Este debe de ser el tercer o cuarto apunte sobre el discurso del Rey que
sube Palinuro. Su opinión ha quedado bastante clara: Felipe VI, Preparao,
es más de lo mismo. Más y de lo mismo que su padre quien, luego de una
vida regalada, disfruta de una jubilación de ensueño con unos buenos
capitales que ha ahorrado como una hormiguita y de los que no da cuenta a
nadie.
Más y de lo mismo. Si acaso, más soso, con menos experiencia y
algo más bobo, que ya era difícil y dicho sea con todos los respetos a
la institución real antes de que venga el de la cachiporra con su Ley
Mordaza a poner al pobre Palinuro una multa de 600 millones de denarios.
Más soso, más bobo y con menos experiencia; nada que no pueda
subsanarse con el tiempo en los próximos cuarenta años con que este
joven Borbón pretende deleitar a su amado pueblo.
Además
del estilo inconfundiblemente borbónico, el monarca ha recitado ce por
be y punto por punto el discurso triunfalista que le ha apañado el
presunto cobrador de sobresueldos, okupa de La Moncloa, sobre sus
habituales patrañas: la corrupción es atosigante, sí; pero gracias a los
esfuerzos del principal responsable político de esa misma corrupción,
será erradicada sin contemplaciones. La crisis fue muy dura, pero ya es
historia, gracias a la gestión de este gobierno todo él encomendado a la
intercesión de la Virgen del Parto Feliz.
Cataluña anda tonteando con
la idea de la independencia pero la abandonará de inmediato cuando sepa
cuán cara es al corazón del Rey y, sobre todo, cuánto la aman los
gobernantes que anhelan "españolizar" a sus nens. La democracia está
firme, rozagante y tranquila, como lo demuestra el proyecto de Ley
Mordaza gracias a la cual nadie podrá elevar el tono de voz so pena de
paliza policial, identificación de lo que quede y multa al canto a los
despojos.
La
única diferencia entre este discurso del Rey y la habitual farfolla del
presidente es que el monarca no tiene que leer de los papeles. Lee en
el teleprompter.
Para
su gran pasmo Palinuro comprueba que la recepción del discurso real en
los medios ha sido de alegría, contento y algazara. En los medios y en
los partidos. Al parecer en todos. Probablemente no hemos escuchado el
mismo discurso o sí lo hemos hecho, pero con distintos oídos. Lo cual
debe tranquilizar a la Corona. Porque lo importante no son las
indudables bobadas que Felipe soltó sino la capacidad de la miriada de
intermediarios y comunicadores de convertirlas en profundas y oportunas
reflexiones. Así se forma una opinión pública informada y crítica.
Cómo sería la cosa de abyecta en el juicio de las reales tonterías que el elemento más crítico fue un editorial de El País con el muy significativo título de Buen discurso, pero... ,
pero, vamos, que le faltaba alguna precisión sin mayor importancia. En
el resto, al parecer, coincidencia de criterios. Según el mismo diario,
todos los partidos, PP, PSOE, UPyD y hasta Podemos aplauden el debut de Felipe VI.
Parece que el único algo más crítico, atinadamente crítico, ha sido IU.
Pues muy bien, damas y caballeros, que los dioses les conserven el
juicio y la capacidad de entender a qué altura debe estar el discurso de
un Jefe de Estado a la población y no las divagaciones del chico de los
recados de un perillán que lleva tres años desgobernando el país y
mintiendo a todo el mundo.
De no creerlo, pero cierto.
(*) Catedrático de Ciencia Política en la UNED
No hay comentarios:
Publicar un comentario