miércoles, 31 de octubre de 2018

La Princesa Leonor lee la Constitución en su primera intervención pública

MADRID.- La Princesa Leonor ha pronunciado hoy, que cumple 13 años, sus primeras palabras públicas en un acto oficial al dar lectura al artículo 1 de la Constitución, donde se dispone que "la soberanía nacional reside en el pueblo español" y que la forma política del Estado "es la Monarquía parlamentaria".

Desde la tribuna del auditorio del Instituto Cervantes, la heredera de la Corona ha tomado la palabra en un acto conmemorativo de los 40 años de la Carta Magna para empezar a leer, con voz clara: "España se constituye en un Estado social y democrático de derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia y el pluralismo político".
Ante la mirada aprobatoria y complacida de Felipe VI y en presencia de la Reina, la Infanta Sofía y los máximos representantes del poder político, legislativo y judicial, la Princesa de Asturias ha continuado: "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado" y "la forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria".
Poco antes, el Rey había inaugurado esta simbólica lectura íntegra de la Carta Magna, cuarenta años después de su aprobación por las Cortes el 31 de octubre de 1978, con el preámbulo en el que "la nación española" proclama su voluntad de "garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo".
Antes de empezar a leer, don Felipe ha agradecido esta iniciativa del Gobierno y el Instituto Cervantes, así como que fuera la Princesa quien continuara la lectura, y ha expresado su alegría por "compartir un día tan especial" con el Ejecutivo, los poderes del Estado y "tantos ciudadanos y ciudadanas".
"Pocas maneras hay mejores para reafirmar, una vez más, la fidelidad y el compromiso de la Corona con la democracia y la libertad, con España y la Constitución española", ha proclamado el jefe del Estado, cuya lectura del preámbulo de la Carta Magna ha sido rubricada con un fuerte aplauso de los asistentes, al igual que las palabras leídas a continuación por su hija mayor.
Tras su lectura, la Princesa Leonor ha cedido el testigo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ha leído el artículo 2: "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas".
La Reina Letizia y la Infanta Sofía acompañaban también a Leonor en esta sobria ceremonia, que recordaba la lectura anual del Quijote en el Círculo de Bellas Artes y que ha proseguido con la presidenta del Congreso, Ana Pastor: "El castellano es la lengua española oficial del Estado", que todos tienen "el deber de conocer", y "las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas comunidades".
El presidente del Senado, Pío García-Escudero, ha leído el artículo 4, dedicado a la bandera de España y al uso de las enseñas autonómicas, mientras que al del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, le ha correspondido el 5 -"La capital del Estado es la villa de Madrid"- y al del Supremo, Carlos Lesmes, el 6, que consagra a los partidos como "instrumento fundamental para la participación política".
La lectura del artículo 7, referido al papel de sindicatos y asociaciones empresariales, ha corrido a cargo de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, tras la que han tomado la palabra los padres de la Constitución José Pedro Pérez-Llorca y Miquel Roca Junyent, en su caso con el artículo referido al respeto a la ley de ciudadanos y poderes públicos.
A Roca, que regresó hace unos años a primera fila de la actualidad como abogado de la Infanta Cristina en el caso Nóos, le ha correspondido el artículo 10, que regula el respeto a la ley de ciudadanos y poderes públicos.
En ese punto, un receso en la sesión de lectura ha permitido que Leonor diera las gracias a una periodista que la había felicitado por su cumpleaños, que los Reyes y sus hijas posaran junto a los representantes de los poderes del Estado -Sánchez entre los presidentes del Congreso y el Senado- y que conversaran todos unos instantes antes de abandonar la sede del Cervantes.
Ya sin tantas cámaras, se ha reanudado la jornada conmemorativa con la lectura del artículo 10, relativo a los derechos de la persona, a cargo del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, quien ha elegido leerlo en catalán, al igual que ha hecho su compañera de gabinete Meritxell Batet con el número 14, que garantiza la igualdad ante la ley.
La titular de Economía, Nadia Calviño, ha optado por el gallego para leer el 30, que regula los deberes militares, mientras empleaban el castellano Margarita Robles, Reyes Maroto, María Jesús Montero, Pedro Duque, Luis Planas, María Luisa Carcedo, José Guirao y Fernando Grande-Marlaska, quien ha leído el que establece los derechos de los extranjeros y los requisitos para la extradición.
Al líder de la oposición, Pablo Casado, le ha correspondido la libertad de residencia y al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, el derecho de reunión, mientras que la fiscal general del Estado, María José Segarra, ha dado lectura al artículo que ampara la libertad de expresión y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha elegido el que consagra la protección judicial de los derechos.
También se ha podido ver a Víctor García de la Concha, Darío Villanueva, Antonio Muñoz Molina, Mariano Barroso, Miguel Ríos, Rosa León y Adolfo Domínguez entre los estudiantes y ciudadanos anónimos que se han turnado en el atril hasta completar la lectura de los 169 artículos y quince disposiciones de la Constitución, que ha completado el propio director del Cervantes, Luis García Montero.

sábado, 27 de octubre de 2018

IU presentará en todos los ayuntamientos mociones para reprobar a la monarquía y exigir un referéndum sobre la república

MADRID.- Izquierda Unida presentará mociones en todos los ayuntamientos donde tiene representación para reprobar a la monarquía y exigir un referéndum sobre la forma de jefatura de Estado. 

La medida, anunciada este sábado por el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, llega un día después de que el Ayuntamiento de Barcelona  pidiera la abolición de la monarquía y reprobase el discurso de Felipe VI tras el 1-O, como ya hiciera también  el Parlament catalán el pasado 11 de octubre.
"Más del mil municipios verán registrarse mociones de reprobación a la monarquía", ha advertido Garzón. El objetivo, ha explicado, es "cortocircuitar esta deriva autoritaria que pretende blindar a la monarquía y hacerla impune de sus crímenes". 
Izquierda Unida ha manifestado desde su cuenta de Twitter que "la irresponsable actuación de Felipe de Borbón en el conflicto catalán le desacredita (aún más) como Jefe de Estado. Apoyamos las resoluciones del Parlament y del Ajuntament de Barcelona".
Garzón ha querido aclarar que esta "no es una cuestión vinculada solamente al espacio catalán", sino que está relacionada "con el modelo de Estado y con la posibilidad de que los representantes electos puedan debatir sobre cualquier cosa".
Al mismo tiempo, la formación de izquierdas ha anunciado que van a exigir que el Gobierno haga efectiva la derogación del delito de injurias a la Corona y que "se investiguen los presunto pufos fiscales de Juan Carlos de Borbón". Durante el pasado mes de septiembre, el Partido Popular, el PSOE y Ciudadanos  tumbaron la comisión de investigación por las revelaciones de Corinna sobre el rey Juan Carlos.
En el pleno celebrado en el Consistorio barcelonés este viernes, Barcelona en Comú, PDeCat, ERC y la CUP votaron a favor del texto de esta última formación política para "rechazar y condenar el posicionamiento de Felipe VI" ante el conflicto catalán y su "justificación de la violencia" de la Policía en la jornada del referéndum del 1-O. Asimismo, se pidió una reafirmación en los "valores republicanos" y la "abolición de una institución caduca y antidemocráctica como la monarquía".
Por su parte, el Gobierno de Pedro Sánchez va a recurrir  al Tribunal Constitucional la declaración del Parlament de Catalunya. El Ejecutivo, que tuvo dudas de presentar ese recurso dado que la iniciativa parlamentaria no tiene ningún efecto jurídico más allá de lo declarativo, ha decidido hacerlo a pesar de que el Consejo de Estado no ve base jurídica para ello. Pedro Sánchez considera que llevar ese pronunciamiento en contra de Felipe VI ante el alto tribunal constituye "sentido de Estado" y "un nuevo intento   de iniciar un proceso unilateral por proclamar la independencia".
Garzón ha apuntado que esta decisión del Gobierno es un "gran error", porque la consideran "claramente antidemocrática" y ha apuntado que "no tiene el amparo del Consejo de Estado". El líder de IU cree que el Gobierno está tratando de "proteger a una monarquía que ha sido históricamente corrupta".

viernes, 26 de octubre de 2018

El Ayuntamiento de Barcelona reprueba al Rey y pide abolir la monarquía


BARCELONA.- El pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado una resolución en la que "condena el posicionamiento del Rey Felipe VI" en relación con el "conflicto catalán" y la actuación de los cuerpos de seguridad el 1 de octubre de 2017 y apuesta por la "abolición" de la monarquía.

El pleno ha dado el visto bueno a una declaración institucional presentada por la CUP, que ha contado con la firma del equipo de gobierno de Barcelona en Comú, del PDeCAT y de ERC, así como de los dos concejales no adscritos, Gerard Ardanuy y Juanjo Puigcorbé.
Los concejales de Cs han abandonado el pleno durante este trámite y, al igual que los del PP y del PSC, no han suscrito esta declaración.
En el citado texto se acuerda "reprobar los actos represivos en contra de la ciudadanía y condenar las amenazas de aplicación del artículo 155 de la Constitución, la amenaza de la ilegalización de partidos políticos catalanes, la judicialización de la política y la violencia ejercida contra los derechos fundamentales".
"Rechazar y condenar el posicionamiento del rey Felipe VI -prosigue el texto-, su intervención en el conflicto catalán y su justificación de la violencia ejercida por los cuerpos policiales el 1 de octubre de 2017".
El texto concluye con la reafirmación del "compromiso con los valores republicanos y apostar por la abolición de una institución caduca y antidemocrática como la monarquía".
La presidenta del grupo de Cs, Carina Mejías, ha calificado de "inaceptables" esta y otras declaraciones aprobadas hoy, como otra en favor de la "libertad inmediata" de los políticos soberanistas en prisión y para exigir "garantías jurídicas" para los independentistas que han huido, presentada por el PDeCAT, y una última en apoyo del cuerpo consular "ante las medidas" adoptadas por el Ministerio de Exteriores, de ERC.
El presidente del grupo del PP, Alberto Fernández, ha explicado que no han abandonado la sesión para dar voz a todos los catalanes "que defienden las instituciones del Estado y la monarquía", "frente a quienes quieren desprestigiar las instituciones con voluntad de destruir lo que es y representa España".
La portavoz socialista, Carmen Andrés, ha dejado constancia de que el PSC no ha suscrito ninguna de estas declaraciones y ha reiterado su respeto y defensa de todas las instituciones.
Tal y como ocurre con estas declaraciones, no ha habido intervenciones en el pleno a favor de estas iniciativas, sino que se ha dado lectura a las mismas.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha aceptado en el pleno la petición del grupo republicano de proponer a la Ponencia del Nomenclator dar el nombre de 1 de Octubre a un espacio público de la ciudad.
Colau ha argumentado que el 1 de Octubre se ha consolidado como "una fecha histórica, más allá de la opinión política que tenga cada uno".
Por otro lado, los votos en contra de los concejales independentistas y la abstención de BComú han impedido aprobar una proposición del grupo Popular para rechazar la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) del 27 de octubre de 2017, que han apoyado Cs, PSC, PP.

El Gobierno lleva al Constitucional la reprobación al Rey en el Parlament de Cataluña


SEVILLA.- El Consejo de Ministros ha decidido impugnar ante el Tribunal Constitucional la resolución aprobada por el Parlamento de Cataluña contra el Rey y la monarquía, al ver en este texto "un nuevo intento" de iniciar otro proceso unilateral "que desemboque en la proclamación de una hipotética república" catalana, ha explicado la portavoz del Gobierno, Isabel Celáa.

La impugnación se presentará pese al criterio contrario expresado por el Consejo de Estado, que en el informe encargado por el Gobierno expone que la moción del Parlament no constituye "objeto idóneo para su impugnación", pero el Gobierno no comparte esta argumentación y acudirá al Constitucional.
La resolución aprobada el 11 de octubre en el Parlamento catalán fue propuesta por En Comú; reivindica los valores republicanos y apuesta por "la abolición de una institución caduca y antidemocrática como la monarquía". También rechaza y condena "el posicionamiento del Rey Felipe VI y su intervención en el conflicto catalán", ya que considera que justificó las cargas policiales del 1 de octubre de 2017.
Isabel Celaá ha explicado que el Consejo de Estado "entiende" que la resolución del Parlament constituye un "grave atentado al principio de lealtad institucional", además de una declaración política "que manifiestamente degrada la forma política del Estado español y los principios democráticos que la Constitución consagra", así como una "falta de respeto" al jefe del Estado.
Pero aunque el Consejo de Estado entiende que la resolución tiene una naturaleza "netamente política", pues "no produce efectos jurídicos de ningún tipo", el Gobierno cree que es "inconstitucional" por dos argumentos fundamentales. De un lado, constituye "un nuevo intento" del Parlament de iniciar un "proceso unilateral que desemboque en la proclamación de una hipotética república" catalana, lo que "contraviene" la Constitución y el Estatut.
Por otro lado, el Gobierno ve inadmisible "desde el punto de vista político y jurídico el intento de abolición de la monarquía y el ataque injustificado" al Rey por parte de una Cámara parlamentaria, que al ser autonómica se extralimita además en sus funciones. De esta manera, el Gobierno interpondrá el recurso "por sentido de Estado.
Celaá ha sido preguntada por el primero de los argumentos, en qué aspectos de la resolución aprobada por el Parlament observa el Gobierno un primer paso hacia una declaración de la república catalana. También, si se abre un conflicto con Podemos puesto que la moción en cuestión es iniciativa de En Comú, la confluencia catalana del partido morado, de su socio presupuestario.
La portavoz ha respondido que eso es entrar en la "especulación", que "no es buen territorio político", y se ha limitado a reiterar los dos argumentos principales del Gobierno contra la resolución aprobada: es inconstitucional porque supone "un nuevo intento, como otros anteriores del Parlament", de iniciar un proceso unilateral hacia una república catalana, y porque la cámara autonómica además excede sus competencias al apostar por la abolición de la monarquía como forma de Estado, algo para el Gobierno "inadmisible política y jurídicamente".
El Gobierno, ha subrayado la portavoz, "no imagina nada que no esté encima de la mesa: la figura del Jefe del Estado no debe ser objeto de disputa partidaria dentro de una cámara autonómica".

viernes, 19 de octubre de 2018

El Rey homenajea a la Constitución como lección de convivencia, que representa “democracia y libertad”


OVIEDO.- El Rey Felipe VI ha finalizado su discurso en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias con un homenaje a la Constitución española, con motivo de su 40 aniversario, y se ha referido a ella como una “lección de convivencia” que representa “democracia y libertad” para los españoles.

La inminente efeméride ha servido al jefe de Estado para hacer un reconocimiento al texto que “recuperó para el pueblo español la soberanía nacional”, que “devolvió a los españoles su libertad y su condición de ciudadanos” y “que reconoció la diversidad de sus orígenes, culturas, lenguas y territorios”.
La Constitución, ha dicho, fue “fruto de la concordia entre españoles, unidos por un profundo deseo de reconciliación y de paz” y “unidos por la firme voluntad de vivir en democracia”. Así, ha remarcado que su 40 aniversario se celebrará como “un gran ejemplo” del que los españoles pueden sentirse “profundamente orgullosos”.
“Como una lección de convivencia que dignifica la política y engrandece nuestra Historia como la mejor muestra de la generosidad, la madurez, y la responsabilidad de todo un pueblo que ganó la democracia y la libertad”, ha añadido, remachando que “democracia y libertad es lo que representa y significa para España, para el pueblo español”, la Constitución de 1978, un mensaje que ha sido acogido con aplausos por el auditorio presente.
En la ceremonia de hace un año, las palabras finales del discurso de Felipe VI fueron, apenas unas semanas después del 1-O, para subrayar que España resolvería de acuerdo con la Constitución y las instituciones democráticas el “inaceptable intento de secesión de una parte de su territorio nacional”.
El Rey añadía entonces que Cataluña “es y será una parte esencial” de la España del siglo XXI, tras agradecer el apoyo a la democracia española de las instituciones europeas, a las que acababa de galardonar con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia.
En su edición de 2018, Felipe VI ha tenido también palabras de “alegría y gratitud” hacia Asturias por su reciente visita, el pasado 8 de septiembre, a Covadonga y su presencia “ante un pueblo unido por sus sentimientos y por tantos siglos de historia”. 
“Por la historia de todos, raíz de España”, ha añadido.
Según ha dicho, “la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía tendrán para siempre ese día grabado en su corazón”. Esa visita a Covadonga, con motivo de su triple centenario –cien años del Parque Nacional, 13 centenario de los orígenes del Reino de Asturias y cien años la coronación canónica de su Virgen– fue el primer viaje oficial de la Princesa Leonor a la comunidad que da nombre a su título de heredera.
En su discurso, el Rey ha tenido palabras para todos los premiados en esta edición y ha recalcado que todos ellos comparten “una misma patria”, la del “conocimiento, de la cultura, de la ciencia y de la solidaridad” cuyas fronteras están “trazadas por la sabiduría, la entrega a unos ideales, el esfuerzo y la inteligencia”.
También ha dado la bienvenida al nuevo presidente de la Fundación Princesa de Asturias, Luis Fernández-Vega y ha agradecido el trabajo de su antecesor, Matías Rodríguez-Inciarte.
Los premiados, ha dicho, son “referencias” e “inspiración” para los tiempos actuales. En un momento en que a menudo “prima lo efímero y lo superficial”, la Fundación apuesta por “valores que permanecen” y por quienes sugieren “senderos nuevos y renovados”. “Autenticidad, respeto a la verdad y proyectos asentados en el tiempo sobre principios sólidos y convicciones profundas”, ha subrayado.
Del Premio de las Artes, el cineasta Martin Scorsese, ha destacado que la “grandeza de su obra” reside en “su búsqueda constante de la verdad y la redención”, su “pasión” por la vida y su capacidad para plasmar los claroscuros y “la ambivalencia de los sentimientos humanos”.
Al homenajear a Alma Guillermoprieto, Premio de Comunicación y Humanidades, ha destacado como la periodista afirma que “el mejor periodismo es el que reflexiona, el periodismo que indaga y verifica” y que el periodismo “es indispensable para la democracia”.
Después, ha puesto en valor el trabajo de la ONG Amref Health Africa, Premio de Cooperación Internacional, su objetivo de conseguir cobertura sanitaria universal para el continente en 2030 y su lucha contra la ablación. 
En concreto, ha destacado la lucha, desde los ocho años, de Nice Nailantei Leng’ete, que ha llevado a que miles de niñas hayan “conseguido escapar de un destino tan injusto como terrible, sustituyendo la mutilación genital por ritos de paso alternativos”.
Su trabajo, ha dicho, pone de manifiesto “la injusticia que muchos seres humanos viven a diario, solo por haber nacido en algún rincón olvidado del planeta” y cómo la indiferencia y el desánimo o el pesimismo “no ayudan nada”.
También ha aprovechado el Premio de la Concordia, concedido a la doctora en Biología Marina Sylvia Earle, para subrayar como el mar y las aguas, “el origen de la vida”, empiezan a estar en una situación “peligrosamente grave” por la sobreexplotación, la falta de oxígeno en las llamadas ‘zonas muertas’, el calentamiento de las aguas a causa del CO2 y los 8 millones de toneladas de plástico” que cada año se arrojan al mar. 
“Son señales alarmantes de una situación que es preciso revertir, que tenemos que cambiar sin dilación”, ha advertido.
De los premiados en la categoría de Deportes, los alpinistas Reinhold Messner y Krzysztof Wielicki, ha subrayado el espíritu de sacrificio y superación, la disciplina y el valor, y de la novelista Fred Vargas, Premio de las Letras –ausente de la ceremonia–, su concepción de que la creación artística sirve “para entrar y salir de la realidad, y también para mirarla a los ojos”.
En cuanto al Premio de Ciencias Sociales, Michael Sandel, ha incidido en su apuesta por que los ciudadanos se cuestionen “cómo trabajar unidos por una sociedad más racional, más informada y más dichosa”.
En la categoría de Investigación Científica y Técnica, donde el premiado es Svante Pääbo, uno de los fundadores de la Paleogenética, ha destacado como “la ciencia, que siempre mira al futuro, lo hace en muchas ocasiones sumergiéndose en el pasado, interpretándolo y aprendiendo de él”.

Los Reyes, recibidos entre aplausos y abucheos a su llegada al 'Teatro Campoamor', de Oviedo

OVIEDO.- Cientos de manifestantes han mostrado varias pancartas, una de ellas con el ya clásico lema de 'Fartones', y otras críticas con la Monarquía y con la situación social y laboral de Asturias.

Los Reyes de España han llegado al Teatro Campoamor, en Oviedo, en medio de los abucheos, silbidos y gritos de protesta de las centenares de personas que se concentraban en contra de los Premios Princesa de Asturias 2018. Al otro lado de la calle, más cerca del Campoamor y en mitad del sonido de cientos de gaitas, el resto de público ha aplaudido a Don Felipe y Doña Letizia.
Unas 400 personas se han concentrado en la plaza de La Escandalera de Oviedo para protestar contra los Premios Princesa de Asturias y la monarquía, y han abucheado a las autoridades y galardonados que se dirigían al teatro Campoamor para asistir a la ceremonia de entrega de estos galardones.
Los manifestantes se han congregado en la plaza a primera hora de la tarde, con pancartas bajo el lema “Asturies nun tien rei” y una, suspendida en el aire con globos de helio, que calificaba a la familia real como “fartones”. 
También han mostrado banderas independentistas asturianas y pancartas con alusiones a las pensiones o al conflicto de Duro Felguera, entre otros.
Durante toda la tarde han realizado cánticos contra la familia real, la monarquía y los Premios Princesa de Asturias. La intensidad de los abucheos ha alcanzado su punto más álgido a la llegada de los reyes al Teatro Campoamor, donde ha tenido lugar la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias.
Frente a esta manifestación, a la altura del Campo San Francisco, se ha congregado otro grupo de defensores de la monarquía, con dos pancartas con la bandera de España y bajo los lemas “España no se rinde” y “Por la unidad de España ¡Viva el rey!”.
Asimismo, repartidos por la acera de la calle Uría, varios ciudadanos portaban pequeñas banderas de España, así como en la plaza de La Escandalera y frente al teatro, que también han aclamado durante el trayecto al Teatro Campoamor al líder del PP, Pablo Casado, y de Ciudadanos, Albert Rivera.

viernes, 12 de octubre de 2018

Referendos y liderazgo / Francisco Poveda *

En Europa no entienden bien lo que realmente está pasando en España y lo cierto es que nuestras embajadas no se han empleado casi nada en explicar 'el procés'  y sus causas profundas a las respectivas opiniones públicas nacionales, de la Unión Europea al menos, y a sus más relevantes medios en cada país, incluida la intervención y su financiación exterior interesada por elevación para una balcanización de la península Ibérica. 

Y quizás sea por el rubor que implica en una teórica democracia parlamentaria occidental haber negado la libertad colectiva de expresión a un grupo de ciudadanos españoles residentes en Cataluña a través de un referendo consultivo (cuando el resultado implica únicamente la manifestación de la voluntad general o popular de forma no vinculante) que, en la fecha de su planteamiento, hubiese arrojado unos resultados porcentuales previsibles y muy distantes de lo que significarían hoy de realizarse tras un acuerdo político previo entre Madrid y Barcelona. 

Ahí Rajoy no estuvo políticamente muy fino entonces y de aquellos polvos... estamos donde estamos y posiblemente a donde vamos. Aunque bien es cierto que el Gobierno central no puede admitir, ni el sistema oneroso de las autonomías regionales artificiales puede aguantar, que la contribución fiscal del 20% del PIB español aspire a un sistema de conciertos o cupo como el del País Vasco (5%) o Navarra (2%) a base de aportaciones cuasi simbólicas al erario público de la Nación en el marco de la reforma del Estatuto de Cataluña.

Explique lo que explique y donde lo explique, Rajoy ha salido del Gobierno por no asumir su responsabilidad política, personal y colegiada, ante el desafío catalán. Y Sánchez entró de urgencia en Moncloa, presumiblemente de la mano de Zarzuela y el Ibex, para encauzar un entuerto de tal envergadura mientras se regenera una derecha conservadora estructuralmente corrupta, se revela el escaso peso específico de un C's de plastilina y se verifica el techo electoral de un neocomunista Podemos ante la recuperación constatable del voto socialista antes de convocar unas nuevas elecciones generales todo lo tarde en el tiempo que se pueda para que el régimen del 78 pueda recuperar el aliento y apuntalar a la Corona ante los crecientes embates republicanistas de diferentes procedencias.

Porque aquí entendemos cualquier referendo como plebiscito es por lo que no se hizo en 1978, diferenciado del de la nueva Constitución, el del sistema de Gobierno (monarquía o república) que hoy, en 2018, aún parece pendiente para legitimar democráticamente a la Corona cuya única decisión existencial actual proviene de las Cortes de Franco en primer lugar y, en segundo, de la dinástica de don Juan de Borbón desde un punto de vista de sucesión interna al entenderlo todo como una reinstauración de lo desechado en 1931 por unas elecciones municipales concluyentes.

Pero la Corona puede y tiene que hacerse útil en tiempos tan turbulentos si es que aspira a sobrevivir en España. Nunca entendí muy bien como no se renovó por completo el equipo de Zarzuela con la ascensión al Trono de Felipe VI. Y ahora aún lo entiendo menos al trascender que el cuestionado desde Cataluña discurso real del 3-O se coció en los entornos del monarca, lo que todavía puede resultar más problemático de cara a las periferias del país y sus élites más liberales por ilustradas. 

El resultado es que la sociedad española más inquieta por joven, bien formada y progresista ha elegido este simbólico 12 de octubre para debatir sobre la abolición de la monarquia parlamentaria tras el cuestionamento que se ha producido horas antes en el Parlamento catalán. 

Y puede continuar en algunos ayuntamientos de las llamadas nacionalidades históricas, desde Galicia a las Vascongadas y hasta de Baleares, visto el poco entusiasmo ante el llamamiento del constitucionalista PP para cubrir hoy todas las fachadas de nuestras viviendas con la enseña nacional con motivo del 12 de octubre. Su escasa capacidad de convocatoria tiene mucho que ver con la corrupción sistémica, la degradación general y la ascensión de los populismos, que explican el fenómeno catalán y la falta de credibilidad, por agotamiento, del régimen del 78 en todo su conjunto, hasta el desprestigio en Europa de nuestra Justicia por su infiltración política definitiva al margen de la Fiscalía.

Con todo, lo más preocupante e inquietante es la falta de un liderazgo nacional que tan bien supo encarnar el actual rey emérito Juan Carlos I. Desde Pablo Iglesias hasta Felipe VI, pasando por Pablo Casado, Albert Rivera, Pedro Sánchez y hasta Alberto Garzón, no se han revelado como líderes en coyuntura tan propicia como la de ahora para poder demostrarlo con un poco de esfuerzo. Y esa es la verdadera tragedia nacional que puede dar lugar a todo tipo de riesgos interiores y exteriores para conservar las esencias culturales e históricas que sustentan identidad,  folklores aparte.

Meses después de la moción de censura en el Congreso, la derecha se ha fraccionado en tres partidos extremos que han regalado el centro al PSOE mientras la izquierda reformadora y transformadora reside en Podemos, por lo que cabe concluir que en unas eventuales elecciones próximas, y coincidiendo con el CIS, hoy ganaría con holgura el centro-izquierda frente a los nacionalistas incluso, por un significativo deslizamiento del voto con las posibles excepciones de Andalucía, Cataluña y puede que hasta el País Vasco, según coinciden sociólogos expertos en demoscopia. 



(*) Periodista y profesor