OVIEDO.- "Para una sociedad lo peor no son los fracasos, sino que no haya iniciativas o nuevos proyectos que hagan soñar",
ha manifestado hoy el Rey durante su visita junto a la Reina la
localidad de Boal, el concejo asturiano de 1.700 habitantes declarado
este año Pueblo Ejemplar de Asturias.
Don
Felipe se ha referido con estas palabras al ejemplo que los vecinos de
este pequeño pueblo han dado con su capacidad para "llevar adelante -y
unidos- tantos proyectos, convencidos de que incluso los mayores
sacrificios se hacen con más impulso si se comparten no solo los éxitos, sino también las dificultades".
Porque Boal, al oeste del Principado, tiene una historia marcada por la actitud "altruista",
ha destacado el Rey, de sus emigrantes, que a comienzos del siglo
pasado buscaron una vida mejor en Cuba y desde el otro lado del
Atlántico hicieron generosas aportaciones para mejorar sus
infraestructuras y su educación, germen del actual movimiento asociativo
que ha merecido el reconocimiento del jurado.
La llamada
Sociedad de los Naturales del Concejo de Boal en La Habana, fundada en
1912, sufragó la construcción de 21 escuelas del Principado, "un hecho
único en la historia de Asturias, digno de todo elogio y reconocimiento", ha destacado el Monarca.
Se trata de la primera vez que don Felipe y doña Letizia
entregan como Reyes el galardón de Pueblo Ejemplar que cada año designa
la Fundación Príncipe de Asturias, y que en esta ocasión distingue al
movimiento asociativo de Boal, con 22 asociaciones ciudadanas.
Para el Rey, los habitantes de este enclave pueden sentirse "muy orgullosos" de
su modo de convivencia, "basado en la honradez, el trato continuo, el
afecto, el hacer honor a la palabra dada y la solidaridad, a la vez que
el respeto a la naturaleza y el vivir en armonía con ella".
El monarca ha pronunciado su discurso en la Plaza de los Emigrantes de
Boal, cuyo alcalde, José Antonio Barrientos, le ha explicado cómo en
esta tierra de hombres de campo sus gentes han sido capaces de
"reciclarse y diversificarse" laboralmente sin olvidar sus raíces y "fijar su propio rumbo".
Los boaleses, entusiasmados con las palabras de don Felipe, han abarrotado la plaza y han ocupado por completo el recorrido que los Reyes
han hecho por la localidad, tras unas vallas que no les han impedido
saludarlos, hacerles fotos, e incluso dejarles a bebés que doña Letizia
no ha tenido impedimento en coger en brazos.
Durante la
visita han sido casi constantes los aplausos, los vítores y las muestras
de cariño de los habitantes de la localidad, cuyas casas, muchas de
ellas de indianos que hicieron fortuna en América, estaban engalanadas
con banderas nacionales y asturianas.
Consciente de que se trata de una tierra de emigrantes, el Rey se ha referido a la "melancolía" de sus gentes por los que se marcharon.
"Conocéis
muy bien la añoranza, la mirada desde la lejanía, el deseo del regreso y
la entrega solidaria de los que emigraron para mejorar la vida de los
que aquí quedaron", ha apuntado.
Desde América, los
indianos apoyaron a sus paisanos para que pudieran salir adelante, una
actitud altruista que, ha apostillado, "ayudó a que prendiera en vosotros el gusto por el trabajo compartido y por el asociacionismo, que tantos y tan buenos frutos están dando en el concejo".
"Habéis
sabido unir vuestro deseo de mejora con la firme voluntad de
superación, estáis progresando y siendo testigos del prometedor impulso
económico, social y cultural de esta tierra", ha manifestado.
Así, don Felipe ha elogiado sus esfuerzos por buscar el equilibrio "entre el progreso y el bienestar",
les ha reconocido como "verdaderos protagonistas y dueños" de su futuro
y les ha considerado modelo "de cómo es preciso tener siempre
esperanza".
En presencia del presidente autonómico, Javier Fernández, el monarca ha dicho que esta edición del Pueblo Ejemplar era "muy especial"
para él y doña Letizia por ser la primera que la viven como Reyes y ha
confesado que se acordaban de la Princesa de Asturias y de la Infanta
Sofía.
Los Reyes han visitado uno de los lavaderos que en
su día sufragaron los emigrantes para que las mujeres del pueblo no
tuvieran que lavar en el río, una escuela erigida en 1912 donde se ha
recreado, con alumnos de Primaria, una clase de la época, y también la
Casa de la Apicultura, ya que la miel constituye la principal actividad
económica de Boal.
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