jueves, 3 de abril de 2014

Zarzuela califica el libro de Pilar Urbano de "pura ficción e imposible de creer"

MADRID.- El Palacio de la Zarzuela ha calificado las conversaciones que se citan en el libro 'La Gran Desmemoria' de Pilar Urbano de "pura ficción imposible de creer" y ha desmentido "rotundamente" que el Rey participase en lo que la autora denomina 'Operación Armada' para echar del Gobierno a Adolfo Suárez en 1981.

   Así se ha expresado un portavoz de la Casa del Rey después de conocer el comunicado difundido, entre otros, por diversos miembros de los gobiernos del presidente Suárez que tildan el libro de Urbano de "relato novelado-libelo" que "parece tener por objeto desestabilizar las instituciones y atacar frontalmente la figura del Rey y el presidente Suárez a través de una acusación infame y tergiversando la verdad".
   El portavoz de Zarzuela ha agradecido a los firmantes de ese comunicado su "defensa del papel institucional" del Rey y ha destacado que la relación del monarca con el presidente Suárez estuvo "basada en el respeto mutuo y la lealtad recíproca, así como en una sincera amistad en el terreno personal".
   En su propio comunicado, la Casa del Rey ha destacado el carácter "impecable" con el que el jefe del Estado ha cumplido "siempre" sus obligaciones institucionales y ha desmentido "rotundamente cualquier participación suya en la denominada en este libro 'Operación Armada'.
   No es la primera vez que Zarzuela sale al paso de una obra de Urbano. En 2008 la Casa del Rey también emitió un comunicado acusando a la autora de haber reproducido conversaciones suyas con Doña Sofía de manera "inexacta" en su libro 'La Reina muy de cerca'.
   En esa publicación, la Reina se mostraba contraria a la eutanasia y el aborto, y se oponía a que se llamase matrimonio a la unión entre homosexuales, unas opiniones que levantaron una gran polvareda, pues se supone que los miembros de la Familia Real no deben hacer declaraciones políticas.
   En pleno desarrollo de la Cumbre Iberoamericana en El Salvador, la Casa del Rey se vio obligada a difundir un comunicado indicando que la autora no había reproducido con exactitud las opiniones vertidas por la Reina en un ámbito privado.
     El director editorial de Planeta, Carlos Revés, ha asegurado este jueves que se han pagado todos los derechos de la foto del Rey y Adolfo Suárez tomada en el jardín de su residencia familiar durante una visita del monarca al expresidente y que la periodista Pilar Urbano incluye en su último libro 'La gran desmemoria'.
    El expresidente del Gobierno Felipe González manifestó este miércoles que no le da "credibilidad" al libro de la periodista Pilar Urbano sobre el 23-F, de quien ha dicho que, por lo que ha oído, "miente mucho más que habla".

Exministros de Suárez y su hijo tildan el libro de Urbano de "libelo", para atacar frontalmente al Rey

MADRID.- Varios colaboradores y exministros del expresidente del Gobierno recientemente fallecido Adolfo Suárez, así como su hijo, Adolfo Suárez Illana, han calificado este jueves el último libro de Pilar Urbano 'La gran desmemoria' de "relato novelado-libelo" que "parece tener por objeto desestabilizar las instituciones y atacar frontalmente la figura del Rey y el presidente Suárez a través de una acusación infame y tergiversando la verdad".

   Así lo ponen de manifiesto en un comunicado, firmado por el hijo de Suárez y su cuñado Aurelio Delgado, por los exministros Rafael Arias Salgado, Jaime Lamo de Espinosa, Rodolfo Martin Villa, Marcelino Oreja Aguirre, José Pedro Pérez- Llorca y Salvador Sánchez-Terán, el Teniente General Andrés Casinello Pérez y el General Fernando López de Castro Fá.
   Todos ellos acusan a Urbano de ser citados "con reiteración en la publicación como fuentes directas o indirectas" y de poner "en su boca" afirmaciones "total o parcialmente" falsas y en muchos casos "torticeramente manipuladas".
   Además, aseguran que las relaciones entre el monarca y el primer presidente de la democracia española estuvieron siempre presididas "por la lealtad, el respeto recíproco en lo institucional y por una amistad sincera y profunda en la esfera más personal".
 "Todo lo contrario de lo que algunas conversaciones imaginadas y noveladas pretenden sugerir", agregan.
   "No podemos sino condenar enérgicamente la infame y falsa operación política que trata de poner al descubierto la publicación y proclamamos tanto nuestra lealtad a S.M. el Rey, de cuyo escrupuloso comportamiento institucional somos testigos directos, como nuestro profundo respeto a la memoria y acción de gobierno del Presidente Suárez recién fallecido", añaden.
   Por todo ello, afirman "sin fisuras" que el Rey "nunca estuvo tras lo que en la publicación se denomina 'Operación Armada' ni en ninguna actividad al margen de sus funciones constitucionales", ni tras el golpe del 23F y que "jamás fue el 'elefante blanco' ni nada semejante". 
"Tal suposición es una gravísima ofensa", apostillan.
   Asimismo, en el texto difundido defienden que "es el Rey y solo el Rey quien desbarata y acaba con el intento golpista y devuelve a España a la normalidad constitucional".
 "O la persona que ha escrito el libro ha perdido definitivamente el oremus, escribiendo una novela-ficción más que un libro de rigurosa investigación histórica, o es utilizada con inexplicables fines", señalan.
   Además, manifiestan su "más absoluta repugnancia al anuncio y aparición de este libro en el momento en que España lloraba y llora, en plenas exequias fúnebres, la muerte de Adolfo Suárez", fallecido el pasado 23 de marzo, y lamentan que se utilicen "como argumentos de autoridad" referencias a personas ya fallecidas "que no pueden defenderse ni contrarrestar o desmentir tales insidias" como el propio Suárez o el que fuera su vicepresidente Manuel Gutiérrez Mellado.
   Por último, advierten de que no van a realizar más declaraciones al respecto "para no colaborar en lo que les parece una miserable campaña contra la verdad, la Corona, el Presidente Suárez y el sistema democrático constitucional".

Pilar Urbano insiste en que el Rey estaba en la 'Operación Armada'

MADRID.-  La periodista Pilar Urbano ha asegurado durante la presentación de su último libro 'La gran desmemoria' que la Operación Armada, que "desembocó" en el golpe de Estado del 23-F, "empezó el 5 de julio de 1980 en la Zarzuela" y que el Rey formó parte de ella hasta dos semanas antes de que el teniente coronel Antonio Tejero entrara al Congreso el 23 de febrero de 1981. No obstante, ha aclarado que la operación derivó en el golpe "no pretendiéndolo el Rey".

   En este sentido, Urbano ha insistido en rueda de prensa en que Don Juan Carlos estuvo al tanto del plan ideado por el general Alfonso Armada pero sólo hasta que la Zarzuela "soltó la operación" el 11 de febrero de 1981 y la dio por concluida, cuando se decidió proponer a Leopoldo Calvo-Sotelo como sucesor de Suárez en la presidencia del Gobierno.
   Así, Urbano ha querido dejar muy claro que, según sus investigaciones, la Operación Armada y el 23-F "son dos episodios muy distintos" y que el Rey "no sabía nada" acerca del golpe. "El Rey no sabía que el Parlamento iba a ser asaltado. Por eso llora la noche del 23, porque cree que ha perdido la corona", ha asegurado, para añadir que fue entonces cuando el monarca dijo: "Ni abdico, ni me voy, tendréis que fusilarme".
   De hecho, la periodista ha relatado cómo tras el golpe de Estado, el Rey y Suárez se echaron la culpa mutuamente de que éste finalmente tuviera lugar. En ese momento, el ya expresidente siente, según Urbano, que Don Juan Carlos le ha "traicionado".
   No obstante, Urbano ha reconocido la labor del Rey para traer a España la democracia. "El Rey lo ha pasado mal. Este señor nos devolvió todos los poderes y convirtió esto en una monarquía popular. Aceptó que se legalizara el PCE, aunque puso trabas, pero también las puso Felipe González a los Pactos de la Moncloa y aceptó ser vicepresidente en un Gobierno militar", ha señalado, refiriéndose al objetivo de la Operación Armada.
   Precisamente, Urbano ha sido preguntada durante la rueda de prensa por las declaraciones realizadas ayer por el expresidente Felipe González, acusando a la periodista de mentir. A este respecto, Urbano ha señalado que el socialista "está en su derecho" y que es "muy fantasioso y creativo". 
"Ha encontrado un nuevo oficio, el de joyero", ha ironizado.
   "Al que le duele la verdad es que ama la mentira", ha asegurado la periodista, en respuesta a aquellos que le acusan de no contar la verdad en su último libro. Según Urbano, todo lo que cuenta en su obra son hechos contrastados con todo tipo de fuentes, entre ellas, los protagonistas de aquella época, que "habiendo perdido ya el poder, han ganado libertad" para hablar.
   Así, ha asegurado que el expresidente Adolfo Suárez, recientemente fallecido, "no se fue a la Trapa" el 24 de febrero y "no hizo voto de silencio".
 "Durante bastante tiempo Suárez quería incluso hacer una película en la que fuese el protagonista. Habló con mucha gente, con su familia, con amigos, con colaboradores de despacho y conmigo. Hay muchas conversaciones", ha enfatizado, para avisar de que va a continuar investigando.
   "Ha habido muchos fraseos y movimientos de los protagonistas a los que el público no ha podido asistir y yo tampoco. Todo eso lo han ido contando los que habiendo perdido el poder han ganado libertad, como Sabino Fernández Campo o Torcuato Fernández-Miranda. Cuando han sido despojados de sus cargos han ganado deseos de contar", ha apostillado.
   De este modo, Urbano ha explicado que a raíz de estas conversaciones ha podido construir el "puzle" de lo que ocurrió entonces y del que hasta entonces sólo tenía algunas "piezas".
 "Sabía que había otra escena que no había visto, que había un señor que movía los hilos", ha aseverado.
   Urbano se ha referido también durante la presentación del libro a la investigación militar del 23-F y ha tachado de "simulacro" el juicio de guerra. "Hubo muchas anomalías, como sentar en el banquillo a un reducido grupo de militares", ha asegurado, para denunciar que también se ocultó la "trama civil" que estuvo detrás del golpe y que ella da en su libro "con nombres y apellidos".
   "Hubo un deseo expreso de Leopoldo Calvo-Sotelo de que la trama civil no entrara en el juicio y que se tocara a los menos militares posibles", ha afirmado, para añadir de que había "miedo" de que si declaraba algún de los civiles pudiera ser "el hilo del que tirar" para destapar todo.
   Asimismo, Urbano ha lamentado el fallecimiento de Adolfo Suárez y ha asegurado que el libro es un "reconocimiento" y un "homenaje" a su labor como el "gran hombre de España" que fue. "Fue un grande de España", ha sentenciado, y ha aclarado que la publicación de libro para el mes de abril ya estaba prevista antes de que el expresidente falleciera.

Mensaje de Urbano al rey: “A quien le duela la verdad es que ama la mentira”

MADRID.- Pilar Urbano quiere tapar bocas antes de que se vayan abriendo. Y recordar que el suyo, su último libro, La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el rey prefiere no olvidar (Planeta, 2014), es un ejercicio de periodismo que parte de su voluntad de "devolver al pueblo el derecho magnífico y constitucional de obtener información veraz". Así que al que le moleste, que arree, vino a decir. "¿Se oponen, atacan, relinchan, van a interponer acciones? Bueno, al que le duele la verdad es que ama la mentira, es un axioma". 

Esa frase, esa advertencia más bien, la repitió en varias ocasiones la periodista en la multitudinaria presentación de su obra. Una monografía polémica incluso antes de salir a la calle –"Ha sido uno de los libros más hablados y menos leídos", dijo el editor de Planeta, Carlos Revés– por sus explosivas revelaciones sobre el 23-F y el oscuro papel del rey, adelantadas el pasado domingo en una entrevista en El Mundo. Con ello quería recalcar la solidez de su libro: 864 páginas, "298 de ellas de fuentes", "para que el libro no se caiga de las manos". Todas citadas con nombres y apellidos. Algunos personajes con los que habló, como el propio Adolfo Suárez, Santiago Carrillo o Sabino Fernández-Campo, ya fallecieron, pero otros no. "Eran fuentes vivas. Yo no he hablado con ningún muerto. Algunos han muerto, claro, en estos 14 años [desde que comenzó a pergeñar este volumen], pero yo no he ido a ningún cementerio. He hablado con ellos en vivo y en no gagá". Urbano (Valencia, 1940) se estaba adelantando así a los comentarios informales que han ido saliendo en los últimos días desde la Zarzuela: que La gran desmemoria es una "invención" y que contiene pasajes incontrastables porque quienes ella dice que se lo narraron ya no están vivos. Las fuentes, remarcó, son su "pasión", hasta su "pesadez".

De lo que se conoce hasta ahora, porque la obra sale oficialmente hoy a las librerías y Planeta la ha guardado con celo extremo, los capítulos más llamativos son aquellos que relatan la tormentosa relación entre el jefe del Estado y el presidente del Gobierno a comienzos de 1981, cuando estaba gestándose la operación Armada y, después, la intentona golpista protagonizada por el teniente coronel Antonio Tejero. Suárez, según la autora, tenía "clarísimo" que el "alma" de ese movimiento era el propio Juan Carlos.

"He tenido que hacer un ejercicio de volver al lugar del crimen", señaló, para ilustrar la génesis de su libro. Volver a los lugares que ella conoció cuando ejercía de periodista, para zambullirse en los "palacios y los suburbios del poder" y volver a "buscar pistas". ¿Por qué ha dejado pasar tanto tiempo, si esas conversaciones tienen en algún caso más de una década? "Tenía parte de esos datos, tenía muchas piezas, piececitas sueltas, pero con las que mi reloj no daba hora, con las que el puzle no se formaba. He tenido que dejar pasar el tiempo para que quienes tenían miedo a hablar y prudencia, a quienes tenían las bocas cerradas, al perder los puestos, las poltronas, los mandos, a quienes no tenían nada que perder han ganado la libertad para hablar. Estos señores, que eran fuentes cerradas, han empezado a manar, y no lo han hecho porque sí. También ven a una veterana".

Armada y Tejero sacan "de la guardarropía el golpe"

El resultado es un libro en el que empezó a trabajar en 2010, que narra las "dificultades y los miedos" del propio rey al comienzo de la Transición. Un monarca que comienza su reinado con una "corona de plomo", que "no tiene quién le asesore" ni tiene vademécum que oriente cómo ceñirse la corona a la muerte de un dictador. La obra se detiene en esos turbulentos primeros años y en las relaciones entre Juan Carlos, Torcuato Fernández-Miranda –el autor intelectual del derribo del régimen franquista y el paso a la democracia "de la ley a la ley"– y Suárez. Al final, el libro compone una "estatua egregia", un "homenaje de un gran hombre, un grande de España, Adolfo Suárez", no por su título ducal, "sino porque se ganó el chusco del día a día con señorío, con dignidad", porque "abrió a los españoles las praderas de libertad" y porque mientras estuvo lúcido "nunca dejó de pensar en Dios, en España y en su familia". "El libro es fuerte, es amplio, es duro, es a veces increíble... Pero cuando veáis que es increíble, id atrás, a las notas, y veréis quién lo cuenta", abundó, para defender el aplomo y autoridad de sus casi 900 páginas.

Durante la rueda de prensa, Urbano fue manifiestamente más prudente –"No voy a hablar de una entrevista fantástica, en la que un periodista maestro supo meter los dedos en las meninges"–, y se centró básicamente en "lo que está encuadernado". Y el punto fuerte es, claro, el 23-F. La "peor sombra" de la Transición, asumió. La autora volvió a insistir en que la operación Armada y el pronunciamiento de Tejero son dos cuestiones "muy distintas", aunque la primera "desemboque" en la segunda. "La operación Armada parte de la Zarzuela y el golpe de Estado no, el golpe de Estado se produce no pretendiéndolo el rey", reiteró hasta tres veces. Pero el general, que había sido tutor del monarca y responsable de su Casa, tenía puestos "los patines", como decía José Luis Cortina, exjefe del Cesid. Estaba "lanzado".

Según Urbano, la operación Armada concluye exactamente el 11 de febrero de 1981, cuando el rey elige a Leopoldo Calvo-Sotelo como sucesor de Suárez. Pero el general insiste dos días después y le presiona porque no cree que Calvo-Sotelo sea la solución. El monarca le remite a su jefe natural, al vicepresidente Manuel Gutiérrez Mellado. Pero Armada y Tejero "sacan de la guardarropía el golpe", "improvisadamente", el fin de semana previo a la intentona en el Congreso, fallida la primera votación de investidura del nuevo jefe del Ejecutivo. "Ese golpe, hasta por estética, no podía aceptarse en la Zarzuela. Ahí el rey no tuvo nada que ver. Quizá pudo saber que Armada seguía maquinando algo, pero que eso era un tejerazo, no lo sabía. No sabía que el Parlamento iba a ser asaltado".

La previsión de "tomar militarmente" el País Vasco

La autora también se detuvo en el desencuentro entre ambos hombres de Estado, en cómo Suárez llamó "traidor" al rey, y cómo este le acusó de "traer el golpe". Lo cierto es que el entonces presidente era la "bicha" para todo el mundo. La fractura definitiva con el monarca vendría a primeros de 1981, cuando se evidencia su pérdida de confianza en él. "No hacía falta ser amiguete del rey", porque había sido elegido por las urnas, "pero Suárez necesitaba contar con él".

Urbano fue preguntada por el "simulacro de juicio de guerra" que siguió al golpe. "Hubo anomalías", reconoció, prque se determinó que la trama civil se limitara al procesamiento del falangista Juan García Carrés, el único civil que en efecto fue condenado. Pero hubo más implicados, y la autora lo cuenta. "Mis disgustos me traerá". En la comparecencia, señaló directamente al socialista Enrique Múgica, "factótum de la trama civil y conspirativa de la operación Armada, con otros socialistas".

Otro de los asuntos que afloraron en la comparecencia, relacionados con el 23-F, fue la cuestión nacional, la hipotética "quiebra de España" que tanto temía el Ejército. Urbano adelantó uno de los pasajes recogidos en las páginas 404 y 405 de La gran desmemoria. Suárez encargó en 1979 a varios mandos del ejército minuciosas "maquetas" del País Vasco, para afrontar la eventualidad de un "movimiento secesionista", para "tomarlo militarmente". Una vez hechos los planes logísticos y esas maquetas, el presidente recibe y escucha a los cinco capitanes generales y todos le dan portazo. "El Ejército se raja a la hora de la verdad".

Sí a una nueva Ley de Secretos

Y en estos días en que tanto se habla de la desclasificación de los documentos del 23-F –así lo ha requerido Izquierda Plural–, la escritora aplaudió la iniciativa. "Hay que empezar. Necesitamos saber lo que la inteligencia española sabe, en lo que se pueda". El PSOE apoya también ahora que se levante el secreto, pero no sabe aún si presentará una iniciativa propia o respaldará la de IU, según aseguró este mismo jueves Elena Valenciano.

Urbano fue inquirida por las reacciones que se han ido produciendo y las que pueden llegar. Para empezar, la de la Casa del Rey. Pero dijo estar muy tranquila. Recordó que en 2008, cuando publicó La reina muy de cerca, en el que destapó el pensamiento ultraconservador de Sofía, no hubo un "comunicado" como tal de la institución. Y que estaba muy tranquila, porque aquello fueron declaraciones de la reina, no "confidencias". Así que "si hacen un comunicado, no unas palabritas hechas a un ignoto redactor de la agencia Efe, responderé. La otra vez respondí con otro libro". "Entiendo que al rey haya cosas que le puedan molestar, porque en algún momento tuvo miedo. Hubo momentos en que no se atrevió a echar a Carlos Arias Navarro". El monarca "lo pasó mal" y necesitó "un ayo", que fue Fernández-Miranda. Juan Carlos en algunos casos fue "no un motor, sino un freno" –por ejemplo, no quería legalizar al PCE en 1977, y cuando Suárez lo aprobó él a él le pilló en París–, aunque le reconoció que quiso pasar del franquismo a una "monarquía popular", no una "dictadura coronada".
 "También puso trabas Felipe González, que aceptó ser vicepresidente de un general [Armada]". En resumidas cuentas, "quizá la foto sea más feíta que cuando van a un sarao; yo lo siento mucho, es la verdad".

Los "nervios" de Suárez Illana... y los derechos, pagados

¿Ha roto relaciones con la Zarzuela? La autora pareció negarlo: felicitó a la familia real recientemente. Y esta le dijo: "Sigue ayudándonos como hasta ahora". "No sé si lo he hecho o no –rió–. Todos sus gastos y fastos los pagamos todos. Yo no necesito del rey más que que sea un gran rey, un buen rey. Soy constitucionalista. Soy monárquica porque soy constitucionalista. Si cambiara el sistema, cambiaría mi pensamiento porque quiero estar en la ley". Otro mensaje para aquellos que creen que habla desde el resentimiento o desde una posición republicana. 
La familia Suárez ya se ha pronunciado. El hijo mayor, Adolfo Suárez Illana, remitió el pasado martes, al día siguiente del funeral de Estado de su padre, un burofax en el que le pedía la suspensión "inmediata" de la distribución de su libro. La razón es el uso no autorizado de la famosa foto que hizo al expresidente y al rey en 2008, cuando este le entregó el Toisón de Oro, galardonada con el Premio Ortega y Gasset 2009. El editor, Carlos Revés, aclaró que Planeta había pagado todos y cada uno de los derechos de la imagen. "No ha podido leer el libro porque el 1 de abril no estaba en la calle. El día que lo lea, me dará las gracias –completó Urbano–, porque es un homenaje a su padre. Es incongruente. Yo lo tengo que atribuir a los nervios que ha pasado estos días. No creo que sea servilismo a la Zarzuela. Cuando vea el libro, si no le gusta, con su pan se lo coma".

Revés, por cierto, negó que la editorial se haya movido por razones de "oportunidad", que saque La gran desmemoria poco más de una semana después de la muerte de Suárez. El libro estaba "pensado para el último trimestre" de 2013, pero la periodista no llegó a tiempo. Lo culminó el pasado 4 de enero. Y entonces se programó su salida para primeros de abril.

Al carro de las críticas también se ha sumado incluso el PSOE. Hoy mismo Elena Valenciano, la número dos, cuestionaba la "autoridad histórica" de la autora. "No seré yo quien contribuya a que venda ese libro", despachó la vicesecretaria general. Lo hizo en la línea que ayer marcó Felipe González –"¿Credibilidad? Sólo por ser ella, bajo cero, y por lo que he oído, además, miente mucho más que habla", dijo ayer en Sevilla–. Urbano le respondió: "Está en su derecho, él sabrá. Ha encontrado por fin su oficio: joyero. Y le deseo mucha suerte".

La atestada sala Villahermosa del hotel Intercontinental de Madrid –repleta de periodistas y cámaras, algunos de pie, otros sentados en el suelo– prorrumpió en risas. Polémica hasta la última frase de la rueda de prensa. Urbano lo reconoció, saboreando que haya "apetito" de libro, que esté agotada la primera edición por venta online. Ya se sabe: "Cuanta más polémica haya, que yo no la quiero, estas cosas se venden más".

Habrá más raciones. Urbano advirtió de que hay cosas que sabe y no ha escrito porque "no pegaban" en La gran desmemoria. Por eso está trabajando en su siguiente libro. 

Muchos en contra de la periodista Pilar Urbano tras su libro implicando al Rey en el 23-F

MADRID.- El libro de la periodista Pilar Urbano sobre la Transición está levantando ampollas. Bajo el título 'La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar', la autora describe a Don Juan Carlos como conocedor de intento de golpe de Estado militar del 23 de febrero de 1981. Diferentes personalidades políticas han mostrado su rechazo a una obra a la que han calificado de "poco creíble". Como el expresidente del Gobierno Felipe González, quien ha asegurado no dar ninguna "credibilidad" al texto de una persona que, ha afirmado, "miente mucho más que habla".

También el expresidente de la Junta de Andalucía y exministro Manuel Chaves, ha mostrado su preocupación ante un contexto en el que "parece que se quiere hacer tabla rasa de todo el proceso de Transición", precisamente cuando mueren sus protagonistas, con lo que es "difícil valorar las fuentes". Por su parte, el exministro de Defensa Eduardo Serra ha defendido por su parte la figura del Rey, asegurando que "no avaló" el intento de golpe de Estado y que tuvo una relación "magnífica" con el expresidente del Gobierno, Adolfo Suárez.
Más duro aún ha sido el exministro de UCD, Marcelino Oreja, quien ha calificado de "panfleto" la obra y un "cúmulo de falsedades e inexactitudes" las afirmaciones de Urbano sobre los planes del Rey de remplazar al entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, por el general Alfonso Armada y las ha achacado a que la escritora quiere "vender un panfleto sin el menor respeto a la verdad".
Sin embargo, la crítica más seria ha llegado de mano de Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente, quien ha exigido a la periodista la suspensión inmediata de la distribución de su libro por haber usado sin su autorización la fotografía que hizo, en julio de 2008, a su padre y al Rey paseando juntos por el jardín de la residencia de Suárez. Suárez Illana remitió el 1 de abril una carta a la periodista y a la editorial del libro, Planeta, en su condición de autor de la fotografía denominada "El Rey y Suárez", galardonada con el Premio Ortega y Gasset 2009 a la mejor obra de información gráfica.
Sin embargo, Suárez Illana no ha querido hacer más comentarios, más allá de los términos recogidos en la carta de requerimiento que ha dirigido a Urbano, al presidente de Planeta, José Manuel Lara, y al director de Relaciones Externas del grupo editorial, Carlos Creuheras, y donde afirma que esperará "a que se vayan cumpliendo los plazos".
En la misiva, Suárez Illana exige a Urbano que suspenda la distribución de su libro 'La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar', que presenta hoy, así como retirar los ejemplares ya distribuidos. Recalca que la imagen de su padre con el Rey constituye una obra de propiedad intelectual protegida por la ley, cuya autoría le corresponde y que ha sido reproducida con fines comerciales en el libro de Urbano. Su reproducción constituye, añade, una apropiación no autorizada de una obra de propiedad intelectual ajena, que vulnera sus derechos de autor "morales y patrimoniales".
Según argumenta, el hecho de que la fotografía aparezca en el libro, además de ser un reclamo comercial, implica que se asocie a un libro cuyo contenido no comparte y que considera "profundamente lesivo" del derecho fundamental al honor de su padre, al nombre de su familia y al papel que Adolfo Suárez desempeñó durante la Transición. "Esta cuestión es de especial importancia, si se tiene en cuenta que mi autoría sobre dicha fotografía es pública y notoria", precisa Suárez Illana.
Agrega que, a pesar de que la imagen es accesible a terceros desde Internet y ha sido difundida varias veces por medios de comunicación con fines informativos o similares, los derechos de propiedad intelectual sobre ella "nunca han sido cedidos" con fines comerciales ni de ninguna otra naturaleza, por lo que el uso que ha hecho Urbano de la fotografía es "absolutamente ilegal".
Adolfo Suárez Illana remitió en 2009 una carta prácticamente idéntica al presidente de Planeta, José Manuel Lara, para exigirle la retirada de la misma fotografía que aparecía en la portada del libro de Abel Hernández 'Suárez y el Rey', publicado por Espasa. Ante ese requerimiento, la editorial decidió entonces retirar la fotografía de la portada y lanzar una segunda edición sin ella.