viernes, 6 de enero de 2017

El Rey recuerda en la Pascua Militar a quienes murieron “en el cumplimiento de su quehacer diario”


MADRID.- Felipe VI ha pedido no olvidar a los militares muertos en acto de servicio en su discurso con motivo de la Pascua Militar, en el tradicional acto, con una ceremonia profundamente enraizada en la vida castrense española, celebrado hoy en el Palacio Real de Madrid.  "Su entrega deberá ser valorada con honra, gratitud y emoción", ha dicho el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas españolas.

Don Felipe expresó el deseo de que "este año nos traiga esa paz por la que vosotros veláis en silencio, con un recuerdo y saludo especial para tantos compañeros que se encuentran desplegados lejos de sus hogares y con la añoranza de la Patria. Deseo que hago extensivo a vuestras familias que, sin escatimar esfuerzos y con sus sacrificios y aliento, hacen posible vuestros éxitos profesionales".
En realidad, las alusiones del Rey a los militares muertos en misiones exteriores han sido muy genéricas, ya que en ningún momento se ha referido a los 62 militares muertos en el accidente del Yak 42, un siniestro que, según el Consejo de Estado, quizá se habría podido evitar de haber estado el Ministerio de Defensa más atento a las señales sobre los potenciales riesgos de ese tipo de vuelos subcontratados para transportar a nuestras tropas.
"El primer y más fundamental deber del militar −como bien sabemos todos los que lo hemos jurado ante nuestra Bandera− es la disposición permanente para defender a España; y arriesgar la vida para proporcionar seguridad y protección a los demás es inherente a la esencia de la profesión militar. Pero siempre la pena nos alcanza profundamente cuando –como también ha ocurrido este año– mueren compañeros de armas en el cumplimiento de su misión; tanto en operaciones fuera de nuestras fronteras, como en el cumplimiento de su quehacer diario. Su entrega noble, generosa –y a veces heroica– deberá ser siempre valorada y recordada con honra, con gratitud y con emoción. A sus familias, hoy de manera especial, les dedicamos todo nuestro cariño", manifestó Su Majestad el Rey.
El Rey ha preferido, no obstante, centrar su discurso en la amenaza terrorista. Y en esa línea ha pedido “no escatimar esfuerzos” para aumentar la capacidad de prevención y respuesta ante el terrorismo al alertar de que esta “lacra” es un “enemigo de la Humanidad”, que pone en riesgo a los ciudadanos y “desprecia los valores democráticos”. 
Para ello, Felipe VI ha defendido que las Fuerzas Armadas y los cuerpos policiales se doten de mejores medios para frenar la que ha considerado “la mayor amenaza a la seguridad global en la actualidad”.
Acompañado de la reina Letizia, don Felipe se ha dirigido al estamento militar en un acto en el que María Dolores de Cospedal se ha estrenado como ministra de Defensa y al que también han asistido el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, y el titular de Interior, Juan Ignacio Zoido, además de las principales autoridades castrenses. 
“No debemos escatimar esfuerzos por aumentar nuestra capacidad de prevención y de respuesta ante esta lacra que pone en peligro nuestra sociedad, desprecia nuestros valores democráticos y es un enemigo de la Humanidad”, ha proclamado el Rey, quien en su mensaje de Nochebuena no hizo mención a la amenaza terrorista.
El Rey ha puesto en valor el papel del Ministerio de Defensa porque, “a pesar de las dificultades” durante “la legislatura que acaba de terminar”, logró “mantener las capacidades militares necesarias” gracias al “esfuerzo, profesionalidad, imaginación y abnegación de todos”. Ha subrayado que la labor del Ejército, de los cuerpos de seguridad y de los servicios de inteligencia “está dando buenos frutos” y les ha animado a perseverar en “lo que se está haciendo bien”.
También ha pedido “aprovechar el conocimiento y la experiencia” que atesoran y que “tan buenos resultados ha dado en la lucha contra el terrorismo” para “estar lo mejor preparados posibles para combatirlo con la máxima eficacia y total determinación”.
A juicio del jefe del Estado, el terrorismo “ataca sin escrúpulo alguno en cualquier lugar” y su combate requiere hacerlo en coordinación con los aliados y al amparo de la legalidad internacional. El monarca ha resaltado que España es un país reconocido como “un socio leal, fiable y responsable” y que los militares gozan de “gran credibilidad”. Ha hecho un llamamiento a no bajar la guardia y mantener la capacidad operativa del Ejército ante los desafíos “cada vez más cambiantes e imprevisibles”.
El Rey recordó que "España se ha consolidado como una referencia en el seno de la Alianza Atlántica y reflejo de ello es que militares españoles han estado, en 2016, al frente de la Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad y del Mando del componente terrestre de la Fuerza de Respuesta Aliada, han mandado una de las agrupaciones marítimas de reacción inmediata de la OTAN en el norte de Europa y han liderado en el primer cuatrimestre la misión de Policía Aérea en el Báltico.
Y todo esto ha sido posible gracias a la transformación llevada a cabo durante los últimos años, que responde a la necesidad de contar con unas Fuerzas Armadas capaces de asumir la gran variedad de funciones encomendadas. Así podremos hacer frente a los riesgos y amenazas a los que estamos expuestos, y a la que probablemente sea la mayor amenaza a la seguridad global en la actualidad, el terrorismo".
En el acto, don Felipe y De Cospedal han tenido palabras de reconocimiento para el anterior ministro de Defensa, Pedro Morenés, y para la cúpula militar que él designó, cuyo relevo se da por hecho después de cinco años de mando.
La ceremonia de la Pascua Militar, en la que ha habido unos 150 invitados, ha seguido el guión tradicional de otros años. Antes del acto en el Salón del Trono, Felipe VI, ataviado en esta ocasión con uniforme de capitán general del Aire, ha pasado revista a una formación de la Guardia Real en el Patio de la Armería. Ya en el interior del palacio, el monarca ha impuesto una veintena de condecoraciones antes de los discursos.
Felipe VI ha cerrado su alocución con un “Viva España”, al que ha seguido, desde la tribuna de invitados, un “Viva el Rey”.
A su llegada a la Plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid, Sus Majestades los Reyes fueron recibidos por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal; el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido; el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Fernando García Sánchez, y el jefe del Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey, vicealmirante Juan Ruiz Casas.
Tras los honores de ordenanza, la interpretación del Himno Nacional y una salva de 21 cañonazos, Don Felipe pasó revista a la formación de la Guardia Real. A su término, Sus Majestades los Reyes abandonaron la Plaza de la Armería para dirigirse a la Saleta de Gasparini, donde recibieron el saludo de las Comisiones del Órgano Central de la Defensa y el Estado Mayor de la Defensa, las Reales y Militares Órdenes de San Fernando y San Hermenegildo, el Ejército de Tierra, la Armada, el Ejército del Aire, la Guardia Civil y la Real Hermandad de Veteranos.
Una vez finalizados los saludos, Don Felipe y Doña Letizia, las autoridades asistentes y los miembros de las comisiones accedieron al Salón del Trono y ocuparon sus lugares. La ceremonia comenzó con la imposición de condecoraciones por parte de Su Majestad el Rey a distintos miembros de las Comisiones Militares.
Tuvieron lugar seguidamente las intervenciones de la ministra de Defensa y de Su Majestad el Rey. Un encuentro de Don Felipe y Doña Letizia con las autoridades asistentes y los miembros de las Comisiones Militares en el Salón de Columnas puso fin al acto.

La Pascua Militar

L​a celebración de la Pascua Militar constituye un solemne acto castrense con el que se inicia el año militar. En dicho acto se realiza un balance de las vicisitudes del año anterior y se marcan las líneas de acción que se desarrollarán en el siguiente. Además, se imponen condecoraciones militares a aquellos civiles y miembros de las Fuerzas Armadas que se han hecho acreedores de ellas durante el año vencido.
El origen de la Pascua Militar se remonta al reinado de Carlos III, cuando, el 6 de enero de 1782, se recuperó la localidad menorquina de Mahón, que se hallaba en poder de los ingleses. Como expresión de júbilo, Carlos III ordenó a los virreyes, capitanes generales, gobernadores y comandantes militares que, en la fiesta de la Epifanía, reuniesen a las guarniciones y notificasen en su nombre a jefes y oficiales de los ejércitos su felicitación.

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