lunes, 23 de marzo de 2020

Felipe VI pone la Guardia Real a disposición de Defensa frente al coronavirus


MADRID.- Felipe VI ha puesto ese domingo los efectivos y capacidades de la Guardia Real a disposición del Ministerio de Defensa para colaborar en la lucha contra la pandemia del coronavirus.

El Palacio de la Zarzuela ha informado de que el rey ha trasladado ese ofrecimiento a la ministra de Defensa, Margarita Robles, con quien se reunió el pasado jueves para analizar la evolución del COVID-19 y la ayuda de las Fuerzas Armadas para contener el virus.
Tras ese ofrecimiento, será el jefe del Cuarto Militar de la Casa del Rey, el almirante Juan Ruiz Casas, quien coordinará con el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEAD), Miguel Villarroya, la participación de la Guardia Real en la operación Balmis de las Fuerzas Armadas en la lucha contra la pandemia.
Además, el rey ha conversado en esta jornada con la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, para interesarse por la situación de los españoles que están en el extranjero y que necesitan regresar.
Felipe VI ha mantenido igualmente sendas conversaciones con los presidentes de Israel y Túnez, Reuven Rivlin y Kaïes Said, respectivamente, para analizar cómo se está extendiendo la epidemia en diversas zonas del Mediterráneo.
En un mensaje en su cuenta de Twitter, el presidente israelí ha informado de su diálogo telefónico con el rey y de que le ha trasladado la solidaridad de su país en la lucha contra la propagación del virus.
Asimismo le ha agradecido la cooperación de España para que a través de sus aeropuertos puedan volver a su país los israelíes que se encuentran en América Central y del Sur.

domingo, 22 de marzo de 2020

Monarquía española: regeneración o caída / David Jiménez *


Un escándalo de corrupción ha vuelto a sacudir a la corona. Aunque España enfrenta una crisis sanitaria por el coronavirus, una parte de la ciudadanía ha mostrado su indignación. El rey Felipe VI debe impulsar los cambios que permitan decidir su futuro en referéndum.

El monarca que reinó España durante casi cuatro décadas recibió cien millones de dólares de Arabia Saudí, los ocultó en paraísos fiscales y entregó una parte a su amante, según la justicia suiza. Pero el cuento con final infeliz de Juan Carlos I, con su mezcla de traiciones amorosas, espionaje y supuestas comisiones, no quedaría completo sin el drama familiar: su hijo y actual rey, Felipe VI, lo ha repudiado públicamente al renunciar a una herencia manchada por la sospecha.

El rey reconoce en el comunicado que difundió el domingo que conocía la existencia de esa fortuna desde hacía un año. Las preguntas son inevitables: ¿Por qué no lo puso en conocimiento de las autoridades y la Fiscalía Anticorrupción? ¿Sabe de otras actividades de su padre u otros miembros de la familia real que pudieran ser ilícitas? ¿Qué reformas propone para evitar comportamientos similares?

La estrategia de la Casa Real, que busca proteger al hijo sacrificando al patriarca de los Borbón, está condenada al fracaso. Parte de la falsa premisa de que la crisis monárquica se reduce al comportamiento de un rey descarriado, cuando los problemas de la institución van mucho más lejos. El paciente requiere una profunda regeneración para, una vez concluido el proceso, permitir a los españoles decidir su futuro en un referéndum.


Miles de españoles organizaron el miércoles una cacerolada desde sus balcones a la misma hora que Felipe VI daba un discurso de ánimo a una nación confinada en sus casas por la pandemia de coronavirus. La protesta, organizada a través de las redes sociales, incluía la petición de que los cien millones de Juan Carlos I sean donados a un sistema sanitario desbordado por la crisis sanitaria. El rey pudo haber aprovechado su alocución para confrontar el escándalo real, pero optó por refugiarse en la opacidad que tanto merma la credibilidad de la institución.

Juan Carlos I actuó durante su reinado con total impunidad gracias a una mezcla de falta de transparencia, leyes obsoletas que impiden la persecución de delitos cometidos por los monarcas españoles y una cultura de pleitesía que llevó a partidos políticos, instituciones y sociedad en general a mirar a otro lado. El primer paso debería consistir en levantar el manto de protección en torno al Palacio de la Zarzuela, la residencia real.

La reacción tras conocerse el escándalo de la fortuna de Juan Carlos I muestra lo difícil que será romper viejas costumbres. Los principales diarios nacionales olvidaron mencionar la información en sus portadas, el congreso rechazó investigarla y el establishment económico y político, predominantemente cortesano, hizo piña alrededor de Felipe VI, atribuyendo motivaciones heroicas a su decisión de romper con su padre. “La dura ejemplaridad del Rey”, titulaba su editorial el periódico ABC, de larga tradición monárquica.

No hay en la investigación suiza, ni en las informaciones de la prensa británica, ningún dato que indique que Felipe VI haya cobrado dinero ilícito. Y, sin embargo, la renuncia a cualquier cantidad que no esté “en consonancia con la legalidad” solo se dio a conocer después de una exclusiva del diario británico The Telegraph identificándolo como beneficiario de los fondos de su padre.

El monarca debe colaborar con la justicia activamente para desentrañar la presunta red de corrupción que tejió su padre y que implica a familiares que pudieron actuar como testaferros. Las instituciones del Estado sospechosas de encubrimiento tienen que ser investigadas ante los indicios de que los servicios secretos fueron utilizados para proteger la reputación de Juan Carlos I, en lugar de investigar sus irregularidades.

La consorte del rey emérito, la aristócrata alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, ha anunciado acciones legales en Londres contra su expareja, acusándolo de utilizar al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para amenazarla en un intento de silenciarla. La empresaria aseguró en una conversación grabada en Londres en 2015 que actuó como testaferro de Juan Carlos I durante años y ha revelado que tiene cajas llenas de documentos que comprometen a la monarquía.

El goteo constante de informaciones comprometedoras no puede seguir siendo desdeñado por la justicia, minimizado por la prensa e ignorado por el parlamento, enviando el mensaje de que la prioridad es ocultar la verdad.

La monarquía cumplió un papel estabilizador después de la dictadura, durante la Transición española, y tiene el apoyo de los partidos con mayor representación parlamentaria del país. La institución no es, como demuestran los casos de Holanda, Noruega o Dinamarca, incompatible con una democracia liberal. Pero para que lo sea tiene que estar sujeta al escrutinio y la exigencia de responsabilidades.

Felipe VI llegó al trono en 2014 prometiendo adaptar la Casa Real a los tiempos, pero el ímpetu renovador de los inicios se diluyó tras un primer año de cambios que incluyeron mayor transparencia sobre las cuentas reales, la publicación de los sueldos de sus miembros y un control sobre los regalos que recibe la familia, que hoy se consideran parte del Patrimonio Nacional. No es suficiente.

Los cambios, para ser significativos, requieren de una reforma de la constitución para regular las incompatibilidades del rey en su vida privada —por ejemplo, sus negocios—, la obligación de que los miembros de la realeza declaren su patrimonio y el fin del estatus de inviolabilidad que en la práctica sitúa al rey por encima de la ley. La reforma, una vez completada, obligaría a la disolución de las Cortes Generales, la convocatoria de elecciones y un posterior referéndum para su aprobación, momento en el que los españoles podrían decidir el modelo de Estado.

Nada de esto será posible mientras Felipe VI no tome la iniciativa y promueva él mismo los cambios. Su padre, cuando aún disfrutaba de una popularidad envidiada por cualquier político, se dirigió a la nación en 2011 y fijó las bases de una monarquía honrada, responsable y sostenida bajo el principio de que “la justicia es igual para todos”. Hoy sabemos que se burlaba de todos los españoles. Si su hijo cumple esa promesa pendiente, habrá hecho más por preservar el trono que todos los cortesanos que estos días desean ruidosamente “larga vida al rey”.



(*) Escritor y periodista. Su libro más reciente es El director.



viernes, 20 de marzo de 2020

La responsabilidad de la prensa monárquica en el "espejismo" de Juan Carlos de Borbón / Ignacio Escolar *

Nada de lo que está pasando con Juan Carlos de Borbón se entiende sin el papel de la prensa, por su falta de fiscalización. Durante décadas, el rey de España ha estado fuera de control. Era inviolable en la Constitución. No podían juzgarlo los tribunales ni tampoco rendir cuentas ante el Congreso. A partir del 23F, del miedo a una involución militar, los principales medios de comunicación españoles llegaron a un pacto no escrito: proteger al rey para proteger la democracia, o al menos así lo quisieron presentar.

Además de inviolable, el rey se convirtió en impublicable. No le tosía ni el ejecutivo ni el legislativo ni el judicial ni tampoco el cuarto poder, la prensa. La inviolabilidad del rey se transformó en una absoluta impunidad.

Todo poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente. Y eso es lo que ha pasado en estos años con Juan Carlos de Borbón.

En negrita, recojo algunos de los argumentos en defensa de la monarquía de los últimos editoriales sobre el rey de El PaísEl Mundo y ABC. Entre líneas, mis respuestas.

EL PAÍS: "Bajo ninguna circunstancia se pueden confundir las instituciones con las personas que las encarnan".
Es justo al revés. Si hay una institución inseparable de las personas y de su comportamiento individual esa es la monarquía. Porque la única persona que aparece citada con su nombre y apellido en la Constitución (artículo 57) es Juan Carlos de Borbón. El "legítimo heredero de la dinastía histórica", lo llama el texto constitucional. Su apellido, su persona y su familia son, por tanto, una institución. Una, indisoluble de las personas que la forman, y que cuentan con más derechos que los demás.

EL PAÍS: "Ni siquiera en el caso de la monarquía parlamentaria, puesto que, al igual que sucede con otras formas democráticas de gobierno, es el mismo orden constitucional el que prevé las responsabilidades en las que pueden incurrir sus titulares y los procedimientos judiciales y parlamentarios para depurarlas"
La única responsabilidad que el orden constitucional establece para la figura del rey es que es irresponsable ante la ley. Artículo 56: "La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad". Es cierto que, desde que Juan Carlos de Borbón abdicó, perdió su inviolabilidad penal. Pero aún así no se le va a poder juzgar por nada previo al año 2014. Precisamente porque el orden constitucional no tiene previsto nada más que la inviolabilidad –y por tanto la impunidad– si el rey hubiera cometido un delito, como hay indicios que pudo cometer.
En cuanto a los procedimientos parlamentarios, pues tampoco parecen ser una vía a tomar. El Tribunal Constitucional sentenció, a cuenta de un intento de comisión de investigación en el Parlament catalán, que la inviolabilidad del rey también impide a los parlamentos actuar.

ABC: "Don Felipe accedió al reinado con un compromiso ineludible de regeneración, sin ataduras emocionales y con la exclusiva prioridad de anteponer su deber a cualquier otra consideración o privilegio. Y así está reinando, con una recuperación muy notable, por cierto, del índice de confianza en la Corona".
No sabemos cómo de alta es esa recuperación. O si existe siquiera. Entre otros motivos, porque el CIS no pregunta por la monarquía desde el año 2015. Probablemente, porque los resultados no saldrían demasiado bien.

El PAÍS: "Ningún sistema político está en condiciones de garantizar que los más altos dignatarios tengan un comportamiento ejemplar, y no por ello son sistemas deficientes. Lo serán si, llegado el caso, no tienen respuesta, y la Constitución de 1978 sí la tiene".
La gran diferencia es que, cuando un cargo electo no tiene un comportamiento ejemplar, se le puede cambiar. No es así con el rey.

ABC: "Don Felipe ha hecho un encomiable alarde de integridad, honestidad y transparencia porque con el sacrificio de la figura de su propio padre refuerza su lealtad a la Corona por encima de cualquier otro interés o persona.
Lástima que llegue al menos un año tarde. Según la propia versión de la Casa Real, fue en marzo de 2019 –y no este fin de semana– cuando Felipe descubrió que le habían designado como heredero de los bienes ocultos en un paraíso fiscal, a través de una opaca fundación.

EL MUNDO: "En estos complicados momentos por los que está pasando el país, la ciudadanía puede tener la certeza de contar con un Rey ejemplar, honesto y responsable".
Ese es justo el problema que sufrimos hoy. Que en un momento tan terrible como el que estamos pasando, la ciudadanía se encuentra con que el rey emérito –que también nos vendieron como ejemplar, honesto y responsable– es un presunto gran corrupto y defraudador.

El PAÍS: "Se trata de hechos que en ninguna circunstancia han afectado, afectan ni tienen por qué afectar al escrupuloso cumplimiento de las funciones que la Constitución de 1978 otorga a la Monarquía. Y ello tanto por lo que respecta a Felipe VI, como también, y pese a todo, a don Juan Carlos".
El artículo 56 de la Constitución establece que el rey es "el jefe del Estado, símbolo de su unidad". Simbolizar el Estado y ejercer "su más alta representación" obliga a una mínima responsabilidad. Que la institución monárquica tenga hoy su reputación deteriorada, como consecuencia de los actos de Juan Carlos de Borbón, claro que afecta a su capacidad para servir a toda la nación.
Que el rey emérito presuntamente se enriqueciera con el cargo, hiciera negocios privados aprovechando la jefatura del Estado y ocultara una fortuna millonaria en paraísos fiscales es algo que deteriora en grado sumo su capacidad de simbolizar nada que no sea la corrupción.

ABC: "Don Felipe ha ofrecido una lección moral a toda la clase política. Nunca en democracia ningún partido político actuó con la rapidez, severidad y ejemplaridad pública con que lo ha hecho ahora Don Felipe en el seno de su propia familia ante la investigación de irregularidades difícilmente explicables".
La rapidez de un año después. Porque la primera reacción de Felipe de Borbón cuando se enteró fue ocultar lo que sabía a la opinión pública. Solo cuando el escándalo ha llegado a los medios, un año más tarde, ha tomado medidas más drásticas y ha anunciado las que antes tomó y no contó. Exactamente igual que han hecho muchos otros partidos pillados en situaciones equivalentes. No desde luego mucho mejor.

EL PAÍS: "La Constitución y las leyes garantizan la libertad de expresión, pese al estado de alarma, y, en este sentido, quienes participaron en la protesta y en la reclamación ejercieron un derecho inalienable. Pero que  ejercieran un derecho no quiere decir que cumplieran mejor que el resto el compromiso cívico que en este momento se espera de cada cual, y más cuando se ejercen responsabilidades políticas. No reconocer las evidentes prioridades e ignorar el sentido de la oportunidad, mezclando unos problemas con otros, solo puede ser prueba de oportunismo. Y no es oportunismo lo que exige este tiempo, ni lo que conviene al país, ni, tampoco, lo que merece la actuación irreprochable del Rey."
Es un derecho inalienable que, en protestas similares, ha quedado limitado por el delito de injurias a la Corona, que en España protege a la monarquía de forma excepcional. Es un delito cuya interpretación rigurosa ya  ha costado a España varias sentencias en contra en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, amparando la libertad de expresión.
Y si ambos problemas se han mezclado es porque fue el rey Felipe, y no los "oportunistas" que protestan, quien decidió comunicar este domingo algo que ya sabía hace un año y tomar en este preciso momento las decisiones que tomó.

ABC: "España le debe mucho a la Monarquía en estos casi 45 años de democracia".
¿Y a cuánto asciende esa deuda con Juan Carlos de Borbón? ¿Con cien millones de dólares en Suiza es suficiente, o hace falta un pago aún mayor?

EL PAÍS: "(El rey Juan Carlos) tuvo en su mano ocupar un lugar en la historia que, dependiendo de lo que establezcan a partir de ahora los tribunales, podría quedar ensombrecido por no haber sabido resistirse al espejismo de una época".
El "espejismo de una época" no sirve para disculpar las comisiones presuntamente cobradas por el rey en todo tipo de negocios. Ni su patrimonio millonario, oculto en paraísos fiscales a través de testaferros y fundaciones opacas que investiga la fiscalía suiza. Ni el presunto fraude fiscal. Ni que recibiera ‘donaciones’ millonarias de Arabia Saudí, no se sabe muy bien a cambio de qué. Ni que le sobraran millones para regalar a sus amantes, por lo bien que le cuidaron.

No ha habido ninguna época en las cuatro décadas de reinado de Juan Carlos de Borbón en la que utilizar el puesto para lucrarse indebidamente haya estado bien visto por ningún código ético o moral de los comúnmente aceptados por la mayoría social española. El único espejismo fue el de tantos medios de comunicación que, durante décadas miraron hacia otro lado, ignoraron las evidencias y blanquearon la figura del rey por un mal entendido sentido de la responsabilidad. Ahora –oh, sorpresa– hasta su propio hijo descubre de repente que su comportamiento no ha sido el más honesto ni ejemplar.

El Rey Juan Carlos forjó parte de su leyenda con su papel en el 23F, a pesar de que sus despectivos comentarios sobre Adolfo Suárez a los militares pudieron haber avivado esa intentona golpista protagonizada por su exsecretario general, Alfonso Armada. Pero en esa crisis, una parte importante de la ciudadanía asumió que la monarquía podía tener sentido por lo que algunos ‘juancarlistas’ calificaron "la reserva de fuerza" del rey, su capacidad de actuar en momentos críticos para España y encarrilar la situación.

En la crisis del coronavirus, el papel de la monarquía ha sido justo el contrario. La prioridad de la institución –y de las personas que la forman, que lo mismo son– ha sido lavar los trapos sucios. Protegerse de ese nuevo caso aislado en la familia real. Anteponer los intereses reales a los de todo el país. Por eso primero llegó el comunicado sobre el rey emérito y, tres días más tarde, el mensaje sobre el coronavirus por televisión.

Nadie hereda los pecados de su padre. Tampoco el rey Felipe. La responsabilidad no es hereditaria –aunque la jefatura del Estado tampoco lo debería ser–. Pero si la prensa no cumple con su papel, fiscalizar al poder, dentro de cuarenta años podríamos estar ante el mismo problema que tenemos hoy. Y nos volveríamos a preguntar el porqué.


(*) Columnista


El rechazo al discurso de Felipe VI / José Antich *

La prensa oficialista y buena parte de las radios y las cadenas de televisión no lo han podido evitar: Felipe VI ha tenido una respuesta de implacable rechazo a su discurso de muchas zonas del Estado, empezando por el País Vasco y Catalunya, donde más de siete de cada diez ciudadanos han desaprobado la intervención. 

El segundo indicador importante es que ya es claramente el monarca de la derecha española porque al bloque independentista, muy contrario desde su intervención del 3 de octubre de 2017, se han sumado claramente en el rechazo al mensaje los votantes de Unidas Podemos e incluso los del PSOE.

Su torpe alocución televisiva -vista por 14,6 millones de teleespectadores, 7,1 más que en Navidad- en plena crisis de la monarquía española, después que se haya conocido una parte de la fortuna de su padre, Juan Carlos I, por comisiones de jeques árabes depositadas en cuentas offshore en Suiza solo ha hecho que amplificar el desapego de la sociedad en un momento de crisis sanitaria y económica tan grave como la del coronavirus.

Lo más llamativo de la primera encuesta conocida y que ha llevado a cabo Electomania es que se ha extendido enormemente la percepción negativa que los españoles tienen de la intervención de Felipe VI. Solo el 50,9% lo aprueban, gracias a las dos Castillas, Extremadura, Madrid y Andalucía. En el lado contrario están, por orden de menos rechazo a más, Baleares (54%), País Valencià (54%) Navarra (54%), Catalunya (72%)  y País Vasco (74%).

Si territorialmente la fractura es bien clara, ideológicamente no lo es menos ya que solo tiene el apoyo de la derecha y la extrema derecha, cuyos votantes a PP, Cs y Vox le respaldan en cifras por encima del 80%, mientras el PSOE se aleja (66,5) y Unidas Podemos mucho más aún (93%). 

Toda una legislatura con un gobierno cuyos votantes se expresan así no parece nada tranquilizador para la monarquía española, que aún debe una respuesta clara y contundente a la sociedad por una corrupción que tiene nombres y apellidos. 

En estos momentos, la aparente ira contra el padre no parece suficiente para salvar la monarquía que encabeza el hijo.


(*) Periodista y director de El Nacional


jueves, 19 de marzo de 2020

La Casa Blanca pospone la visita de los Reyes de España a Estados Unidos

WASHINGTON.- La Casa Blanca anunció este miércoles el aplazamiento de la visita de Estado de los Reyes de España, Felipe VI y doña Letizia prevista para el 21 de abril, debido a la epidemia del coronavirus. 

“Para que EEUU y España continúen dedicando sus recursos y atención completa a la respuesta al COVID-19, la visita de Estado a la Casa Blanca de sus majestades el rey Felipe VI y la reina Letizia de España ha sido pospuesta”, informó la Casa Blanca en un comunicado.
“El presidente Donald Trump y la primera dama Melania Trump esperan dar la bienvenida a sus majestades a Estados Unidos y a la Casa Blanca en un futuro cercano”, dice el comunicado, que añade que Estados Unidos “Estados Unidos continuará trabajando con España y con el resto de sus socios europeos para minimizar el impacto de la pandemia del COVID-19”.
La crisis mundial desatada por el coronavirus ha obligado también a suspender el viaje que tenían previsto hacer esta semana a Washington las ministras de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, e Industria, Reyes Maroto, uno de cuyos objetivos era precisamente preparar la visita de Estado.
Este viaje tenía también una agenda comercial y de cooperación bilateral y en su lugar este lunes González Laya tuvo una conversación “en profundidad” con su homólogo estadounidense, Mike Pompeo, según dijo éste en redes sociales.
El viaje de Estado de los Reyes, anunciado el pasado febrero, sería la segunda vez que los Trump reciban a los Reyes en la Casa Blanca. Ya lo hicieron en junio de 2018, cuando el jefe de Estado y su esposa finalizaron con una visita oficial a Washington un viaje para conmemorar el legado español en las ciudades de San Antonio y Nueva Orleans, que celebraban su tercer centenario.
La de los Reyes Felipe y Letizia estaba destinada a ser la tercera visita con categoría de “visita de Estado” que recibe Donald Trump en su mandato, después de las del presidente francés, Emmanuel Macron, en abril de 2018, y la del primer ministro australiano, Scott Morrison, en septiembre de 2019. El momento central de la visita es la cena de gala en la Casa Blanca.
Las visitas de Estado son siempre una forma de escenificar unas relaciones bilaterales excelentes. En 2019 los Reyes de España hicieron viajes de Estado a Marruecos, Argentina, Corea del Sur y Cuba.
A Estados Unidos, el Rey Juan Carlos I acudió en viaje de Estado en tres ocasiones, en 1976, en 1981 y, la última vez, en 2000, con José María Aznar en el Gobierno en España y Bill Clinton en la Casa Blanca. Felipe VI y Letizia hicieron una visita de trabajo en 2015, que incluyó una reunión del Rey con Barack Obama en la presidencia, y regresaron en 2018.

El discurso del Rey huérfano / Matías Vallés *

Felipe VI es el único español al que la primera pregunta que le plantearías no tiene que ver con el coronavirus. De ahí la incertidumbre sobre si pensaba leer el discurso del corona o el discurso de la corona. No hubo sorpresas, más allá de presentarse de pie y de ponerse la mano en el corazón, un rasgo casi histriónico en un monarca inexpresivo.

Aprovechando el arresto domiciliario al que estamos sometidos, agarre por favor una hoja de papel y trate de escribir un discurso apañado para un Rey que acaba de abominar de su padre y que se dispone a hablar de otra cosa. Apuesto a que no se le ocurrirá ni una línea, por lo que cabe disculpar a los funcionarios atascados en idéntica tesitura. Espolvorearon el coloquial "mucha fuerza", el beligerante "ganarle al virus", incluso tomaron del inolvidable Rajoy el clásico "España es un gran país".

La pobreza retórica de la intervención carece de importancia, porque los telespectadores que no estaban participando en la cacerolada traducían libremente "por esta crisis sin precedentes en que me metieron mi padre y Corinna", "ha alterado nuestras costumbres en La Zarzuela" y "debemos dejar de lado nuestras diferencias para explicarle a esta gente de dónde venían y adónde iban los cien millones".

El pueblo no pedía "solidaridad" sino explicaciones, más genealógicas que microbiológicas. Felipe VI defraudó porque no habló de lo otro, pero tampoco podía ensayar a los seis años de reinado un contrito "lo siento mucho, no volverá a ocurrir". Es duro admitir que el Rey no tiene salida, y que solo el coronavirus impide el desbordamiento de las incógnitas que plantea la monarquía.

Negar al predecesor en el trono es peor que matarlo, por lo que se ha asistido al discurso del Rey huérfano. Felipe VI esquivó el asunto, pero se exhibió 'Ecce homo' como Isaac obligado a ejecutar a su padre Abraham. La orfandad en vida es preferible a la pérdida de la corona, pero tampoco garantiza la continuidad en el trono.

¿Huérfano también de discurso? No hay una sola frase de los siete minutos del Felipe VI orante que vayan a ingresar en la Historia. Su padre ha tenido que hacer esfuerzos ímprobos, para arruinar por completo el crédito que lo consagró como uno de los Jefes de Estado más reconocidos del planeta. Sánchez orquestó el martes una inyección de 200 mil millones de euros, para camuflar en un ejercicio de funambulismo su desprecio hacia las actividades de Juan Carlos I, salvando por los pelos a su hijo.

Felipe VI no ha ocupado nunca el centro de la escena. En sus apariciones públicas se ve superado por el impacto de su esposa. Se puede alegar que también John Kennedy se presentaba en París al grito de "soy el hombre que acompaña a Jackie" pero, Don Felipe, usted no es Kennedy. Puede ensayar una restauración, pero no puede dejarla a medias.




 (*) Químico, profesor y columnista mallorquín

Caceroladas contra Felipe VI durante el discurso a la nación


MADRID.- Ciudadanos de varias ciudades españolas han protestado contra el Rey Felipe VI con caceroladas desde los balcones y ventanas de sus casas durante el discurso televisado que el monarca ha dirigido este miércoles a la nación. La protesta contra el Rey ha tenido desigual seguimiento según las ciudades y los barrios.

La iniciativa se ha convocado a través de las redes sociales y cadenas de mensajes en 'WhatsApp', en la que se emplazaba a los ciudadanos a salir a los balcones para realizar una 'cacerolada por la república' y hacerlo coincidir con la emisión del mensaje del Rey a las 21.00 horas. Esta manifestación, sin embargo, ha sido menos sonora que los aplausos diarios a favor de los sanitarios y profesionales que trabajan contra la pandemia del coronavirus.
Se trata de la segunda protesta convocada por las redes sociales contra la monarquía que se ha desarrollado este miércoles. A las 12:00 horas, ciudadanos de todo el país han pedido, con otra cacerolada desde los balcones, que el Rey Juan Carlos done a la sanidad pública los 100 millones de euros que recibió, presuntamente, de comisiones de Arabia Saudí para investigar sobre la pandemia del coronavirus.
Además, se han abierto recogidas de firmas en la plataforma 'change.org' en las que se pide a Felipe VI que destine su herencia y la asignación del rey emérito a la sanidad pública.
Las protestas también han llegado a las redes sociales con la etiqueta en Twitter #CoronaCiao, en la que numerosos usuarios han mostrado su rechazo a la monarquía. Estas críticas también se han mezclados con otros comentarios en los que exclamaban mensajes de 'viva el Rey'.
 En Madrid, la cacerolada ha tenido un seguimiento desigual entre los distintos barrios y distritos de la ciudad, aunque según testigos preseniales, ha sonado con más fuerza en Vallecas, La Latina, Ciudad Lineal o Arganzuela.
Por otra parte, vecinos de los distritos de Barcelona también han protestado contra el Rey Felipe VI. Òmnium Cultural había llamado a protestar contra la "gran farsa de la monarquía española" con una cacerolada, propuesta a la que se han sumado los partidos independentistas de Cataluña, Euskadi, Galicia y Baleares.
La protesta ha contado con el apoyo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que horas antes ha escrito en su cuenta de Twitter: “A las 21h repetimos #cacerolada y aún con más fuerza. Basta ya de #coronacorrupción, que todo el dinero vaya a la #SanidadPublica!”.
La cacerolada ha sido la segunda que se ha oído este miércoles en Barcelona, después que este mediodía se había convocado otra con la misma reivindicación, pedir que la supuesta fortuna del Rey emérito Juan Carlos I, que investiga la Fiscalía suiza, se done a la sanidad por la pandemia de coronavirus.
El ruido de esta protesta se ha podido oír en ventanas y balcones de la mayoría de los distritos de Barcelona, como la plaza Sanllehy y en otros puntos del distrito de Horta-Guinardó-, en la Sagrera (distrito de Sant Andreu), en el Raval (Ciutat Vella), Sants y Font de la Guatlla (Sants-Montjuïc), Esquerra de l’Eixample (Eixample), Poble Nou-Diagonal Mar (Sant Martí), Putxet (Sarrià Sant Gervasi) y los distritos de Les Corts y Gràcia.
También se han sumado a la cacerolada vecinos del barrio de Santa Eulàlia, en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), ciudad colindante con Barcelona.
En localidades como Sabadell, Montcada i Reixac, Mataró y Premià de Dalt (en Barcelona) también se ha hecho sentir la protesta que, en algunos casos, se ha prolongado más allá del discurso de Felipe VI.
Esta iniciativa se une a varias recogidas de firmas organizadas en la plataforma Change.org, que piden que esos fondos pasen a ser dinero público. Dos peticiones diferentes, bajo los títulos “Destinar la herencia de Felipe VI y la asignación del Rey Emérito a la Sanidad Pública” y “Felipe VI, exige a tu padre que transfiera el dinero de Suiza a Sanidad” acumulan cada una alrededor de 160.000 firmas.
Esta reivindicación, organizada de nuevo en los balcones, se ha convocado a través de mensajería instantánea y redes sociales y se inició durante esta mañana.
En informaciones publicadas el pasado fin de semana se asegura que Felipe VI es beneficiario de una sociedad “offshore” creada por el Rey Juan Carlos vinculada a una donación de 65 millones de euros de Arabia Saudí.
La Fiscalía suiza considera que 100 millones de dólares procedentes del Rey saudí Abdul Aziz Al Saud llegaron a una cuenta en Panamá de la Fundación Lucum de la mano de sus gestores en Suiza, Dante Canónica y Arturo Fasana, presuntos testaferros del rey Juan Carlos.
Según las informaciones publicadas por algunos medios, de los 100 millones de dólares, don Juan Carlos habría transferido el equivalente a unos 65 millones de euros a Corinna Larsen.

El atronador silencio de Felipe VI / José Antich *

Mientras los balcones de Catalunya se convertían en una protesta sonora interminable contra Felipe VI por la corrupción que afecta de lleno a la monarquía española, el rey de España comparecía en televisión para realizar su primera alocución pública tras la expansión de la crisis del coronavirus y la no menos importante noticia de que su padre tenía cuentas en Suiza procedentes, presuntamente, de comisiones ilegales. 

El discurso de Felipe VI destacó, sobre todo, por su atronador silencio respecto a las cuentas offshore de Juan Carlos I en el extranjero y de cuya fortuna es receptor el actual monarca y a quien seguiría como heredera su hija primogénita. La renuncia que ha hecho a la herencia es papel mojado ya que como se ha dicho varias veces, el Código Civil español prohíbe la renuncia futura.

En estos momentos de profundo dolor para la ciudadanía por la alarma y el temor que siente ante la evolución de la infección por el coronavirus, el Rey solo ha sabido encontrar palabras huecas. Ni tan siquiera ha incluido una simple frase con la que marcara, al menos aparentemente, distancia de su padre. Atónita, la España juancarlista -aquí no hay monárquicos, hay juancarlistas ha sido una de las frases de la transición- el deep state español entre otros, se ve forzado a fabricar un nuevo frame que definía muy bien un reciente editorial del diario El País: no se puede confundir la Monarquía con la persona del rey emérito. ¡Glups! Hay que soltar lastre rápidamente.

Felipe VI escogió para su alocución traje azul, camisa blanca y corbata burdeos. No lo hizo detrás de una mesa, como el 3-O, sino tras un atril de color rojo con el escudo de la Casa Real. Si bien hasta ahora, al margen de los discursos navideños desde la Zarzuela, solo había realizado una intervención semejante, tras el referéndum catalán, las diferencias son importantes. No sonó el himno de España como en aquella ocasión, su actitud fue mucho menos gestual y dramática, aunque ahora los muertos se amontonan en ciudades y pueblos, no había ninguna foto a su alrededor y tan solo una planta y una especie de ánfora como escenario.

La magnífica serie The Crown, estrenada en 2016 y que versa sobre el reinado de Isabel II, recoge, de manera precisa y entre otros pasajes ilustrativos sobre el carácter de la soberana británica y su frialdad emocional, el momento de la gran insensibilidad de la monarquía inglesa tras la muerte de la princesa Diana. La lejanía respecto al afecto que le profesaba la población. Las monarquías se basan en eso: en conectar en todo momento con el pueblo. Felipe VI ha ido perdiendo aura a medida que a su reinado le iban cayendo años. Pocos aún, por cierto. Pero suficientes para muchos ciudadanos.

El 3 de octubre de 2017 perdió Catalunya, como se ha ido comprobando inexorablemente desde aquella fecha. La bola se ha ido haciendo poco a poco más grande en el resto del Estado, con una parte del Gobierno, los miembros de Podemos, cada vez más incómodos.

 Este triste 18 de marzo, otro puñado de ciudadanos se han alejado de la monarquía al esquivar su actual titular en su discurso la corrupción que se ha instalado durante décadas en la Familia Real. El tiempo, a veces, lo cura todo. Pero, me temo, este no va a ser el caso.


(*) Periodista y director de El Nacional


miércoles, 18 de marzo de 2020

Discurso del rey de España plagado de lugares comunes y tópicos frente a la pandemia


MADRID.- "Estamos haciendo frente a una crisis nueva y distinta, sin precedentes, muy seria y grave, que pone en riesgo nuestra salud en cada rincón de España. Pero también, y de forma muy traumática, altera y condiciona nuestras costumbres y el desarrollo normal de nuestras vidas, el empleo y nuestras empresas; en definitiva, nuestro bienestar", ha dicho hoy el rey de España, Felipe VI, en un discurso radiotelevisado al país, ante la virulencia de la pandemia del Covid-19, plagado de lugares comunes y tópicos en un momento especialmente delicado para la Monarquia al comenzar a ser seriamente cuestionada desde los sectores ilustrados más jóvenes.

"Pero también es una crisis que estamos combatiendo y que vamos a vencer y a superar.
Ante esta situación, lo primero que quiero hacer es enviar todo mi cariño y afecto, junto a la Reina y nuestras hijas, a tantas familias en toda España que desgraciadamente han sufrido la pérdida de alguno de sus seres queridos. También lo hacemos a todos los que estáis especialmente afectados, tanto en lo personal como en vuestro entorno, por este virus y sus consecuencias. A todos vosotros, mucha fuerza y mucho ánimo.
En segundo lugar, hoy es más de justicia que nunca dar las gracias a todas las personas, entidades y servicios públicos, sin excepción, que están ayudando y se están sacrificando por los demás. Y quiero personificar esa gratitud en uno de ellos:
Sabíamos que tenemos un gran sistema sanitario y unos profesionales extraordinarios; a ellos quiero dirigirme ahora: tenéis nuestra mayor admiración y respeto, nuestro total apoyo. Sois la vanguardia de España en la lucha contra esta enfermedad, sois nuestra primera línea de defensa.
Los que todos los días y a todas las horas del día, estáis cuidando a los afectados, curando a los enfermos, dando consuelo y esperanza a los que lo necesitan.
Vuestra profesionalidad, entrega a los demás, vuestro coraje y sacrificio personal son un ejemplo inolvidable. Nunca os podremos agradecer bastante lo que estáis haciendo por vuestro país. No os puede sorprender que desde las casas de toda España se oiga un aplauso emocionante y sentido. Un aplauso sincero y justo, que estoy seguro que os reconforta y os anima.
Hay momentos en la Historia de los pueblos en los que la realidad nos pone a prueba de una manera difícil, dolorosa y a veces extrema; momentos en los que se ponen a prueba los valores de una sociedad y la capacidad misma de un Estado. Estoy seguro de que todos vamos a dar ejemplo, una vez más, de responsabilidad, de sentido del deber, de civismo y humanidad, de entrega y esfuerzo y, sobre todo, de solidaridad –especialmente con los más vulnerables–, para que nadie pueda sentirse solo o desamparado.
Ahora debemos dejar de lado nuestras diferencias. Debemos unirnos en torno a un mismo objetivo: superar esta grave situación. Y tenemos que hacerlo juntos; entre todos; con serenidad y confianza, pero también con decisión y energía.
Ahora tenemos que resistir, que aguantar y tenemos que adaptar nuestros modos de vida y nuestros comportamientos a las indicaciones de nuestras autoridades y a las recomendaciones de nuestros expertos para ganarle al virus. Todos debemos contribuir a ese esfuerzo colectivo con nuestras actitudes y nuestras acciones, por pequeñas que sean.
Sé que es fácil decirlo, y también sé que no es nada fácil hacerlo en estas circunstancias: organizarse cada uno en su trabajo, en su casa, con su familia, o con sus hijos. Pero es lo que debemos hacer por el bien de todos. Porque todos y cada uno somos parte de la solución de esta crisis.
Esta es una crisis temporal. Un paréntesis en nuestras vidas. Volveremos a la normalidad. Sin duda. Y lo haremos más temprano que tarde: si no bajamos la guardia, si todos unimos nuestras fuerzas y colaboramos desde nuestras respectivas responsabilidades.
Recuperaremos la normalidad de nuestra convivencia, la vida en nuestras calles, en nuestros pueblos y ciudades; la economía, los puestos de trabajo, nuestras empresas, nuestros comercios, nuestros talleres... España recuperará su pulso, su vitalidad, su fuerza.
A lo largo de los años hemos pasado por situaciones muy difíciles, muy graves; pero, como las anteriores, esta también la superaremos. Porque España es un gran país; un gran pueblo que no se rinde ante las dificultades.
Este virus no nos vencerá. Al contrario. Nos va a hacer más fuertes como sociedad; una sociedad más comprometida, más solidaria, más unida. Una sociedad en pie frente a cualquier adversidad.
Gracias a todos, ánimo y adelante".

martes, 17 de marzo de 2020

El Rey Juan Carlos mantiene su estatus jurídico y seguirá siendo miembro de la Familia Real

MADRID.- La decisión de Felipe VI de retirar a su padre la asignación presupuestaria que venía recibiendo hasta ahora no afecta a la condición de don Juan Carlos como miembro de la Familia Real ni a que pueda seguir manteniendo el estatus jurídico que tiene desde su abdicación.

El Rey informó este domingo de su decisión de renunciar a la herencia de don Juan Carlos mediante un comunicado de Zarzuela tras diversas informaciones en las que se asegura que Felipe VI es beneficiario de una sociedad “offshore” creada por su padre y vinculada a una donación de 65 millones de euros de Arabia Saudí.
En el comunicado se daba cuenta de que el Rey retiraba a su padre la cantidad que percibía anualmente procedente de los Presupuestos Generales del Estado.
Una cifra que en la actualidad era cercana a los 200.000 euros, ya que el último dato publicado en la web de la Casa Real corresponde a 2018 y ascendía a 194.232.
Tras renunciar a la Corona en 2014, don Juan Carlos mantuvo su condición de miembro de la Familia Real, su consideración como Rey y el estatus jurídico de aforado, al igual que los miembros del Gobierno y los parlamentarios.
Conservó todo ello, junto a la asignación presupuestaria, después de hacer efectiva el 2 de junio pasado su decisión de retirarse de la actividad oficial.
Sólo se decidió eliminar en ese momento su Secretaría, a cuyo frente estaba el diplomático Alfonso Sanz Portolés.
No obstante, Zarzuela ya avanzó entonces que la retirada de la actividad oficial podría afectar también en el futuro a la remuneración que percibía.
Eso es lo que ha ocurrido ahora, al anunciar el Rey que dejará de percibirla pero sin que eso lleve aparejado que afecte a otras prerrogativas.
El decreto que aprobó el Gobierno en junio de 2014 tras la abdicación establecía que don Juan Carlos y doña Sofía mantuvieran el tratamiento de Rey y de Reina, y así seguirá siendo.
Continuará formando parte de la Familia Real, que con la proclamación de Felipe VI quedó reducida a seis personas (los Reyes, sus hijas, don Juan Carlos y doña Sofía) y mantendrá el mismo estatus jurídico.
Eso implica que, al seguir siendo aforado, sólo podría ser juzgado por el Tribunal Supremo por delitos cometidos tras el 19 de junio de 2014, la fecha de su abdicación.
Desde entonces perdió su inviolabilidad, pero la mantiene para hechos que ocurrieran antes de se momento.
Teniendo en cuenta esa inviolabilidad, la Mesa del Congreso, con los votos de PSOE y PP, rechazó el pasado día 10 la petición de Unidas Podemos y ERC de crear una comisión de investigación para esclarecer las presuntas irregularidades fiscales cometidas por don Juan Carlos.
Por ello también el Tribunal Supremo archivó el año pasado la querella de IU y el PCE por los audios de Corinna zu Sayn-Wittgenstein y el excomisario José Villarejo en los que se implicaba al Rey.
Sin embargo, la Fiscalía Anticorrupción ha pedido recientemente a Suiza investigar una supuesta donación de 65 millones de euros desde una fundación panameña vinculada al padre del Rey a una cuenta de Corinna Larsen.
Una petición en el marco de la investigación abierta en relación con el pago de posibles comisiones en la adjudicación del AVE a La Meca y que recayó en 2011 a un consorcio de empresas españolas.
Ante todo ello, en el comunicado de Zarzuela se informa de que don Juan Carlos ha designado para su representación al abogado Javier Sánchez-Junco.

El Gobierno elogia a Felipe VI pero defiende que se averigüe el origen del dinero de su padre


MADRID.- El Gobierno ha aplaudido ese lunes la "contundencia" del Rey al anunciar que renuncia a la herencia de su padre y le retira la asignación presupuestaria, pero ha respaldado, al igual que diversos partidos, que se sepa el origen del dinero que pueda tener don Juan Carlos en Suiza. 

Zarzuela hizo público el domingo un comunicado con esas decisiones de Felipe VI tras las informaciones sobre una fundación en Suiza vinculada a una donación de 65 millones de euros de Arabia Saudí.
Los partidos nacionalistas e independentistas, así como otras formaciones como Unidas Podemos, han avanzado su intención de promover de nuevo una investigación, e incluso desde el Gobierno ha habido voces a favor de aclarar las dudas.
Ha sido en concreto el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien ha elogiado a don Felipe por considerar que su decisión es “una declaración de confianza en las instituciones”, pero al mismo tiempo ha defendido que los españoles conozcan lo ocurrido. “Este país necesita evidentemente saber. Es un país transparente y que necesita seguir confiando en sus instituciones”, ha añadido antes de instar a dejar que sigan actuando las autoridades judiciales españolas y suizas que investigan este asunto.
Otro ministro, el de Transportes, José Luis Ábalos, ha calificado de “respetable y contundente” la decisión del Rey y ha resaltado que ahora la inquietud del Ejecutivo es ganar la batalla del coronavirus.
Esa es la prioridad para la mayoría de partidos, y algunos ya han avanzado que, cuando se logre recobrar la normalidad, habrá que investigar este asunto. Así, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, lo ha calificado de “muy grave” y ha defendido “aclarar todo lo sucedido” una vez que se supere la crisis del COVID-19.
Esteban ha abogado por, “como mínimo, modificar las leyes que impiden dar transparencia a las actividades” de la Casa Real porque “no es de recibo, ni jurídicamente sostenible en una democracia, que se invoque la Constitución para impedir una comisión de investigación parlamentaria”, como la rechazada por PSOE y PP la semana pasada.
Ambos partidos, amparándose en la inviolabilidad de don Juan Carlos por los actos cometidos cuando era jefe del Estado, rechazaron en la Mesa del Congreso una petición de Unidas Podemos y ERC de crear una comisión de investigación para esclarecer la comisión de presuntas irregularidades fiscales.
Este lunes, el portavoz de ERC en la Cámara Baja, Gabriel Rufián, ha informado de un frente común con otras fuerzas políticas para hallar “vías de investigación efectiva” y ha manifestado haber hablado ya con JxCat, la CUP, EH Bildu, BNG, Más País, PNV y Unidas Podemos. A su juicio, el comunicado de Zarzuela es “una confesión en toda regla y una enmienda a la Corona”.
La renuncia de Felipe VI a la herencia de su padre es para el senador de Compromís Carles Mulet un reconocimiento de que don Juan Carlos es “un corrupto” y que “ha actuado de manera ilegal” dentro de una familia “envuelta en casos graves de corrupción”.
También ha pedido explicaciones el senador de Més per Mallorca Vicenç Vidal, quien ha sostenido que “el nivel de corrupción al que ha llegado la monarquía española la convierten en una institución inviable en una democracia que se considera avanzada”.
A las críticas se ha sumado el diputado del PSOE Odon Elorza, para quien el asunto del Rey Juan Carlos es “un escándalo monumental” y ha reclamado que los miembros de la familia real hagan una declaración pública de todos sus bienes como cualquier cargo político.
Frente a esas posiciones críticas, el Rey obtuvo poco después de su comunicado el respaldo de PP, Vox y Ciudadanos, y este lunes algunos parlamentarios de esos partidos, como el popular Rafael Hernando, ha reiterado ese apoyo asegurando que es una decisión dura pero ejemplar y que España tiene la suerte de contar con un Rey a la altura de una democracia moderna.
A las reacciones políticas se ha sumado una iniciativa en las redes sociales en la que se pide a la Casa Real que “obligue” a Juan Carlos I a donar a la sanidad pública “los millones de euros recibidos de Arabia Saudí” con el fin de frenar el coronavirus cuanto antes.
En medio de todas estas opiniones y peticiones, el abogado de la amiga del Rey Corinna Larsen ha asegurado en un comunicado que desde 2018 han intentado contactar con la Embajada de España en Londres y la Casa Real para denunciar la “campaña de abuso que se ha estado librando” contra ella durante ocho años y que se ha hecho caso omiso de los “graves asuntos” que ha comunicado “en detalle”.
El anuncio realizado por Zarzuela sobre la retirada de la asignación presupuestaria a don Juan Carlos, que seguirá manteniendo su estatus jurídico, incluía que Felipe VI renunciaba a toda herencia de su padre.
Se trata de una declaración de intenciones a la que se compromete públicamente, ya que, de acuerdo con el Código Civil, no es posible rehusar una herencia hasta el momento en que la persona que hace el legado haya fallecido.

lunes, 16 de marzo de 2020

El PSOE expresa su "máximo respeto" a la decisión del Rey Felipe VI

MADRID.- El PSOE expresa su "máximo respeto" a la decisión del Rey Felipe VI de renunciar a la herencia de su padre, al que retirará además la asignación económica que recibe de los Presupuestos Generales del Estado y que asciende a 194.232 euros brutos anuales. Respeto y respaldo es lo que han expresado otras formaciones como el PP, Cs y Vox. 

A pesar de su respaldo, el PSOE mantiene su oposición a que se promueva en el Congreso de los Diputados una comisión de investigación sobre las finanzas del rey emérito Juan Carlos, precisan las mismas fuentes. Esta posición se basa en el criterio de los letrados de la Cámara, que siempre se niegan a calificar iniciativas de control a la Corona en base a que la figura del Rey es “inviolable” conforme a lo que establece la Carta Magna.
Tras conocer el anuncio de Felipe VI, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha anunciado que esta misma noche se pondrá en contacto con los grupos de la Cámara para intentar de nuevo poner en marcha una comisión de investigación sobre los negocios de Juan Carlos I.
Las finanzas del Rey Juan Carlos llevan años bajo sospecha, si bien en las últimas semanas las informaciones publicadas en prensa española, suiza y británica sobre las investigaciones que se siguen sobre el presunto cobro de comisiones ilegales han terminado por provocar que la Casa Real reaccione este domingo anunciando que Felipe VI renuncia a la herencia que podría percibir de su padre y suspendiendo su asignación anual.

Unidas Podemos y ERC ven una ‘confesión’ en la decisión del Rey sobre su padre

MADRID.- El presidente del Grupo Parlamentario de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, ha agradecido este domingo a Felipe VI que haya dado "la razón" a quienes, como él, sostienen que la fortuna de Juan Carlos I "no es legítima". 

También el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, considera que el comunicado emitido este domingo por Felipe VI supone "una confesión en toda regla" sobre las actuaciones de su padre y ha anunciado que se va a poner en contacto con el esto de grupos parlamentarios para que la Cámara abra una investigación.
“Gracias Felipe por dar la razón a quienes sostenemos que la fortuna de tu padre no es legítima”, ha escrito Asens en su cuenta de Twitter.
Así ha reaccionado el diputado de En Comú Podem tras conocer la decisión del jefe del Estado de renunciar a la herencia personal que le pueda dejar su padre y de retirar al Rey Emérito la asignación de la disfrutaba hasta ahora. 
Además, Asens ha vuelto a insistir en la necesidad de que se investigue el origen de la fortuna de Juan Carlos I. “Hoy las luces y los taquígrafos sobre la monarquía, sin embargo, son más urgentes que nunca. Queremos saber”, ha enfatizado.
“Nos pondremos en contacto esta misma noche con el resto de grupos parlamentarios para activar todos los mecanismos de investigación a nuestro alcance con el mayor consenso y fuerza posible. Ya basta de impunidad”, ha escrito Rufián en su propia cuenta de Twitter.
Hace dos semanas tras conocerse las últimas noticias sobre las supuestas cuentas y donaciones atribuidas al Rey emérito, tanto ERC como el Grupo Plural, por un lado, como Unidas Podemos, por otro, registraron sendas peticiones en el Congreso pidiendo la creación de una comisión para que investigase las presuntas irregularidades cometidas por Juan Carlos I.
En concreto, la iniciativa de los independentistas catalanes y del Grupo Plural, que integran Junts, Compromís, Más País y Bloque Nacionalista Galego (BNG) pretendía que la Cámara Baja investigase las presuntas cuentas irregulares del Rey emérito en Suiza y otros paraísos fiscales, así como determinar las correspondientes responsabilidades “civiles, éticas y políticas” del ex Jefe del Estado.
Por su parte, el texto de Unidas Podemos hablaba de la “presunta comisión de, entre otros, posibles delitos de blanqueo de capitales” e indicaba que “no resulta descartable que los mismos se estén ejecutando actualmente o se hubieran ejecutado con posterioridad” la abdicación de don Juan Carlos, esto es, en 2014, momento en el que, según subrayaban, “dejó de ser inviolable”.
No obstante, como en iniciativas similares presentadas en ocasiones anteriores –también por parte de los de Pablo Iglesias–, la Mesa del Congreso, sobre el criterio expresado por los letrados, rechazó el pasado día 10 tramitar ambas peticiones. Una votación en que la se evidenció una nueva división entre los socios de Gobierno pues mientras Unidas Podemos apoyó tramitación, el PSOE apoyó su inadmisión junto al PP y Vox.
En su informe, los letrados justificaron su rechazo reiterando los antecedentes y la interpretación que el Tribunal Constitucional viene haciendo sobre la posición de la Jefatura del Estado, que, según alegan, el Rey es “inviolable” conforme a lo que establece la Carta Magna. Los servicios jurídicos de la Cámara siempre se han opuesto a calificar iniciativas de control a la Corona.

Unidas Podemos pide investigar al monarca emérito y "depurar todas las responsabilidades"

MADRID.- El Partido Popular, Vox y Ciudadanos han expresado su respaldo a las decisiones adoptadas por Felipe VI en relación con la herencia de su padre y con la asignación presupuestaria de don Juan Carlos, mientras que Podemos ha instado a investigar y "depurar todas las responsabilidades".

Zarzuela ha hecho público este domingo un comunicado en el que, tras las informaciones relativas a que el rey es supuesto beneficiario de dos fundaciones creadas en Suiza por su padre, ha dado cuenta de su renuncia a cualquier herencia suya, así como de la retirada de la asignación que hasta ahora percibía don Juan Carlos.

Tanto PP como Podemos, Vox y Ciudadanos han expresado su posición al respecto en diversos mensajes en las cuentas de Twitter de esos partidos o de algunos de sus dirigentes.

- El presidente del PP, Pablo Casado, ha respaldado la decisión del monarca y ha elogiado su "ejemplar" servicio público al frente de la Jefatura del Estado.

Además, ha aprovechado para trasladarle la lealtad del Partido Popular a la Corona como máxima institución de España.

- Podemos afirma que nada les va a distraer del combate contra el coronavirus, pero considera las informaciones publicadas y el comunicado de Zarzuela "de una extraordinaria gravedad".

Añaden que, en su momento, este asunto requerirá depurar todas las responsabilidades y la correspondiente investigación en sede parlamentaria.  

"Nuestro pueblo lucha ahora contra el COVID-19. Cuando toque -subraya-, deberá conocer toda la verdad y ejercer los derechos soberanos que le corresponden".

- Vox "respeta y aplaude" el "contundente" comunicado de Zarzuela y subraya que "ojalá todas las instituciones del Estado tuvieran una conducta tan ejemplar como demuestra Su Majestad Felipe VI".

- Ciudadanos ha apoyado a Felipe VI ante un gesto que considera que le honra tanto a él como a la institución que representa.

"Tiene nuestro respeto y respaldo. Las instituciones y los representantes públicos deben ser ejemplares en todo momento ante la ciudadanía", ha añadido el partido. 

El virus de la Corona / José Antich *

La grave situación de salud pública que vive España por el coronavirus, en parte amplificada por la negligencia del gobierno de Pedro Sánchez a adoptar desde el primer momento drásticas medidas como se le pedía, por ejemplo, desde Catalunya, no debe tapar lo que, sin duda, es una noticia de alcance internacional y que compromete muy seriamente a la monarquía española. 

El rey Felipe VI ha reconocido a través de un comunicado de la Casa Real que tenía conocimiento desde hace tiempo, al menos más de un año, de las cuentas offshore de su padre en el extranjero, amasadas con total impunidad y que iba a ser el receptor de la fortuna corrupta.

El envoltorio que se le ha dado al comunicado poniendo el acento en que renunciará a la herencia -debería explicar como ya que el Código Civil  prohíbe la renuncia a la herencia futura  (artículos 816 y 991)- y que su padre, Juan Carlos I, dejaba de percibir su asignación de los Presupuestos Generales del Estado es la parte, digámoslo así, amable, de una noticia que deja ante los ojos de todos los españoles la corrupción en la jefatura del Estado durante décadas.

Si los españoles no estuvieran en el lógico estado de shock por el imparable avance del coronavirus y el confinamiento de la población, la degradación moral en que ha entrado la monarquía española la haría saltar por los aires. También, si los pusilánimes representantes de los partidos del régimen -PSOE, PP, Cs y ahora Vox- hicieran simplemente su trabajo en el Congreso de los Diputados en vez de oponerse a la creación de comisiones de investigación como le habían instado los partidos indeendentistas catalanes y vascos y, en este caso, también Podemos.

Felipe VI intenta soltar lastre una vez la prensa internacional - la de Suiza y la del Reino Unido, fundamentalmente- había dado muestras suficientes de que no iba a dejar correr el asunto y pensaba proseguir con nuevos escándalos en los próximos días. El escandaloso silencio de la prensa oficialista española, tanto de Madrid como de Barcelona, ha servido de bastante poco, ya que la prensa digital ha cubierto con creces los compromisos del establishment mediático para camuflar la noticia en sus páginas de papel.

La opacidad no ha resistido más y la monarquía española ha despeñado buena parte del poco crédito que tenía ante la sociedad española con un comunicado que pone los pelos de punta. No estamos hablando de los elefantes en Botswana, ni de los continuados devaneos en la vida privada de Juan Carlos I. De algo que se pueda tapar con una disculpa pública. 

Estamos hablando de cómo se ha amasado una fortuna con presuntas comisiones ilegales, lo que exige la intervención de la justicia y abrir en canal lo que ha sido vox populi desde hace muchos años y no se ha querido abordar para salvaguardar la institución. 

En 2014 se forzó su abdicación; ahora, la situación afecta a toda la familia, incluido el actual rey, Felipe VI, que solo ha reaccionado cuando se ha conocido la información y no cuando el tuvo conocimiento de ella. Un matiz más que signifcativo.


(*) Periodista y director de El Nacional


Las claves de la renuncia de Felipe VI a la herencia de don Juan Carlos I


MADRID.- La decisión de Felipe VI de renunciar a la herencia de su padre, Juan Carlos I, se toma diez días después de que la Fiscalía Anticorrupción pidiera a Suiza investigar una supuesta donación de 65 millones de euros desde una fundación panameña vinculada al Rey emérito a una cuenta de su amiga Corinna Larsen.

Éstas son las claves del caso que ha llevado a don Felipe a retirar, además, la asignación que don Juan Carlos tenía fijada hasta ahora en los presupuestos de la Casa del Rey, que rondaba los 200.000 euros.

¿Qué persigue la Fiscalía Anticorrupción?

La decisión de enviar una comisión rogatoria a Suiza, conocida el pasado día 5, se produce en el marco de la investigación que tiene abierta Anticorrupción en relación con el pago de posibles comisiones en la adjudicación del AVE a La Meca (Arabia Saudí), que recayó en 2011 a un consorcio de empresas españolas.

¿Qué pasos ha dado Suiza?

El pasado mes de octubre, la Fiscalía suiza pidió a la Audiencia Nacional los audios de la reunión mantenida entre Corinna Larsen y el excomisario José Villarejo en Londres en 2015 para incorporarlos a la investigación de los presuntos testaferros de Juan Carlos I en cuentas bancarias en el país helvético.

¿De dónde surgen esos audios?

La cinta grabada por Villarejo, en la que se hablaba de las cuentas en Suiza y de las presuntas comisiones concedidas a Juan Carlos I, fueron intervenidas en la operación Tándem en noviembre de 2017, que llevó a la cárcel al excomisario por espionaje y extorsión.

¿Dónde se ingresaron las comisiones?

La Fiscalía suiza considera que 100 millones de dólares procedentes del rey saudí Abdul Aziz Al Saud llegaron a una cuenta en Panamá de la Fundación Lucum de la mano de sus gestores en Suiza, Dante Canónica y Arturo Fasana, presuntos testaferros del rey Juan Carlos.

¿Qué fue de esos fondos?

Según las informaciones publicadas por algunos medios, de los 100 millones de dólares, don Juan Carlos habría transferido el equivalente a unos 65 millones de euros a Corinna Larsen en septiembre de 2012, tras el escándalo de la cacería en Botsuana. El abogado de la aristócrata alemana sostiene que se trató de un regalo "no solicitado", como una forma de "donación para ella y su hijo, con los cuales él se había encariñado".

¿Qué es la Fundación Lucum?

Se creó en mayo de 2008 en Panamá y pocos meses después, a través de su cuenta en Suiza, recibió los 100 millones procedentes de Arabia Saudí. El beneficiario de la fundación sería Juan Carlos I, y, según el diario británico "The Telegraph", Felipe VI sería el siguiente, por lo que obtendría el dinero cuando falleciese su padre.

¿Qué argumenta la Casa del Rey?

El Palacio de la Zarzuela desvela que hace un año, por medio de una carta del bufete británico de abogados Kobre & Kim tuvo conocimiento de la supuesta designación de Felipe VI como beneficiario de la fundación, aunque no recibió ninguna prueba documental.

¿También implica a la princesa Leonor?

Las hijas de los reyes, la princesa Leonor y la infanta Sofía, serían potenciales beneficiarios de los fondos de la sociedad, pero Zarzuela asegura que si esto fuera cierto, dejaría sin efecto tal designación o cualquier beneficio que pudiera corresponderles.

¿El rey Juan Carlos facilitó esa información a su hijo?

Según el comunicado de la Casa del Rey, el anterior jefe del Estado no trasladó información alguna a su hijo sobre Lucum. Tampoco lo hizo sobre la Fundación Zagatka, propiedad de Álvaro de Orleans-Borbón, primo Juan Carlos I.

¿Se va a abrir alguna investigación parlamentaria?

La Mesa del Congreso, con los votos de PSOE y PP, rechazó el pasado día 10 la petición de Unidas Podemos y ERC de crear una comisión de investigación para esclarecer las presuntas irregularidades fiscales cometidas por el rey emérito, al alegar que éste mantiene la inviolabilidad con "efectos jurídicos permanentes".

¿En qué situación queda don Juan Carlos?

Felipe VI ha acordado retirar la asignación que su padre tenía fijada en los presupuestos de la institución, que en 2018 fueron de 194.232 euros. No obstante y tras su retirada de la vida pública en junio del pasado año, don Juan Carlos mantiene su condición de miembro de la Familia Real y el tratamiento de rey.