domingo, 21 de julio de 2013

El Principe regresa a la noche de Palma con sus amigos

PALMA.- Muchos han sido los comentarios y las críticas en torno a que si la Familia Real no va mucho a Palma de Mallorca, que si cada uno hace el verano por su cuenta y ya no hay casi presencia de la Familia.

   Ahora sin poder regatear casi ninguno, y con la decisión de haber devuelto el Fortuna por la crisis y  así reducir gastos, más el fuerte impacto que ha supuesto en la isla mallorquina, el caso Noos, todavía hacía presagiar más la inexistente presencia de la Familia Real en Palma de Mallorca.
   Pero el heredero a la Corona, sabiendo cual es su papel, está decidido a hacer acto de presencia en Palma y que se sepa que esta allí, como siempre.
   Así, Felipe, llegó el mismo viernes a Palma y salió, como en los viejos tiempos cuando se pasaba largas temporadas allí. Como cuando era joven. Al día siguiente acompañaría a Mariano Rajoy y a los ministros de Exteriores de la Unión Europea.
   Tal y como relata el diario Última Hora, el Príncipe fue a cenar a uno de los sitios mas típicos de Palma, Mimo's, donde su dueño, Juan Aguirre, conoce perfectamente los gustos del Príncipe. No se decantó por platos excesivamente preparados, como relata el diario, si no por una selección de pintxos y montaditos.
   Y luego se fue a Café Amarre, un sitio donde se reúne la gente de la nuit de Palma, como ha podido saber Última Hora. Este emblemático lugar, se encuentra al lado de Calanova, muy cerca de Marivent. El Heredero se presentó por sorpresa, sin avisar a nadie, y ante el asombro de los presentes que no daban crédito de estar junto al Príncipe. Pero la llegada de Felipe no sorprendió a los atónitos sino también a su dueño, Juan Gomis, que no se esperaba tan majestuosa presencia. Muy amigablemente el Príncipe le saludó y empezó el verano en Palma.

El 'Fortuna' vuelve a manos de los empresarios baleares que se lo regalaron al Rey


MADRID.- El Gobierno ha decidido devolver sin coste el yate 'Fortuna' al grupo de empresarios de Baleares que lo donaron en el año 2000 para uso y disfrute de la Familia Real, después de que el Rey renunciara a utilizarlo y una vez que los mismos empresarios expresaran su deseo de recuperar su propiedad, incluso a pesar de la idea inicial de venderlo y destinar lo obtenido a proyectos sociales en la isla.

La Abogacía del Estado ha considerado que la donación que hizo la Fundación Turística y Cultural de las Islas Baleares (Fundatur) tiene un carácter "modal", para que lo utilizara el Rey y la Familia Real, y como ahora ya no se le da ese uso, el Ejecutivo ha dado vía libre para su revocación después de que el monarca comunicara a mediados de mayo que renunciaba al uso de esta emblemática embarcación, poniéndola a disposición del Estado.

Poco después, los empresarios que le habían regalado el barco, reunidos en torno a la fundación Fundatur, solicitaron su devolución al Ejecutivo, bajo el argumento de que cuando lo entregaron a Patrimonio Nacional lo hicieron "para el uso y disfrute de su Majestad el Rey y de los miembros de la Familia Real", es decir, que se trató de una "donación modal y finalista".

Ahora el Gobierno ha aprobado un real decreto para desafectar el yate, después de que Patrimonio Nacional, a requerimiento del jefe del Estado, hubiera iniciado el procedimiento al respecto y ha recordado que los empresarios de Fundatur han reclamado su devolución porque "no se destina al fin para el que fue donado".

Los servicios jurídicos del Estado han confirmado que se trata efectivamente de una "donación modal" y por ello, una vez "desaparecida esa circunstancia", esto es, su utilización por parte del Rey, han dictaminado que procede la revocación de la donación y, consecuentemente, la "devolución del bien".

Ahora sólo resta que Patrimonio Nacional se ocupe de los trámites necesarios para que el buque pase a los empresarios de Baleares.

El "Fortuna" es un yate de alta velocidad y 41 metros de eslora, fue donado en el 2000 por Fundatur, entidad presidida por Carmen Matutes y que contaba entre su treintena de patronos con los máximos responsables de Sol Meliá, Barceló, Globalia, la Caixa y la Caja de Ahorros de Baleares "Sa Nostra". 

En su día, costó unos 3.000 millones de pesetas -equivalentes a 18 millones de euros- pagados a los astilleros Bazán en San Fernando (Cádiz) para sustituir al anterior "Fortuna", donado en 1979 por el rey saudí Fahd, que a su vez reemplazaba a otra embarcación con el mismo nombre que don Juan Carlos utilizaba en aguas de Baleares desde agosto de 1976.

Tras conocerse que don Juan Carlos renunciaba a su utilización, el Gobierno de Baleares, presidido por Joan Bauzá y que forma parte como patrono de la fundación que encargó su construcción, apoyó su retorno a sus propietarios originales.