sábado, 25 de octubre de 2014

Felipe VI: “Queremos una España alejada de la división y la discordia”

OVIEDO.- El Rey Felipe VI ha puesto en valor en Oviedo el Estado de Derecho vigente en España, que "no es fruto de la improvisación", sino resultado de la "voluntad decidida del pueblo español", que optó por constituir una democracia en la que "todos, ciudadanos e instituciones" estuvieran "sometidos por igual al mandato de la ley". 

Frente a las ansias independentistas por parte de algunos sectores en Cataluña, el monarca ha asegurado que los españoles ya no son "rivales los unos de los otros". "No solo compartimos historia. Compartimos intereses y valores comunes; tenemos una misma voluntad de pertenecer a Europa, de ser Europa. Y sobre todo, compartimos sentimientos", ha dicho. 
El Rey se ha mostrado convencido de que “la comprensión, la consideración, el afecto y el respeto mutuos son sentimientos arraigados en el corazón de los españoles y compartidos de norte a sur y de este a oeste” del territorio. “Y todos esos sentimientos, ni los debemos olvidar nunca, ni mucho menos perder. Al contrario, los tenemos que preservar y alimentar”, ha insistido.
“Queremos una España alejada de la división y de la discordia”, ha asegurado, recordando que en su discurso de proclamación el pasado 19 de junio ya señaló “el deber y la necesidad de garantizar, y al mismo tiempo de revitalizar nuestra convivencia”.
Pero para “garantizar” esta vida en común, ha precisado, es necesario “respetar y observar” el marco constitucional y democrático, pues es lo que permite “que todos los españoles puedan ejercer sus derechos, que las instituciones y los ciudadanos cumplan con sus deberes y asuman sus responsabilidades, y para que funcione ordenadamente nuestra vida colectiva”.
El Rey ha hecho un llamamiento a todos los españoles para que sean conscientes de que debemos afrontar el futuro “con la fortaleza” que exige un mundo distinto que “camina hacia una mayor integración y no al contrario”. Por ello, ha animado a trabajar “en un proyecto integrador, sentido y compartido por todos, y que mire siempre hacia adelante”.
Pero también ha hecho un alegato mirar “con serenidad” nuestra historia en común, reconociendo sus “luces y sombras”, aprendiendo de los “errores del pasado”, pero también sintiéndonos “orgullosos” del progreso “conseguido con el empuje de todos, especialmente en las últimas décadas”.
Sin querer caer en la autocomplacencia, Felipe VI ha reconocido que en la actualidad, la sociedad española “necesita referencias morales a las que admirar y respetar; principios éticos que reconocer y observar; valores cívicos que preservar y fomentar”.
Porque es con ese “impulso moral colectivo con el que se puede y se debe hacer de España una nación ilusionada, llena de vida y pensamiento; llena de ideas que merezcan la confianza de los ciudadanos; de proyectos que atraigan la mente y la voluntad de todos y conquisten sus corazones”. Es así, ha añadido, como se podría alejar “el pesimismo, la desconfianza y el desencanto de muchos ciudadanos que demuestran, admirablemente, una capacidad de esfuerzo y de sacrificio digna de todo respeto”.
En su discurso, uno de los más importantes que pronuncia Don Felipe a lo largo del año, el Rey ha elogiado uno a uno a los premiados con los Príncipe de Asturias de esta edición, la periodista congoleña Caddy Adzuba, premio de la Concordia.
En su discurso, y como ya hiciera el día de su proclamación, el Rey ha tenido palabras de reconocimiento para su madre, la Reina Sofía, presente en el Teatro Campoamor, y cuyo apoyo “nunca” le ha faltado, ni a él ni a su esposa, Doña Letizia, en estos 34 años de vida de la Fundación Príncipe de Asturias.

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