circunstancia de que dichos delitos se cometieron en un alarde de ingeniería financiera a través de una sociedad denominada Nóos cuyo capital se reparten al 50% entre el referido imputado y su esposa, la Infanta doña Cristina.

Examinando detenidamente todas las circunstancias que establece el Código Penal para eximir de responsabilidad criminal a un autor, no se aprecia ninguna que sea de aplicación a la actuación de la Infanta. Pues por muy al margen que estuviera en la práctica de las andanzas de su marido, no cabe la menor duda que tuvo que firmar escrituras, transferencias y declaraciones a Hacienda. Si a esto añadimos la actuación eficiente del asesor real de las infantas, nos encontramos ante un inevitable aprieto procesal.

Resulta comprensible que si es doloroso para la Familia Real, como para cualquier otra familia española a la que imputen a alguno de sus componentes, mucho más penoso y grave es que esa imputación alcance y perjudique a una institución constitucional como es la Corona, ya que por esa causa podemos ser perjudicados moralmente todos los españoles.

Nos encontramos ante una situación de máxima incomodidad familiar y pública ante el pueblo español. Pero precisamente por ello el Rey y la Reina tienen que afrontar este serio problema, pues no en vano el Rey afirmó la necesidad de que la ley sea igual para todos.
Por eso afirmo que la Infanta debe ser encausada de dichos delitos fiscales e imputada. Y también digo que me gustaría que, después de un juicio oral, público y contradictorio, fuera absuelta.

La presunción de inocencia juega y debe jugar a favor de todo ciudadano, en cuya área está incluida la Infanta, pero ello no es óbice para mantener todo lo dicho, ya que también existe la figura de presunción de inocencia disminuida por la fuerza brutal de los hechos.

Es sabido que la justicia, con sus torpes vaivenes, no está bien valorada por los españoles. Sin embargo, estimo que en el presente caso una actuación justa, lógica y garantista haría subir el aprecio hacia este poder del Estado, entendiendo el mismo no solo como tal, sino como servicio público a favor de los ciudadanos.

 (*) Periodista

Un viajero en La Zarzuela / Fernando Jáuregui *

"Hablando se entiende la gente", fue la frase con la que el Rey sedujo a la opinión pública tras haberse entrevistado, como era su obligación protocolaria, con el entonces nuevo presidente del Parlament catalán, Ernest Benach, un miembro del 'ala dura' de Esquerra Republicana de Catalunya. Esta semana tendrá ocasión de ejercitar nuevamente su simpatía dialéctica en campo propio, pero ante un equipo contrario, ahora con el molt honorable president de la Generalitat de Catalunya.O sea, con ese Artur Mas que no solamente no quiere ni ver al jefe del Estado en Cataluña, sino que está poniendo las vías para separarse deEspaña. ¿Qué saldrá del encuentro, sin duda difícil, de este miércoles? A la entrada  del palacio de La Zarzuela que el president de la Generalitat habrá de franquear hay, faltaría más, una bandera de España. Pienso que la casa del Rey es como el corazón simbólico del Estado, el templo de la unidad territorial y de muchos de los valoresde los que, precisamente, Mas abomina. Por eso mismo me parece tan útil este encuentro, del que probablemente no lleguemos a saber demasiado. O tal vez sí, dependiendo del grado de acuerdo o desacuerdo al que lleguen las partes.

Pienso, como algunos banqueros y empresarios catalanes, como algunos miembros del socialismo nacional y del catalán, como la propia representante del Partido Popular en Cataluña, Alicia Sánchez Camacho, que esta enorme crisis puede reconducirse, desde La Zarzuela, desde La Moncloa y desde el Palau Sant Jaume. Pero se precisa la obra de estadistas, y Mas, desde luego, no lo es; Rajoy aún tiene quedemostrarlo y, en cambio, Don Juan Carlos de Borbón lo tiene más que demostrado. Así que me parece que cabe albergar algún cauto optimismo en el encuentro de esta semana, a la espera de que el presidente del Gobierno central y el de la Generalitat se reúnan dentro de, dicen, algunos días. Creo que comparto el optimismo, tal vez sin causa, de Alfredo Pérez Rubalcaba cuando piensa que una reforma constitucional, que aún no detalla, podría hacer que las ansias independentistas que Convergencia (y Unió, aunque en otro tono) y, sobre todo, Esquerra Republicana muestran, podrían aplacarse. Sí creo fervientemente que se puede mantener a Cataluña dentro de las fronteras del Estado sin necesidad de aplicar esa mano dura que algunos miopes, a los que les gustaría ver al Ejército imponiendo el artículo 155 de la Constitución, buscan. Aún me horrorizo al escuchar los ecos de algunas intervenciones radiofónicas en un programa nostálgico de este mismo domingo. Simplemente, no es ese el camino, ni siquiera cuando se pueda pensar, y no es descabellado, que el 'reinado' de Mas va a ser tirando a breve y, desde luego, con serios conflictos internos.

Quienes conocen al Rey saben que no es hombre ni de soluciones extremas, ni de amenazas, ni de prédicas de mano dura. No; él cree, me parece que sinceramente, que hablando se entiende la gente. Sabe mucho porque ha aprendido de algunos errores que él mismo ha cometido, y sospecho que volcará esa experiencia en la entrevista con Mas, que bien puede llegar a ser importante, si ambos no se escapan por la vía de lo rutinario y si el president no se mete en el caparazón del mesianismo. Artur Mas ha colocado al Estado en una vía difícil, que no admite rutinas ni más de lo mismo, pero tampoco cortes de manga ni vociferaciones patrioteras; hay que encontrar, dice Rubalcaba, la vía justa para que los nacionalistas se sientan cómodos dentro del Estado. Lo suscribo, desde luego, pero lo malo es que Rubalcaba ni explica mejor cuál es esa vía ni tendría, él solo, poder para aplicarla, y en La Moncloa no parecen dispuestos, al menos hasta ahora, a procurar soluciones imaginativas, sino a aguardar a que la situación se pudra. Que se pudrirá, sin duda, pero quizá cuando otras muchas cosas se hayan deteriorado al máximo. He aquí un caso en el que se demuestra el enorme valor que, en estas circunstancias, tiene la figura del Monarca, bien secundado en esto por la prudencia del Príncipe. Lo malo, ya digo, es que estamos ante el penúltimo eslabón de la cadena.

Juancarlismo, monarquía o república / J. de Mendizábal *

Una vez demostrado que estamos ante el final de una época, donde todas las instituciones del Estado están absolutamente desprestigiadas -literalmente en descomposición- se impone hablar incluso de la forma del mismo. Sin duda es el más tema espinoso, porque la figura del Monarca levanta pasiones, adhesiones inquebrantables y odios ancestrales. Pero, hay que reconocerlo, también está en entredicho, por decirlo suavemente.

Es evidente que durante muchos años, hasta hace bien poco, el tema S.M., simplemente, no era un tema. Es decir, no se hablaba de ello, salvo en círculos privados y muy cerrados. Con honrosas excepciones, todo hay que decirlo, como por ejemplo los libros de Jesús Cacho (El Negocio de la Libertad) ó García Abad (La Soledad del Rey), era tabú hablar de los asuntos de la Casa Real, sus desavenencias, sus supuestos negocios, su vida "privada".

Todo ha cambiado. En primer lugar, sin duda, por el escandalazo Urdangarín que, desgraciadamente, no ha hecho más que empezar. Pero también, por las propias actitudes y comportamientos del Rey y del resto de la familia. No es objeto de este artículo hacer un repaso de lo que está constantemente en los medios, pero se podría resumir en que cuando uno mismo pierde el respeto a lo que es y a lo que representa, se está empezando a cavar su propia tumba.

Hechos y cotilleos al margen, que ya es dejar al margen, lo que no cabe duda es que, en los momentos críticos que vive España en todos los órdenes, sería más conveniente que nunca la figura impoluta de un Jefe de Estado que pudiera encauzar el gran cambio que necesita el país, que pudiera dirigirse a su nación para dar algo de confianza y esperanza, que significase un punto de unión casi incuestionable entre los españoles, que nos representase en el exterior como nos merecemos. Alguien por encima de los partidos políticos que, no es que estén cuestionados, es que están abrasados en la hoguera de la corrupción. Un dato: hace sólo 1 año, el PP-PSOE sumaron juntos el 80% del voto. Las encuestas no les dan más del 50% a día de hoy. Por no hablar de las tribus independentistas. ¿No sería algo tranquilizador contar con una figura abrumadoramente respaldada que pudiera poner algo de orden entre tanta insensatez y encauzar la segunda transición?

Es generalmente reconocido que el Rey, con algunos fieles colaboradores entre los que hay que destacar a D. Torcuato Fernández-Miranda (increíblemente olvidado en el programita promocional de TVE de hace 15 días), fue capaz de diseñar la transición y, sobre todo, que las izquierdas y derechas pudiéramos vivir mal que bien en un sistema democrático. De ahí que, muchos republicanos, se declarasen determinadamente Juancarlistas. Pero eso se ha acabado y el país camina rápidamente hacia la descomposición en 6 ó 7 partidos que lo harán aún más ingobernable y con Don Juan Carlos hecho polvo, en casi todos los sentidos.

Llegados a este punto, la alternativa republicana se pondrá más pronto que tarde sobre la mesa, con las dos terribles experiencias históricas en la memoria. Y, entonces, deberíamos hacernos la pregunta ¿un Presidente de la República? ¿Quién? Una vez más se votaría a un representante de cada partido, con el consiguiente desaguisado final.

No, por favor. La respuesta está en la propia Monarquía. La semana pasada el Príncipe Felipe causó una magnífica impresión en el Spain Investors Day celebrado en Madrid. A empresarios, inversores y a todo el que se acercó por allí. No me cabe duda que, fuera de nuestras fronteras, también haría un gran papel como nuestro primer embajador (más que intermediario, a poder ser). Es la carta que hay que jugar. Y cuanto antes, mejor. La polémica está servida.

(*) Consultor