El pequeño Nikolaus, también conocido como Tiny Claus, íntimo amigo
de Palinuro, le ha pasado el vídeo del mensaje que dará mañana el Jefe
del Estado. Al parecer, lo ha obtenido mediante sus contactos en el CIO o
Centro de Inteligencia Obtusa, aunque no ha debido de verlo entero.
Esta es la transcripción en primicia para los lectores del clan
McPalinuro.
Buenas
noches: en este momento solemne, cuando por primera vez me dirijo a
vosotros como vuestro Rey en el tradicional mensaje de la Nochebuena,
quiero dedicar un emocionado recuerdo a mis antecesores. En primer lugar
a mi padre quien llevado por su amor a España, abdicó en mi persona. En
segundo por orden cronológico inverso y no de importancia, al general
Francisco Franco, mi abuelo putativo, a cuyos Principios juró lealtad mi
progenitor; lealtad que me corresponde renovar por cuanto la idea
dinástica está basada en el respeto a la tradición.
Fue
mi padre quien, hace dos años, aseguró aquí mismo que la Justicia en
España es igual para todos. Con matices. Él, por ejemplo, goza de
aforamiento vitalicio ante el Tribunal Supremo por sabia decisión del
legislador. Cualquier causa en su contra, como las demadas de
paternidad, el asunto de la ingente fortuna que la revista Forbes le atribuye, las acusaciones de haber cobrado mordidas por el petróleo importado del Golfo Pérsico o
las hipotéticas reclamaciones tras la reciente ruptura con la señora Zu
Sayn-Wittgenstein se verán en el Supremo, un tribunal animado de un
excelso sentido de la Justicia y el Patriotismo al mismo tiempo.
Igual
será para mi hermana, enfrentada a la cruel situación de dar cuenta de
unos actos de los que, me consta, no recuerda nada; nada de nada. Como
si no los hubiera realizado, pues quizá fueran obra de su cónyuge, el
jugador de balonmano. La fidelidad conyugal, por la que los Borbones
somos mundialmente famosos, tiene estos momentos amargos que sufrimos
por nuestro amor a la familia, institución perenne de la sociedad
cristiana, compuesta por un hombre, una mujer y los hijos que Dios sea
servido enviarles.
El
año que dejamos atrás ha sido complicado y difícil para todos. Lo sé.
Pero Rajoy me ha dicho que somos una gran nación. Gracias a él y sus
duras pero necesarias medidas, estamos saliendo de esta crisis tan
prolongada y tan profunda y que tanto nos ha hecho sufrir. Por fortuna
España es ya un jardín de brotes verdes en el que los ciudadanos
empiezan a recoger los frutos de sus sacrificios y miran con confianza
el año en que entramos. Los baremos del CIS dicen lo contrario, pero
Arriola me asegura que los hace un gabinete de republicanos y masones y,
en lugar de consultarlos, debemos leer diariamente La Razón.
La
Gran Nación es una, pero plural y libre de forma que, como dije en mi
discurso de entronización, hoy cada español es libre de sentirse español
como mejor le venga en gana, incluso en Cataluña. Faltaba más. Esa
libre unidad plural deriva su fortaleza de la Constitución de 1978, a la que pusimos de largo como señorita de 18 años en 1996
y hoy es ya una augusta matrona que ha conservado su virginidad
exceptuados dos achuchones sin importancia en 1992 y 2011. Aquí sigue
ella, garante de la soberanía de los españoles y su igualdad a la hora
de sentirse españoles y de la unidad de la Patria, supremo fin de las
fuerzas armadas, si llega el caso. Que no llegará pues la función
moderadora de la Corona asegurará el respeto a la gobernanza civil del Reino.
Ciertamente
la corrupción, esa lacra de nuestro tiempo es vuestra segunda
preocupación. Pero, la verdad, no se entiende bien esa reacción cuando,
según la señora Cospedal, la corrupción es hoy endémica en
España. Muchos políticos son corruptos; muchos funcionarios, venales;
muchos empresarios, delincuentes, pero eso pasa con todos, según afirma
la dicha señora entre procesión del Corpus y novenario de Santa Casilda.
No me agrada la idea pero quien esté libre de pecado, que tire la
primera piedra.
Nuestra
fe católica, administrada por los curas, nos protege de la
desesperación y nos permite mirar con confianza el futuro. Almas
perversas sostienen que la Iglesia es un Estado dentro del Estado, un
enorme parásito que succiona la riqueza material e intelectual del país
desde hace siglos, que su régimen de privilegios es muy superior al que
tenía el clero en al antiguo régimen y contrario a la
aconfesionalidad del Estado. Pero, aunque esta Iglesia muestre algunos
defectillos, ¿qué son estos y los costes que se atribuyen a este cuerpo
místico en comparación con la bienaventuranza de tener una sociedad tan
obediente y sumisa, que solo se manifiesta en forma de mayorías silenciosas?
El
gobierno, inspirado en el espíritu de la monja fundadora, verdadera
santa y guerrera, llevará al Parlamento en los próximos días unas
medidas de purificación y regeneración democráticas que, sin perder su
ánimo católico, dejaran chiquita la moral calvinista, demostrando cómo
el puritanismo es un disfraz del más codicioso afán de lucro. Aquí, en
España se impondrá la regla de San Benito. Para dar ejemplo, el
presidente del gobierno, acusado de haber cobrado sobresueldos, en
expiación, renunciará en público a los sobres y a los sueldos y lavará
todos los días los pies a un sintecho.
Mi
esposa, la Reina que, como sabéis, es periodista suele prevenirme
contra los de su profesión pues dice que son chismosos, malévolos, a
todo le sacan punta y capaces de vender a su progenitor por una
exclusiva que los haga famosos. Pero yo soy abierto y accesible y
respondo a las preguntas con la campechanía que caracterizaba a mi padre
y mi mayor preparación. No ignoro que me llaman Felipe VI Preparao.
El pueblo español es ingenioso y sus periodistas, su más digna
representación. Un verdadero baluarte de la Corona. Admiro el espíritu
con el que muchos de ellos van de tertulia en tertulia, como haciendo
las estaciones de una vía áurea, batiéndose el cobre en pro de la
verdad, la familia, la Corona, el orden. Dicen que cobran mucho por
ello, que no son caballeros desfaciendo entuertos sino mercenarios. Pero
en todo hemos de ser relativistas. ¿Cuánto puede costar una buena
defensa de la familia cristiana, bien de valor incalculable?
A
pesar de los brotes verdes, hemos de reconocer compungidos que, al
salir de la crisis, partimos de una situación lamentable: tenemos la
mayor cantidad de parados, los salarios son los más bajos, los impuestos
los más altos, los peores servicios públicos, las pensiones más cutres,
no nos cuidamos de los dependientes y el Estado del bienestar lleva
camino de ir a parar al museo de antigüedades, junto a la rueca y el
huso. Es una cita culta de Federico Engels, que me ha pasado un joven
asesor recién contratado en La Zarzuela que pertenece a un círculo de
Podemos.
Eso
me lleva a hablaros con el corazón abierto de esa otra preocupación de
nuestros conciudadanos, los políticos y los partidos. Nadie respeta más
la libertad de partidos, pivote de la democracia, que la Corona. Los
partidos son la garantía de la alternancia en el buen gobierno del Reino
y, lógicamente, en un sistema binario o, como dicen los analistas,
bipartidista. Pero los partidos son también instrumentos que canalizan
las preocupaciones y los deseos de innovación y cambio del pueblo. Y la
Corona, os lo aseguro, está atenta a esos anhelos.
Por eso me fijé en
cómo el lema de la última convocatoria de Podemos en Barcelona fue comença el canvi.
Y, en efecto, cuando Felipe González prometió el "cambio", ganó las
elecciones. Cuando lo prometió Rajoy, también las ganó. Ahora se promete
el "canvi" porque los tiempos traen aires catalanes, pero es y será
siempre el "cambio". Se ve cuánta razón tuve al contratar el asesor de
Podemos que ahora tiene un Círculo Podemos La Zarzuela. Los de los otros
partidos no saben por donde se andan. Estos están en la longitud de
onda de la gente y, como la gente no sabe lo que quiere, de estos a
veces no se sabe lo que dicen.
Pero
otras, sí. Por eso os comunicaré hoy, en la intimidad de vuestros
hogares una decisión que he tomado por mi cuenta, una sorpresa, algo que
no os esperais. Habéis visto cómo los de Podemos no quieren ver
banderas republicanas, ni oír hablar de la República, cual si fuera la
tiranía de los Pisistrátidas. Eso los hace cercanos a mi corazón.
Tampoco hablan mucho del aborto, ni de la separación de la Iglesia y el
Estado. Se concentran en cambio en la soberanía, el amor a la Patria y
la honradez de la vida pública.
La verdad, no entiendo por qué salen
personas avisadas, como Esperanza Aguirre, Condesa de Bornos, Grande de
España y Dama Comendadora Honorífica de la Orden del Imperio Británico,
diciendo que son un partido antisistema. Dentro de ese espíritu constructivo, Pablo Iglesias dijo en cierta oacsión que si el señor Felipe de Borbón quiere ser Jefe de Estado, que se presente a unas elecciones.
Y aquí es donde viene mi revelación y la sorpresa que quiero daros:
estos de Podemos son de mi generación, me entiendo con ellos, me fío de
ellos, hablamos el mismo lenguaje.
Sí
señor: he decidido presentarme a unas elecciones. Me gustaría contar
con el voto de Podemos, pero no ando muy seguro con gente tan
escurridiza. Si no lo consigo, tendré que fundar mi propio partido que
podría llamarse, lo tengo pensado, RRR o Reagrupación Republicana Real.
Este partido...
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La
emision se interrumpe; hay un fundido en negro y luego aparece un
comunicado del ministerio del Interior que reza: "En aplicación de la
Ley de Seguridad Ciudadana, también llamada "Ley Mordaza", aún no
promulgada pero ya en vigor, esta emisión ha sido censurada al
comprobarse que se hace desde una IP sita en La Zarzuela y desde la que
se efectúan continuas visitas a redes yihadistas. En breve se
restablecerá la comunicación con el Palacio de La Moncloa, desde donde
se impartirán las órdenes oportunas.
(*) Catedrático de Ciencia Política en la UNED