sábado, 28 de junio de 2014

Desde el CGPJ quieren que se exija a la Fiscalía respeto al juez Castro

MADRID.- Seis vocales que forman parte del sector progresista del Consejo General del Poder Judicial(CGPJ) han presentado un escrito en el que muestran su preocupación por las imputaciones que el fiscal del caso "Nóos", Pedro Horrach, ha vertido contra el juez José Castro en su recurso contra el mantenimiento de la imputación de la Infanta Cristina en la causa. Quieren que este órgano exija al Ministerio Público respeto y la lealtad institucional "debidos" a la labor de jueces y magistrados.

El escrito se estudiará este lunes en la reunión que la Comisión Permanente del CGPJ celebrará a partir de las 17.00 horas y está firmado por los vocales Roser Bach, Victoria Cinto, Clara Martínez de Careaga, Rafael Mozo, Concepción Sáez y Pilar Sepúlveda, han informado fuentes de este órgano.
En él, los vocales muestran su preocupación por las imputaciones que el fiscal realiza al juez de Palma, José Castro, en el recurso contra la incoación de procedimiento abreviado en el caso Nóos.
Piden que la Permanente manifieste la necesidad de que las partes, en cualquier proceso, mantengan el respeto y la lealtad institucional debidos y se cuiden de no desacreditar la labor jurisdiccional de jueces y magistrados.
El pasado viernes, el juez del Juzgado de Instrucción nº 3 de Palma, José Castro, emplazó al fiscal anticorrupción Pedro Horrach a interponer "una querella por prevaricación" si "cree lo que escribe" en el recurso que presentó contra el auto por el que el magistrado puso fin a la instrucción del caso Nóos.
Mediante un duro recurso de 63 páginas, el fiscal recrimina a Castro haber llevado a cabo una instrucción "a la carta" y haber practicado investigaciones "contradictorias" en torno a la Infanta Cristina "a modo de encaje de bolillos".

El Gobierno busca cómo sustituir a Don Felipe en las tomas de posesión de los presidentes latinoamericanos

MADRID.- El Gobierno español busca un representante de alto nivel que acuda en nombre del Estado a las tomas de posesión de los presidentes latinoamericanos, tarea que desde 1996 asumía el Príncipe de Asturias y que hoy como Rey no podrá continuar.

   La ceremonia de traspaso del mando presidencial --así se denominan formalmente-- más inminente es la del nuevo presidente panameño, Juan Carlos Varela, que asumirá el cargo el próximo 1 de julio. El Ejecutivo baraja la posibilidad de que sea el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien acuda en representación de España, informan fuentes diplomáticas.
   Pero la apretada agenda del jefe del Ejecutivo dificulta que pueda ser él quien acuda a todas las ceremonias. Después de Varela en Panamá, el reelegido presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, asumirá el mando el 7 de agosto. En Brasil, siempre se hacen el 1 de enero, y este año hay elecciones presidenciales.
   Lo que el Gobierno tiene meridianamente claro es que en las tomas de posesión de los presidentes latinoamericanos España tiene que estar representada por una autoridad de alto nivel, que esté por encima del ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, añaden las mismas fuentes.
Si se descarta al jefe del Ejecutivo, la lista de posibles candidatos se reduce (de menor a mayor precedencia) a la vicepresidenta del Gobierno, los presidentes del Consejo General del Poder Judicial; Tribunal Constitucional; Senado y Congreso; y el Rey Don Juan Carlos.
   Desde 1996, Don Felipe asistió a todas y cada una de las tomas de posesión de los presidentes iberoamericanos salvo raras excepciones, como fue el caso de la asunción del mando presidencial por el venezolano Nicolás Maduro en abril de 2013.
   En aquella ocasión, la división del país y el clima de violencia que se generó como consecuencia del ajustado resultado electoral --no reconocido por la coalición opositora de Henrique Capriles-- pesó en la decisión de no enviar al Príncipe de Asturias, que fue sustituido por el presidente del Congreso, Jesús Posada.
   Don Felipe también se ausentó de la toma de posesión del presidente de Honduras Porfirio Lobo en 2010, en protesta por el golpe de Estado que depuso al antecesor, Manuel Zelaya.