MADRID.- La Reina Sofía presidió hoy jueves la mesa
de cuestación instalada en la madrileña Carrera de San Jerónimo, junto a
la Puerta de los Leones del Congreso de los Diputados, con motivo de la
Día de la Banderita de la Cruz Roja.
Allí recibió el donativo del Príncipe de Asturias, que volvió a caminar
por las calles de Madrid para visitar también las mesas presididas por
la Princesa Letizia y la Infanta Elena.
Doña Sofía fue recibida por la vicepresidenta de la Cámara Baja, Celia Villalobos,
y quien protagonizó un pequeño tropiezo en aras del protocolo. La
Reina, vestida con un traje de chaqueta de color verde oliva,
complementado con una sahariana de tono similar llegó puntual a las 12
del mediodía a la Carrera de San Jerónimo, donde la esperaban el
presidente de Cruz Roja Española, Juan Manuel Suárez del Toro, y la vicepresidenta parlamentaria Celia Villalobos.
Normalmente, la Reina es recibida por el presidente de la Cámara Baja, pero Jesús Posada se
encuentra de viaje, razón por la que ha sido recibida por Villalobos.
Tras recibir a la Reina, Villalobos se apartó para dejar paso a Doña
Sofía a pie de escalinata, dando un paso atrás sin percatarse de que a
sus pies tenía un bolardo de hormigón. La vicepresidenta tropezó y, tras
ir agarrándose como podía a la gente que tenía a su alrededor terminó
en el suelo, sin que el susto llegara a mayores.
Por la mesa de cuestación de la Cruz
Roja de la Carrera de San Jerónimo, ya presidida por la Reina Sofía, y
como es tradicional año tras año, fueron desfilando una veintena de
colegios, así como ciudadanos que quisieron acercarse para realizar un
donativo a esta organización humanitaria. Niños que apenas andaban y
pequeños de todas las edades desfilaron por la mesa presidida por la
Reina, que les ofreció globos y caramelos.
Para los donantes mayores estaban
los tradicionales pin de la Cruz Roja que Doña Sofía les colocaba en la
solapa. En torno a las 12.45 horas y conduciendo su propio vehículo llegó el Príncipe de Asturias.
Tras saludar a la Reina, Felipe de Borbón desanduvo sus pasos hacia su
coche, que dirigió por la calle del Prado para acercarse a las mesas
donde se encontraban su hermana la Infanta Elena (en la madrileña Puerta
del Sol) y la Princesa Letizia (Plaza de Santa Cruz).
Ataviado con un ligero traje gris,
el Príncipe de Asturias se trasladó a bordo de su vehículo hasta las
cercanías de la madrileña Puerta del Sol, donde se produjo una
importante aglomeración frente a la Casa del Reloj, donde se situaba la
mesa petitoria presidida por Doña Elena.
El Príncipe Felipe estrechó manos y
saludó a los viandantes que se le acercaron e hizo un donativo en la
mesa a la que también acudió el secretario de las Infantas, Carlos García Revenga.
Después caminó por la plaza de Pontejos y la calle de la Paz en
dirección a la Plaza de Santa Cruz. En el trayecto algunos viandantes
asombrados se acercaron y Don Felipe accedió a fotografiarse con quién
se lo pidió.
Ante la fachada del Ministerio de
Asuntos Exteriores, el Heredero de la Corona fue recibido por el
ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.
A continuación saludó con dos besos a su mujer, doña Letizia, con la
que intercambio algunas frases y un apretón de manos cómplice. En esta
mesa también hizo su donativo el jefe de la Casa de su Majestad el Rey, Rafael Spottorno.
Don Felipe esperó a su esposa en el interior del palacio de Santa Cruz,
sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. Pasadas las 13.30 horas,
ambos se despidieron de todos los que les habían acompañado.
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