viernes, 23 de noviembre de 2018

Iglesias pide una república para romper España / Pablo Sebastián *

El diario El País ha publicado, en su página 26 y fuera de su sección de Opinión, un artículo secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, bajo el titulo de: ‘¿Para que sirve hoy una Monarquía?’. El escrito revela la nueva deriva republicana de Podemos ante el deterioro electoral de su formación política a la que las encuestas le otorgan una pérdida notable de intención votos de 4 ó 5 puntos con respecto a los comicios generales de 2016.

Lo que no impide reconocer que tanto Iglesias como Podemos siempre han defendido la República como su ideal político para España, aunque en los últimos tres años y en sus grandes manifestaciones (en la Puerta del Sol en enero de 2015) y Asambleas de Vistalegre 1 y 2 lo han escondido.

El argumento de Iglesias para abrir el debate de la República se basa en imputar al rey Felipe VI, con falsedad, que La Corona ya no garantiza la unidad de España en Cataluña y País Vasco. 

Y centra Iglesias su ataque a la Monarquía en el discurso de Felipe VI de 3 de octubre de 2017 donde el Monarca defendió el orden constitucional frente a la ruptura de la legalidad y la violación flagrante del Estatuto y la Constitución que impulsaron la Generalitat y el Parlament con los apoyos de ERC, PDeCAT y la CUP .

Ese discurso de Felipe VI no solo fue un importante alegato en defensa de la unidad de España y de la Constitución, sino la obligación del Jefe del Estado frente a los graves y delictivos acontecimientos, exigiendo al Gobierno de España, ante la débil actuación de Rajoy, la recuperación del orden constitucional lo que, lamentablemente, aún está por consolidar.

De manera que la actuación del rey Felipe VI, como la de su padre Juan Carlos I frente al golpe de Estado del 23-F, fue impecable y democrática en contra de lo que afirman Iglesias y Podemos. Los que, tras inhibirse en los inicios golpistas, finalmente se han sumado al golpe catalán negando la evidente violación de la Ley, el Estatuto y la Constitución, y situándose del lado de los responsables del golpe a los que tildan de ‘presos políticos y exiliados’, faltando a la verdad y negando la legalidad.

De ahí el apoyo de Podemos a la reprobación del Rey en el Parlament y el Ayuntamiento de Barcelona y, en vísperas de los ya cercanos procesos electorales, la nueva proclama republicana de Iglesias como banderín de unas campañas electorales donde pretenden marcar en la izquierda ciertas distancias con el PSOE. Partido que les quita a Podemos muchos votos a nivel nacional amparado en los gestos progresistas del Gobierno del PSOE.

Pero el alegato republicano de Iglesias lejos de apoyar la unidad de España como pregona pretende precisamente lo contrario como se aprecia en las últimas líneas de su artículo donde escribe: ‘Una nueva república será la mejor garantía para una España unidad sobre la base del respeto y la libre decisión de sus pueblos y sus gentes’.

Es decir una República que favorezca el derecho de autodeterminación de todas las Autonomías (empezando por Cataluña y País Vasco) y también de las provincias, ciudades y pueblos de España (Tabarnia ahí incluida) lo que conduciría a la centrifugación del Estado y la destrucción de España.

Por supuesto Iglesias en su escrito republicano no reproduce, aunque publicadas están, las que han sido sus posiciones anti democráticas en contra de la separación de los Poderes del Estado, las libertades o la independencia de la Justicia y los medios de comunicación porque él está en línea con el ‘centralismo democrático’ de regímenes comunistas, o los populistas y bolivarianos como el de Venezuela. Ni tampoco menciona su frontal animadversión a la Unión Europea a la que España pertenece.

A sabiendas Iglesias, como debería desde su condición de profesor en la materia, que esa separación de Poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo, y la libertad de Prensa, son las bases indiscutibles de toda República y no la autodeterminación de una o varias partes del territorio nacional, lo que no existe fuera de la ley y la Constitución, en los sistemas democráticos de todo el mundo.

La pregunta que surge tras la lectura del artículo de Iglesias, en el que si hace un buen relato de la Transición, no es la de ‘¿Para qué sirve hoy la Monarquía?’, sino ‘¿Para qué sirve hoy y hacia dónde camina Podemos?’ 

Y ellos dirán que para impulsar políticas sociales, lo que es cierto pero en el ámbito democrático, institucional y territorial y de las libertades no aportan nada bueno ni positivo para España y Europa, y de ahí su techo electoral.


(*) Periodista



El artículo del 'New York Times' sobre Felipe VI que, desde el titular, no deja lugar a interpretaciones

MADRID.- El prestigioso diario estadounidense The New York Times ha publicado un rotundo artículo en el que asegura desde su titular que "la monarquía española necesita un referéndum".

El texto lo firma el periodista español David Jiménez, que explica que los estudiantes han sido llamados a votar el 29 de noviembre en un referéndum simbólico que se va a celebrar en, al menos, 13 universidades de España. La pregunta será: "¿Estás a favor de abolir la monarquía como forma de Estado e instaurar una república?".
El autor subraya que la intención real es dar un nuevo paso en la ofensiva que "tiene como objetivo derrocar al rey" y que, en realidad, el resultado importa poco. 
En esa ofensiva, Jiménez añade también las votaciones que se celebrarán en varios distritos de Madrid y a la decisión de Podemos de organizar algo similar en Ayuntamientos.
El periodista afirma que, aunque los partidarios de la Monarquía ven las consultas "como un ataque al corazón del Estado", harían bien en aceptar el envite. "La monarquía necesita un referéndum para garantizar su continuidad a largo plazo y renovar su legitimidad democrática", asegura.
Jiménez afirma que la Corona es un sistema arcaico, pero no comparte que sea antidemocrático porque "forma parte del modelo de Estado apoyado masivamente por los españoles en la Constitución de 1978".
Con todo señala que lo más probable es que "el trono sea ocupado, tarde o temprano, por alguien incompetente o corrupto".
"Pero la eliminación de la Corona no es la única vía para subsanar un déficit que puede ser compensado con mecanismos constitucionales que permitan destituir a un monarca inapropiado e incluso eliminar la institución cuando una mayoría de la ciudadanía lo quiera. Ambas opciones son en teoría posibles en España, pero los padres de la Constitución se cuidaron de diseñar un proceso lo suficientemente complejo como para que nunca fuera puesto en marcha", señala.
Jiménez admite que "resulta difícil saber qué apoyo tiene entre los españoles Felipe VI" porque nadie "ha encontrado falta en él" pero "sus primeros años como monarca se han visto dañados por acusaciones a algunos familiares cercanos" como Iñaki Urdangarín, que está en la cárcel. "Mientras, los escándalos que obligaron a abdicar a su padre siguen ocupando las portadas", alerta.
"Lejos quedan los días en los que la monarquía española vivía un idilio casi perfecto con la ciudadanía, la familia real tenía una imagen impoluta y el debate sobre el modelo de Estado permanecía en la marginalidad política", constata David Jiménez, quien asegura que el reinado de Juan Carlos I sustuvo su imagen durante demasiado tiempo "en una fantasía".
"La prensa ocultó sus excesos, los políticos miraron para el otro lado y la élite económica le agasajó en busca de privilegios e influencia, creando un muro de protección tan cortesano como ficticio", asevera.
"Felipe VI necesita exactamente lo contrario: abrir la institución a la calle, huir del hermetismo que promueve su entorno más conservador y reanudar el impulso reformista de sus comienzos, abrazando incluso la idea de que al final su futuro sea decidido en un referéndum", zanja.