domingo, 14 de junio de 2020

La monarquía afronta la crisis con menos respaldo institucional y parlamentario / Fernando Garea *


No hay encuestas del CIS sobre la monarquía desde 2015 y, por tanto, es imposible tener datos ciertos sobre el grado de aceptación de la monarquía, después de conocerse que el anterior jefe del Estado, Juan Carlos I, tenía una cuenta en Suiza y que, presuntamente, cobró comisiones por la adjudicación del AVE a La Meca

No hay forma de medir por esa vía el grado de aceptación de la Corona y el nivel de popularidad del actual rey, Felipe VI. No es posible evaluar cuánto le puede afectar a la institución la investigación al rey emérito abierta por la Fiscalía, en plena crisis sanitaria e iniciando una crisis económica y social imprevisible, con consecuencias en las instituciones del Estado.

"En la anterior crisis económica todas las instituciones políticas y también la Corona salieron dañadas, aunque es verdad, que era con el anterior Rey. Pero las crisis económicas suelen desembocar en crisis institucionales si no se gestionan bien y también significa que la ciudadanía considere que no son ellos únicamente quienes están pagando la crisis", asegura Juan Pablo Ferrandiz, investigador principal de Metroscopia

Ante esa crisis, en todo caso, sí hay forma aproximada de analizar cuánto apoyo institucional tiene la Corona para afrontarla. Basta con el dato de que más de 70 diputados, algo más del 20% del Congreso, han firmado peticiones para que el Parlamento investigue la actuación del anterior Rey y, por tanto, están dispuestos a exigir responsabilidades a la persona que ha encarnado la institución durante 39 años. Coincide además, que esos partidos en este momento cuestionan abiertamente la Monarquía y además uno de ellos, Unidas Podemos, forma parte del Gobierno, lo que también debilita su apoyo institucional.

Los partidos que han firmado esa petición son ERC, Junts per Catalunya, la CUP, PNV, BNG, Mas País, Compromís y EH Bildu. Unidas Podemos ha presentado la suya propia.

En un cálculo aproximado, unos seis millones de votantes de un total de 24 millones de electores, votaron en las últimas elecciones generales de noviembre de 2019 a esos partidos no monárquicos. Es obvio, que puede haber votantes de esos partidos que discrepen de ese punto concreto, pero el dato sirve para medir el apoyo institucional que sus representantes pueden dar a la monarquía.

A principios de los 90, por tomar alguna referencia, escasamente pasaban de 20 los diputados que cuestionaban abiertamente la monarquía, lo que no superaba el seis por ciento del Congreso. Y obviamente, el número de votos a esos partidos era mucho más bajo.

Entonces, los partidos que presentaban iniciativas críticas con la monarquía eran Izquierda Unida, Herri Batasuna y ERC. Y ninguna pasaba de la Mesa del Congreso, que por unanimidad siempre las rechazaba de plano. 

La configuración actual no quiere decir que haya posibilidad de acabar con el régimen de monarquía parlamentaria o que la Corona esté en peligro, pero sí significa que el respaldo parlamentario e institucional se ha reducido notablemente, como consecuencia de que hay más españoles que votan a partidos que la cuestionan.

El divorcio entre monarquía y Parlamento o monarquía y partidos se manifestó en el debate de investidura de Pedro Sánchez.

Muestra un divorcio entre monarquía y Parlamento o monarquía y partidos más pronunciado que nunca y que se manifestó en el debate de investidura de Pedro Sánchez el pasado mes de enero, cuando de forma insólita tres líderes (Pablo Casado, Santiago Abascal e Inés Arrimadas) incluyeron en sus discursos referencias elogiosas al Rey, mientras que otras formaciones hicieron lo contrario y una parte del hemiciclo vitoreó al monarca, como nunca había ocurrido en la historia constitucional.

Al Rey hasta entonces nunca se le discutió (ni se le defendió) desde la tribuna del Congreso, con alguna excepción de grupos muy minoritarios.

Ahora, la iniciativa de investigación se estrellará también en la Mesa del Congreso, esta vez con los votos de PSOE, PP y Vox, pero no será unánime porque dos miembros del órgano de Gobierno de la Cámara, que pertenecen a Unidas Podemos, la apoyarán para que llegue al Pleno. 

No está en peligro la monarquía, porque su modificación requeriría una mayoría de dos tercios de las dos Cámaras, que nunca se podrá alcanzar sin el PSOE y el PP y, además, haría falta un referéndum sobre la reforma.

Ya en su momento, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero abandonó su idea de eliminar la prevalencia machista de la sucesión a la Corona en la Constitución precisamente para no convertir el referéndum que precisa en un plebiscito sobre la monarquía.

Pero sí es evidente que la institución ha quedado más debilitada después de los escándalos de Juan Carlos I y de Iñaki Urdangarin. Se suma que el del rey emérito estalló, precisamente, en el inicio del estado de alarma y la posterior conmoción popular por la pandemia y el temor a la crisis económica.

La investigación se prolongará meses y ya no es descabellada la imagen del anterior jefe de Estado en el banquillo.

Ahora, cuando empieza a disiparse el humo del estallido de la pandemia, vuelve a primer plano la situación de la Corona, con el Rey emérito confinado, se supone que en La Zarzuela, tras el comunicado de Felipe VI dando por cierta la actuación reprochable de su padre, hasta el punto de retirarle la asignación pública y renunciar a la herencia. 

Y, según la previsión de la Fiscalía, la investigación se prolongará aún muchos meses, porque precisa de comisiones rogatorias, y un eventual futuro proceso en el Tribunal Supremo mantendría en primera línea el escándalo. Sin que sea ya descabellada una imagen del anterior jefe del Estado en el banquillo.

En el bloque de los partidos que piden la investigación parlamentaria, el más numeroso es el de Unidas Podemos, que siempre ha mantenido una posición claramente favorable a la República, pero que ha ido atemperando sus posiciones.

Pablo Iglesias celebra la fecha emblemática del 14 de abril, incluso como vicepresidente segundo, pero el pasado mes de septiembre aseguró en un acto que "la monarquía no está en crisis, y lo dice un republicano" y elogió a la princesa de Asturias por una intervención pública en catalán.

Unidas Podemos apoyó la cacerolada mientras hablaba Felipe VI sobre la pandemia, pero desde hace tiempo sus líderes transmiten que no lo consideran un tema prioritario, que no está en su agenda y que, por tanto, no moverán un dedo para cambiar ese punto de la Constitución, entre otras cosas por el sentido práctico de la imposibilidad de reunir mayorías suficientes.

En marzo no apoyaron una petición de partidos minoritarios para crear una comisión de investigación por no considerarlo oportuno en el inicio de la pandemia y ahora han presentado su propia petición, al margen del resto de partidos minoritarios. 

Fuentes del Gobierno explican que hay un acuerdo dentro del Ejecutivo que incluye la necesidad de que UP baje el tono en sus declaraciones públicas.

Fuentes del Gobierno explican que hay un acuerdo dentro del Ejecutivo para que el partido de Iglesias mantenga su margen de maniobra con temas como éste, pero añaden que se incluye la necesidad de que los ministros bajen el tono en sus declaraciones públicas. Y así lo han hecho desde que el lunes la Fiscalía anunció el inicio de la investigación, sin pasar del argumentario de la igualdad de todos ante la ley y el respeto a la Justicia.

Eso no impide que, tras hablar con el PSOE, Unidas Podemos haya presentado una petición de comisión de investigación más "refinada" que la del resto de grupos y que busca salvar el escollo del argumento de la inviolabilidad. La propia Fiscalía delimitó que tal inviolabilidad acaba con su abdicación en junio de 2014 y por eso sólo puede ser acusado de delito fiscal y blanqueo, presuntamente cometido tras abandonar su cargo. 

Al PSOE le queda el otro argumento que mantienen siempre los letrados del Congreso y que esgrimen desde los 80 para rechazar preguntas sobre el Rey: el Congreso no puede controlar al jefe del Estado.

La presencia en el Gobierno de un partido como Unidas Podemos, que cuestiona la monarquía, es también un elemento novedoso que debilita ese apoyo institucional a la Corona.



(*) Periodista