En Euskal Telebista, la televisión pública de Euskadi, no se andan
con paños calientes con la monarquía. El domingo 7 de junio emitieron un
reportaje-documental titulado El virus de la corona. Siete días después, este domingo día 14, nos lo ha ofrecido TV-3 íntegro, en castellano.
El trabajo de Euskal Telebista, dirigido y presentado por la periodista Eider Hurtado, tiene una primera parte dedicada a las últimas oscuras andanzas monetarias del rey emérito, cesante o dimitido Juan Carlos I.
El trasiego de millones, sus regias correrías por Suiza con un maletín
rebosante de billetes, sus sociedades en paraísos fiscales y el dato que
ofreció Roberto Centeno, exconsejero de Campsa: que desde 1979 a Juan Carlos I se le pagan 5 millones de dólares por cada petrolero que llega del Golfo Pérsico.
Esta ha sido la primera parte, un folclore ya conocido sobre un
Rey, o ex Rey, señalado socialmente como corrupto y que ya ha perdido
todo su prestigio. Nos decían que ya está pensando incluso en exiliarse a
la República Dominicana, cosa que sería digna de un titular patafísico: ¡El Rey elige para exiliarse una república!
Concluida esta primera parte de festival juancarlista,
llegó la segunda. Esa ha sido la tremenda. Ha sido un torpedo en la
linea de flotación de la actual Casa del Rey, y sobre la monarquía.
Arrancando con una entrevista a Corinna (formato epistolar) en la que advierte que ya le comunicó a Felipe VI los turbios negocios de su padre, a partir de ahí, el documental pasa a enfocar al hijo.
La información publicada en The Telegraph sobre su vinculación a las cuentas ocultas de su padre; sus actuales viajes con empresarios por el mundo («Sigue el legado de su padre como facilitador de negocios»)
y la sospecha de que lo sabía todo de las trapacerías de su padre, han
conformado el grueso de la andanada de Euskal Telebista.
Decía Eider Hurtado para concluir: «Pese a los intentos de diferenciarse de su padre, la crisis de las cuentas suizas ha hecho mella en el reinado de Felipe VI». Es decir, dado que lo del padre ya está clarísimo, veamos qué hacemos ahora con el hijo.
TV-3 se ha sumado, por la vía indirecta (comprando el trabajo
de ETB), a este nuevo foco puesto sobre la actual monarquía. Debe ir con
cuidado TV-3. Después de cómo ha disimulado y tergiversado lo de la Pujol’s family, no está legitimada para analizar a sospechosos de corruptos.
(*) Periodista
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