MADRID.- Paso a paso, con mucho trabajo, Felipe VI lucha por aupar a la
institución monárquica a ese podio del aprobado del que los españoles la
bajaron en octubre de 2011. La primera encuesta de El Español es un
indicio: los ciudadanos suspenden a la Corona con un 4,4, apenas una
décima de incremento con respecto al último CIS (Centro de
Investigaciones Sociológicas) de 2015.
El sondeo de Kiko Llaneras
confirma que el camino hasta la cima del aprobado está plagado de retos
para este rey de 48 años que sucedió a su padre, Juan Carlos I, en el
peor momento de la monarquía en junio de 2014. Felipe VI tiene que
recuperar para la causa a un tercio de los españoles, en su mayoría
jóvenes votantes de Podemos y de Izquierda Unida (IU) que han dado la
espalda a la monarquía. “Son los que le otorgan menos de un 3”, explica
Llaneras, que subraya el peso demoscópico de ese 23,7% que le da un cero
absoluto a la Corona.
En ese trekking hacia el Himalaya, se entiende que Felipe VI haya
decidido deshacerse de las pesadas mochilas, incluso cuando éstas forman
parte de su familia. De la Familia Real adulta tal como es ahora (reyes
y eméritos) sólo él mismo (52,8%) y su madre, doña Sofía (50,8%)
cuentan con la aprobación de la mitad de los encuestados. Su mujer, la
reina Letizia, queda en una especie de tierra de nadie con un 44,3% de
valoración positiva. Su padre, Juan Carlos I, es el miembro del núcleo
duro que más rechazo produce: sólo lo valora positivamente el 30,9%.
Los
que desde el verano de 2014 ya no forman parte de la Familia Real están
hundidos en la encuesta. Al matrimonio Urdangarin-Borbón lo rechaza
casi España entera (90,2% al cuñado del rey y 78,6% a la hermana
Cristina). También doña Elena, la hermana mayor del rey, ha incrementado
su desgaste: la ve con buenos ojos apenas el 18,4% de la población.
Los
números de El Español confirman así lo que empezó a suceder tras la
caída de Juan Carlos I en Botsuana, cuando el ahora rey emérito se
despeñó 30 puntos en las encuestas: son Felipe VI y su madre, la reina
Sofía, los que tiran del carro de la monarquía. Los datos son
obstinados: la monarquía española está aún cuestionada, y cualquier
error que puedan cometer sus titulares podría hacerla deslizar de nuevo
por la pendiente.
La progresión del CIS, la herramienta
demoscópica más parecida a la de Llaneras, lo muestra claramente: la
época de esplendor de la monarquía española comenzó a declinar a partir
de los Juegos Olímpicos de 1992. La década de los 90 marcó el inicio de
los escándalos velados en torno a Juan Carlos I. A partir de ahí, el
declive ha sido imparable hasta la llegada de Felipe VI. Por eso, según
Llaneras, la encuesta de El Español tiene el valor de confirmar lo que
podría ser una anémica tendencia al alza desde el suelo de 2013 (3,68,
el peor dato jamás obtenido por la monarquía).
El sondeo de este diario muestra que los
españoles más entusiastas sobre la monarquía son los votantes del PP (un
7,2 de aprobación) y de Ciudadanos (5,7). La España de la izquierda
suspende a la monarquía: PSOE (4,2); Podemos (2,4) e IU (1,7). Estos
resultados casan muy bien con la actitud ambivalente de Podemos (en su
programa no aparece el referéndum monarquía-república) y con la
claramente antimonárquica de Alberto Garzón (el líder de IU que se
refiere al rey como “el ciudadano Felipe de Borbón”).
Como repite
Albert Rivera, el líder de C's, los votantes de este nuevo partido de
centro-liberal apoyan la institución como Jefatura del Estado, sin
grandes entusiasmos, de ahí el aprobado alto. Son los seguidores de
Mariano Rajoy los únicos que podrían ser descritos como monárquicos o,
mejor dicho, felipistas (de Felipe VI, no de Felipe González) de pro:
por eso le conceden un notable alto.
Fuentes oficiales de La
Zarzuela han confirmado a este diario que desde la llegada de Felipe VI
ya no se hacen encuestas internas. A partir de la primavera de 2012, con
la entrada en barrena de la institución, la Casa del Rey llegó a hacer
encuestas cada 15 días. “No destinamos un solo euro público a los
sondeos. Utilizamos las que hacen los medios de comunicación y las
instituciones públicas”, señalan en Zarzuela, donde insisten en que el
“trabajo diario” es la mejor forma de combatir el desapego ciudadano.
Según
Llaneras, una institución que no pasa por las urnas como la monarquía
debería encargar sus propias encuestas exhaustivas al menos dos veces al
año. “Se trata de una información relevante, sobre todo para unas
personas que viven en una burbuja aún mayor que la de los políticos”,
concluye el experto demoscópico de este diario.
Ficha técnica
Ámbito: nacional.
Universo: población española de 18 años y más.
Trabajo
de campo: entrevistas online a partir de un panel de captación activa
(sólo por invitación) certificado con la norma ISO026362. Realizado por
la empresa Netquest.
Tamaño de la muestra: 1.002
entrevistas obtenidas con cuotas por sexo, edad, provincia, tamaño de
hábitat, nivel de estudios y situación laboral.
Ponderación:
una vez obtenidos, los datos han sido ponderados para calibrar por
sexo, edad, hábitat, estudios, situación laboral, el cruce de sexo y
edad, y el cruce de estudios y edad. También hemos ponderado las
estimaciones de voto para ajustar parcialmente el recuerdo de voto de la
muestra a los resultados de las elecciones del 20 de diciembre de 2015.
Algunos modelos de estimación consideran también la probabilidad de
votar de cada entrevistado.
Error muestral: para un nivel de confianza del 95,5%, el margen de error de la muestra es del ±3,1%.
Realización del trabajo de campo: del 23 al 30 de marzo de 2016.
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