La trama Nóos, con los mails de Torres y las confesiones de Corinna, han supuesto un pequeño foco de luz sobre lo que se refiere a las actividades de la Monarquía española. Las disculpas del Rey por el viaje semi-clandestino para cazar elefantes en Botswana llegaron incluso a plantear en la sociedad el debate sobre la posible abdicación del Monarca.
Sin embargo todos son tímidos movimientos alrededor de la institución
más opaca de España. La prueba es que, pese al ruido generado en el
entorno de Zarzuela, y con la enésima visita del rey Juan Carlos a un quirófano, ningún medio se atreve a plantear abiertamente el debate sucesorio en España.
Tan solo 'El Periódico de Catalunya' de una manera indirecta pero poco disimulada, insinúa en su portada la necesidad de que el Príncipe Felipe comience a relevar a su padre
en algunas cuestiones. Para ello el Consejo de redacción del rotativo
ha colocado juntas, pero por separado, dos noticias independientes pero
que permiten una rápida asociación de ideas:
'El Rey podría estar seis meses de baja' y 'Las bajas laborales caen por miedo a los despidos'.
La clave está en el subtítulo de la primera donde queda claro la
determinación del monarca a seguir en el cargo hasta la muerte, como
tantas veces ha confesado a su círculo más cercano: 'Juan Carlos acudirá
a actos aunque utilice temporalmente una silla de ruedas'.
La portada ha sido un éxito en Twitter donde los internautas hacen chistes y bromas sobre la Corona.
Lo cierto es que esta visita al quirófano, la cuarta
en 10 meses y segunda en una semana –el pasado miércoles el doctor
Ángel Villamor le volvió a ajustar la prótesis que le colocó en la
cadera hace menos un año-, ha obligado a aplazar el viaje a Marruecos por invitación de su amigo, el rey Mohamed VI.
La Constitución española establece en su artículo 57.5.
que "las abdicaciones y renuncias y cualquier duda de hecho o de
derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por
una Ley orgánica" sin embargo esta aún no existe como tal.
Algo que se subsanaría fácilmente con una tramitación y aprobación
urgente.
Pero para ello, el Rey tiene que querer abdicar porque la
decisión es personal y nadie le puede obligar. De hecho, incluso cuando el Rey lo ponga por escrito, las Cortes deberán examinar el manuscrito de abdicación para comprobar que no ha sido forzado a hacerlo.
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