PALMA DE MALLORCA.- La Infanta Cristina, a lo largo de
las cinco horas en que se ha sometido a las preguntas del juez
instructor del caso Nóos, José Castro, y durante las cuales le han sido
exhibidas centenares de facturas y tickets de gastos personales cargados
a su empresa Aizoon, ha reconocido que incurrió en ellos si bien ha
asegurado desconocer que éstos fueran sufragados de forma directa por la
sociedad cuya titularidad comparte con su marido, Iñaki Urdangarin.
Así lo han informado fuentes presenciales en la
comparecencia, que han señalado que el magistrado se ha mostrado
insistente en sus preguntas respecto a las facturas y que, respecto a
tickets relativos al pago de gasolina, la imputada ha manifestado que
eran sus escoltas quienes cargaban estos gastos y que, por tanto,
desconocía si éstos corrían o no cargo de Aizoon.
Asimismo, en relación con la tarjeta Visa que ella disponía de
Aizoon, ha reconocido que la utilizó pero sin que este hecho supusiera
para ella algo irregular, según han precisado las mismas fuentes. En
concreto, entre los datos arrojados a lo largo de la instrucción de la
causa por parte de la Agencia Tributaria consta el importe de hasta
698.824 euros que los Duques destinaron desde su sociedad a gastos
estrictamente particulares.
Los dos abogados de la
acusación, Virginia López (por Manos Limpias) y Manuel Delgado (del Foro
Cívico de Julio Anguita), denunciaron al término de la sesión matinal
del interrogatorio de la Infanta Cristina, que está utilizando
continuamente la "teoría del amor", para usar a su esposo Iñaki
Urdangarin como cortafuegos. Asimismo, Delgado ha avanzado que en el
futuro del proceso van a solicitar un nuevo peritaje tributario para
"que quede claro que las facturas falsas, son falsas".
El letrado indicó que la Infanta había respondido al juez Castro, que
ni siquiera "sabía que en su casa había una empresa", en referencia a
Aizoon, la sociedad patrimonial que compartía al 50 por ciento con
Urdangarin, y que según el juez era usada como pantalla fiscal para
repartir beneficios y tributar lo menos posible a Hacienda. El domicilio
de la empresa era el palacete de Pedralbes de Barcelona donde vivía la
pareja y sus hijos.
Por todo ello, la letrada de Manos Limpias indicó que no se siente
satisfecha del resultado, porque como ya se esperaba, la Infanta se
está escudando en la "teoría del amor" y en que "no sabe". En este
sentido, su colega Manuel Delgado criticó que esté "utilizando a
Urdangarin como cortafuegos".
Sin embargo, ambos han coincidido en elogiar el rigor del juez
Castro en el interrogatorio. En este sentido Delgado ha afirmado que ha
dejado poco trabajo para los abogados.
Según comentaba Delgado a su salida de los Juzgados en un receso
concedido hasta las 16.30 horas, momento en el que será el fiscal
Horrach el que comience a interrogar a la Infanta, la declaración ha
sido "muy exigente", aunque ha lamentado que la hija del Rey haya
respondido siempre "con evasivas", lo que, en su opinión, "evidencia el
absurdo que se está viviendo".
Por ello, ha destacado que en su opinión se está intentando "salvar
a la Infanta a toda costa, aunque se tenga que sacrificar a otro", ha
aseverado al explicar que Urdangarin podría servir de "cortafuegos".
Por esta razón, ha señalado que en el futuro de este procedimiento
solicitarán "un nuevo peritaje tributario" para que "quede claro que
las facturas falsas son falsas" y que "cuando se levanta el velo de una
sociedad hay que levantarlo completo, para saber de dónde sale el dinero
y a dónde llega".
Además, Delgado ha destacado que la Infanta ha pasado "malos
momentos" durante su declaración, pese, según reconoce, "haber tenido
una preparación bastante importante". Asimismo, se ha limitado en decir
"no sabe no contesta" y "tenía toda la confianza en mi marido", y que
esas han sido "el 90 por ciento de las respuestas".
Por otro lado, fuentes judiciales han señalado que ante las
preguntas de Castro, la Infanta ha dicho que "no sabe por qué firmo el
contrato de arrendamiento del palacete" y que hasta en dos ocasiones ha
mostrado "síntomas de flaqueza".
En concreto, estas mismas fuentes han dicho que cuando el juez ha
tocado asuntos relacionados con un "préstamo del rey", casi se desmorona
y que cuando se ha tratado que la hija del Rey pudiera haber sido
utilizada como "escudo fiscal", también ha flaqueado.
Así, han comentado que Doña Cristina "está haciendo el papelón de
su vida" al "hacerse pasar por tonta" ya que muchas de las preguntas han
sido contestadas con un "no sabe, no contesta" y porque ha repetido en
varias ocasiones que "confiaba plenamente en su marido".
La Infanta ha respondido durante el interrogatorio del juez José
Castro que desconocía que los empleados domésticos que trabajaban en su
casa habían sido contratados a través de Aizoon, la empresa patrimonial
que la Infanta compartía al 50 por ciento con Iñaki Urdagarín,
informaron fuentes jurídicas. El interrogatorio se
reanudó a las 12:56 horas, tras diez minutos de receso.
Según las mismas fuentes, Doña Cristina se ha desvinculado
totalmente de la gestión tanto de Noos que recibió casi 6 millones de
euros de las Administraciones balear y valenciana, como de Aizoon, la
empresa patrimonial de la pareja a la que iban a parar una parte de los
beneficios de la primera, pese que era una sociedad sin ánimo de lucro.
En cualquier caso, la Infanta dijo desconocer el funcionamiento y
la gestión de las mismas, de lo que se ocupaba Iñaki Urdagarín. Las
mismas fuentes indicaron que a Doña Cristina no se le ve tensa durante
la declaración y que se muestra sonriente.
Por otra parte, Manuel Delgado, uno de los abogados de la
acusación popular del Foro Cívico de Julio Anguita, ha asegurado que la
Infanta Doña Cristina se está amparando en su declaración ante el juez
José Castro en que ella confiaba en su marido en la gestión de las
empresas en las que ella también participaba, en referencia a Noos y
Aizoon.
El letrado que ha hecho unas breves declaraciones en el receso del
interrogatorio ordenado por el juez, ha asegurado que la Infanta está
respondiendo con muchas evasivas y que en muchos temas la respuesta
habitual es "no sabe, no contesta". En este sentido explicó que el 95
por ciento de las respuestas son evasivas.
Asimismo, el abogado de la acusación ha explicado que la Infanta
ha acudido al interrogatorio muy preparada y que en todo momento está
delegando en su esposo Iñaki Urdagarín la gestión de las empresas por
las que ha sido imputada por los delitos de blanqueo de capitales y
delito fiscal.
Por todo ello, argumentó que la Infanta está "ejerciendo su
derecho a no contestar una verdad que no le comprometa". En este
sentido, el letrado explicó que "no se va a esclarecer la verdad" y que
"no está reconociendo hechos que la puedan comprometer".
Además, la Infanta ha reconocido
durante el interrogatorio que sabía que su padre, el Rey Don Juan
Carlos, le había pedido a Iñaki Urdangarin en 2006 que dejara los
negocios relacionados con Noos, informaron fuentes
jurídicas.
Según el testimonio de la Infanta la petición se la habría hecho
directamente el monarca al Duque de Palma. Noos fue creada en el año
2003 y cobró un total de 5,9 millones de las administraciones de
Baleares y la Comunidad Valenciana.
El Consejo de Administración de Noos estaba formado por cinco
personas: los Duques de Palma, Carlos García Revenga, secretario de las
Infantas, así como Diego Torres y su esposa Ana María Tejeiro. Los
cincos han sido imputados por el juez Castro.
La hija del Rey don Juan Carlos llegó a las dependencias
judiciales a las 9.45 horas, momento en el que hizo su aparición, tras
descender en coche la rampa de 40 metros cuadrados que separa la calle
de la puerta trasera del edificio, ante los más de 200 periodistas que
aguardaban su llegada.
Sin dejar de sonreír en todo momento, la Duquesa de
Palma descendió de su vehículo, un Ford Focus negro, que le ha
trasladado desde el aeropuerto de Son Sant Joan hasta las dependencias
judiciales. Junto a ella iba uno de sus abogados, Miguel Roca. Tras
ello, la Infanta, ataviada con camisa blanca, chaqueta negra y un
pantalón gris oscuro, ha recorrido los escasos metros que separaban el
automóvil de la puerta de acceso al Juzgado para dirigir saludar con un
"buenos días" a los cámaras y redactores congregados y, posteriormente,
se ha introducido en el inmueble.
La Infanta Cristina declara así más de dos años
después de que su nombre apareciese en el foco de las investigaciones
del caso Nóos, prácticamente desde el momento en que, a finales de 2011,
la Fiscalía Anticorrupción apuntase a Aizoon -mercantil de la que la
Duquesa de Palma es copropietaria junto a su marido, Iñaki Urdangarín-
como una de las empresas 'pantalla' que integraban el entramado
societario dirigido a desviar los fondos obtenidos por parte del
Instituto Nóos de las Administraciones públicas.
El primero en llegar ha sido el propio Castro, quien
ha aparecido en los Juzgados en torno a las siete, mientras que a partir
de las nueve han comenzado a llegar algunos de los abogados asistentes
en la comparecencia. Así, a las 9.10 horas ha hecho acto de presencia el
letrado del exsocio de Iñaki Urdangarin, Diego Torres, y posteriormente
el de la acusación popular Frente Cívico Somos Mayoría, Manuel Delgado;
el del Duque, Mario Pascual Vives, y tres de los defensores de la
Infanta, entre ellos Jesús María Silva y Jaume Riutord, quienes han
afirmado que su patrocinada se encontraba "muy tranquila".
Por su parte, los fiscales anticorrupción Pedro
Horrach y Miguel Ángel Subirán han llegado a las 9.40 horas, cinco
minutos antes de que lo hiciese la Infanta.
Sin embargo, pasadas las 7.30 horas, poco después de
amanecer en Palma de Mallorca, decenas de periodistas ya ocupaban la
calle Pallerades, donde se sitúa la famosa cuesta que da acceso a los
juzgados de instrucción.
De hecho, el barrio de la capital balear donde está
ubicado el edificio judicial, estaba, a esa hora, literalmente tomado
por representantes de los medios de comunicación y por la Policía, y al
menos medio centenar de agentes se agolpaban en los aledaños a la
entrada trasera del inmueble antes de que llegaran las 8.00 horas,
momento señalado para que los periodistas pudieran acceder a la rampa
siguiendo un riguroso orden fijado por los servicios de prensa del
juzgado.