PALMA DE MALLORCA.- Unas 300 personas se concentran en los
alrededores de los Juzgados de Palma en contra de la corrupción y de la
Monarquía, así como en favor de la independencia de los Països Catalans o
en apoyo al juez José Castro, magistrado que instruye el caso Nóos que
desde las 10:00 de esta mañana está tomando declaración a la Infanta
Cristina en el interior de los Juzgados.
Cerca de las 9:30 horas de la mañana, las fuerzas policiales se
han visto a obligadas a cortar la Vía Alemania en dirección al centro de
Palma debido al gran número de manifestantes concentrados. Así, las
aceras del otro sentido también están llenas de personas, que han estado
coreado todo tipo de lemas desde bien temprano.
Mientras muchos de los congregados se manifiestan en favor de la
República, la independencia y en contra de la monarquía, también hay
otros grupos que se posicionan en contra del ERE de Coca-Cola, las
prospecciones petrolíferas o en favor del juez Castro, al que han
coreado lemas como 'no diga justicia, diga Castro.
Algunas de las pancartas que portaban los manifestantes rezaban
algunos eslogan como 'Rampa del Ducs de Palma de Mallorca', en un juego
de palabras en el que se hace alusión a la calle antes conocida como
'Rambla dels Ducs de Palma' y en referencia a la mediática rampa de los
Juzgados.
Asimismo, se han podido ver carteles con frases como 'en Palma las
duquesas nos las comemos', en alusión a los pasteles tradicionales; y
letreros como 'Corona, ¡qué cruz! o 'Rey que acepta regalos, tendrá
yerno e hija raros'.
En una línea similar, se han podido escuchar proclamas como "Casal popular, Marivent", "Independencia", "Fuera Monarquía" o
"Juan Carlos, Sofía, la hucha está vacía". Cabe destacar que numerosos manifestantes portaban banderas republicanas, esteladas y senyeras, así como banderas verdes o comunistas.
"Juan Carlos, Sofía, la hucha está vacía". Cabe destacar que numerosos manifestantes portaban banderas republicanas, esteladas y senyeras, así como banderas verdes o comunistas.
Algunos de los lemas proferidos durante la mañana se referían a la
persona del juez Castro. En uno de los momentos álgidos de la
concentración, cuando la Infanta ha llegado al edificio judicial se ha
podido escuchar entre otros lemas: "Castro, amigo, el pueblo está
contigo".
Además, otros manifestantes han coreado el lema "No diga justicia,
diga Castro". Muchos de estos también portaban pancartas como 'La
justicia tiene un nombre: Castro'. Asimismo, uno de los gritos más
coreados entre los asistentes en primera fila ha sido "Castro, Castro,
Castro".
Por otra parte, desde la Plataforma 'Eivissa Diu No' en contra de
las prospecciones petrolíferas, han manifestado que el rechazo a las
mismas es "total" y es "un boom, que está llegando a todo el mundo".
Uno de los miembros de esta plataforma, Sergio Lleò, ha explicado a
Europa Press que el objetivo de la protesta es llamar la atención de
los españoles para que "todos unidos" paren los proyectos de sondeos
petrolíferos en las costas del país, y en este caso en concreto, las
prospecciones que están previstas en aguas de Baleares.
Por su parte, Ana González, una manifestante que portaba carteles
en favor de la III República, ha señalado que espera que "Castro no se
eche atrás" y ha aseverado que el Rey debería "claudicar" porque la
"monarquía está caducada y ya no tiene nada que aportar".
Otra congregada ha expresado que lo que quieren "los españoles, no
sólo los mallorquines, es que si se demuestra que han robado, tienen
que devolver todo el dinero". Tras terminar sus declaraciones, ha
empezado a proclamar "España, mañana será republicana".
Respecto a los trabajadores de Coca-Cola, un centenar de
trabajadores de la embotelladora de Palma se han sumado a la
manifestación que tiene lugar a escasos 100 metros de donde la Infanta
Cristina está prestando declaración como imputada en el marco del caso
Nóos.
En un momento de la mañana, poco antes de la llegada de la
Infanta, el sonido de las proclamas se ha visto superado por un gran
bullicio provocado por el paso de unas 20 motos de gran cilindrada por
Vía Alemania en apoyo a los manifestantes.
Una amalgama
Una amalgama de gente, desde republicanos a empleados de Coca Cola amenazados por el despido, se han manifestado hoy atraídos por la comparecencia de la infanta.
Hacia las seis y media de la mañana, un guardia de seguridad abrió la verja de la puerta trasera de acceso a los juzgados por la que poco antes de las diez entró en el recinto judicial el automóvil Ford del modelo C-Max a bordo del cual iba la hija menor del Rey.
Cuando el vehículo descendió por la rampa por la que hace casi un año caminó su esposo Iñaki Undargarín para comparecer ante el juez José Castro, hacía tres horas que funcionaba el cordón montado por la Policía Nacional para velar por la seguridad de la infanta.
Los manifestantes, que al saber que la infanta se encontraba ya en los juzgados reaccionaron con abucheos y gritos, se mantuvieron detrás de las vallas colocadas por las policías Nacional y Local, y dentro del perímetro de seguridad establecido.
"El despliegue policial ha sido excesivo", ha dicho Miguel Mascaró, dirigente de Unidad Cívica por la República de Baleares, la plataforma que convocó la concentración, a la que, al hilo de la gran atención mediática despertada por la declaración de la infanta, se ha unido un variopinto grupo con distintas reclamaciones.
El grueso de la manifestación, que ha sido secundada por unas trescientas personas, ha estado formado por partidarios de la tercera república, algunos de ellos con banderas republicanas, comunistas o independentistas catalanas, así como por empleados de la embotelladora que Coca Cola planea cerrar en Palma.
"Estamos aquí para aprovechar la presencia de medios y dar a conocer el conflicto en Coca Cola", ha explicado el secretario del comité de empresa Juanjo Bustins, mientras sus compañeros gritaban "Ni Coca Cola ni In-Fanta".
Junto a los empleados del fabricante de refrescos, sin duda quienes más ruido han hecho con sus silbatos y trompetillas, también ha participado en la manifestación un reducido grupo de activistas de Ibiza que ha aprovechado el notable despliegue periodístico para protestar contra las prospecciones petrolíferas que se proyectan hacer en aguas próximas al archipiélago balear.
También en la concentración había personas exigiendo democracia, pidiendo al juez Castro mano dura contra la corrupción, reclamando poner fin a los desahucios por impago de hipotecas, o protestando por la aplicación en el sistema de enseñanza de Baleares del decreto que establece una educación trilingüe.
Unos portaban carteles escritos en catalán con el lema "Rampa de los duques de Palma de Mallorca" en alusión a la famosa cuesta de acceso a los juzgados de la ciudad, y otro manifestante llevaba un cartel que decía "Libra-Noós de la Korrupción".
Los cerca de doscientos efectivos que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desplegaron en las inmediaciones del edificio de los tribunales mantuvieron a los manifestantes alejados de la infanta y de la puerta trasera por la que entró para declarar.
La protesta callejera tuvo hasta cierto tinte festivo, lo que permitió a efectivos de la Policía Nacional relajarse con un desayuno con compañeros en las cafeterías del vecindario que abrieron para hacer caja.
Unas dos horas después de que la infanta comenzara a declarar, la concentración se desinfló y quedaron frente a los juzgados unos pocos manifestantes y curiosos. Miguel F. Rovira
Una amalgama
Una amalgama de gente, desde republicanos a empleados de Coca Cola amenazados por el despido, se han manifestado hoy atraídos por la comparecencia de la infanta.
Hacia las seis y media de la mañana, un guardia de seguridad abrió la verja de la puerta trasera de acceso a los juzgados por la que poco antes de las diez entró en el recinto judicial el automóvil Ford del modelo C-Max a bordo del cual iba la hija menor del Rey.
Cuando el vehículo descendió por la rampa por la que hace casi un año caminó su esposo Iñaki Undargarín para comparecer ante el juez José Castro, hacía tres horas que funcionaba el cordón montado por la Policía Nacional para velar por la seguridad de la infanta.
Los manifestantes, que al saber que la infanta se encontraba ya en los juzgados reaccionaron con abucheos y gritos, se mantuvieron detrás de las vallas colocadas por las policías Nacional y Local, y dentro del perímetro de seguridad establecido.
"El despliegue policial ha sido excesivo", ha dicho Miguel Mascaró, dirigente de Unidad Cívica por la República de Baleares, la plataforma que convocó la concentración, a la que, al hilo de la gran atención mediática despertada por la declaración de la infanta, se ha unido un variopinto grupo con distintas reclamaciones.
El grueso de la manifestación, que ha sido secundada por unas trescientas personas, ha estado formado por partidarios de la tercera república, algunos de ellos con banderas republicanas, comunistas o independentistas catalanas, así como por empleados de la embotelladora que Coca Cola planea cerrar en Palma.
"Estamos aquí para aprovechar la presencia de medios y dar a conocer el conflicto en Coca Cola", ha explicado el secretario del comité de empresa Juanjo Bustins, mientras sus compañeros gritaban "Ni Coca Cola ni In-Fanta".
Junto a los empleados del fabricante de refrescos, sin duda quienes más ruido han hecho con sus silbatos y trompetillas, también ha participado en la manifestación un reducido grupo de activistas de Ibiza que ha aprovechado el notable despliegue periodístico para protestar contra las prospecciones petrolíferas que se proyectan hacer en aguas próximas al archipiélago balear.
También en la concentración había personas exigiendo democracia, pidiendo al juez Castro mano dura contra la corrupción, reclamando poner fin a los desahucios por impago de hipotecas, o protestando por la aplicación en el sistema de enseñanza de Baleares del decreto que establece una educación trilingüe.
Unos portaban carteles escritos en catalán con el lema "Rampa de los duques de Palma de Mallorca" en alusión a la famosa cuesta de acceso a los juzgados de la ciudad, y otro manifestante llevaba un cartel que decía "Libra-Noós de la Korrupción".
Los cerca de doscientos efectivos que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desplegaron en las inmediaciones del edificio de los tribunales mantuvieron a los manifestantes alejados de la infanta y de la puerta trasera por la que entró para declarar.
La protesta callejera tuvo hasta cierto tinte festivo, lo que permitió a efectivos de la Policía Nacional relajarse con un desayuno con compañeros en las cafeterías del vecindario que abrieron para hacer caja.
Unas dos horas después de que la infanta comenzara a declarar, la concentración se desinfló y quedaron frente a los juzgados unos pocos manifestantes y curiosos. Miguel F. Rovira
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