El Rey tendrá que estar de baja de dos a  seis meses tras su operación de hernia de disco,
 que viene a sumarse a  una buena serie de intervenciones quirúrgicas 
anteriores. 
La información es un tanto ambigua en cuanto a sus posibilidades de desempeñar correctamente sus funciones y se daría el caso de interrupciones temporales de su movilidad, con indeterminadas delegaciones de funciones en su hijo y heredero, lo que traería una sensación de provisionalidad que no me parece muy adecuada para el desempeño normal y efectivo de su trabajo.
La información es un tanto ambigua en cuanto a sus posibilidades de desempeñar correctamente sus funciones y se daría el caso de interrupciones temporales de su movilidad, con indeterminadas delegaciones de funciones en su hijo y heredero, lo que traería una sensación de provisionalidad que no me parece muy adecuada para el desempeño normal y efectivo de su trabajo.
Pero aquí parece que seguimos con el miedo a llamar a las 
cosas  por su nombre y a tomar las decisiones que sean necesarias. En la  Constitución está prevista la regencia temporal me parece que muy  exactamente pensada
 para casos como el que nos ocupa y otros parecidos. Y  por supuesto que
 ahí está la posibilidad de abdicación del monarca,  como acaba de hacer
 la reina de Holanda, con una edad semejante a la de  don Juan Carlos y 
con un estado de salud al parecer bastante mejor que  el de nuestro Jefe
 del Estado.
El príncipe heredero, Felipe de Borbón, tiene edad y formación más  que suficientes para recibir el legado de su padre con
 las suficientes  garantías de correcto desempeño del cargo de Rey. Su 
formación y su  joven edad aconsejan que se tome la decisión y que no 
pase lo que con la  reina de Inglaterra, que va a conseguir que la 
sucesión no se produzca  en su hijo sino en su nieto, porque a este paso
 Carlos subirá al trono  con una edad por completo desfasada. 
Otra cosa 
es que aprovechemos la  coyuntura para plantearnos ese fondo del 
problema que es la continuidad o  no de la Monarquía como forma de 
Estado en España, pero mi  planteamiento en este instante no es ese. Tal
 cosa se va a plantear de  todos modos antes o después y nadie podrá ni 
deberá evitarlo. 
Así es que tal temor no debería obstaculizar una posible abdicación ahora, a sabiendas de que el tema se planteará cuando la renuncia del actual Rey se produzca, lo mismo da que fuese ahora o que ocurriese dentro de algún tiempo. ¿Por qué no nos dejamos de bobadas y hablamos de ello?
Así es que tal temor no debería obstaculizar una posible abdicación ahora, a sabiendas de que el tema se planteará cuando la renuncia del actual Rey se produzca, lo mismo da que fuese ahora o que ocurriese dentro de algún tiempo. ¿Por qué no nos dejamos de bobadas y hablamos de ello?
