sábado, 19 de abril de 2014

‘Salud y República’… y la Copa del Rey / Héctor Esteban

Salud y República. Así suele saludar la portavoz adjunta del PSPV Carmen Ninet (sí, aquella que dijo que la presentadora de TVE Ana Belén Roy era una rubia pepera en busca de su neurona) cada vez que se encuentra con algún conocido. El republicanismo es algo que algunos socialistas (cada vez menos) llevan muy adentro. Por eso, en un ejercicio de bipolaridad extrema, el líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig, se ha descolgado con una petición para que la final de la Copa del Rey se celebre todos los años en Valencia. Una reflexión más para sumir al partido en una crisis de identidad galopante aunque ahora, en la cresta de la ola, todo da igual si en 2015 se recupera el gobierno de la Generalitat.

Puig, que es un incondicional en la intimidad del Real Madrid, se ha subido al carro para ofrendar nuevas glorias a España cuando su partido, allá en 2006, intentó recuperar vía Estatuto la letra del Himno Regional para eliminar la pleitesía nacional por “Tots baix els plecs de la nostra Senyera”.

El líder de los socialistas valencianos justificó su posición copero-monárquica como una muestra de descentralización frente a la tiranía de la capital de España. Quizá todavía no sepa que las finales han pasado, además de por Madrid, por Valencia, Barcelona, Valladolid, Zaragoza y Elche desde que Don Juan Carlos es Rey. La Copa del Generalísimo visitó Madrid y Barcelona; la de la República, las dos grandes capitales y Valencia, y la del Rey, entre 1903 y 1931, al margen de en Madrid, se jugó en San Sebastián, Irún, Getxo, Hondarribia, Gijón, Vigo, Barcelona, Sevilla, Zaragoza y Santander.

Además, Puig aseguró que la Copa del Rey serviría para centrifugar la imagen de corruptelas que ha dibujado el PP sobre la Comunitat. Como siempre, el fútbol, el maldito fútbol se presenta para tratar de tapar las vergüenzas. Como el sedante necesario para una sociedad a la que le rebosa el hartazgo.

A mí lo que me pone es el poso político que hay en todo esto. Puig fue elegido líder de los socialistas valencianos en el congreso de Alicante. En la comisión de calidad democrática de aquel cónclave se aprobó por aplastante mayoría una enmienda en la que se instó al partido a la revisión constitucional de instituciones anacrónicas como es el caso de la Corona y se recordó que el PSPV era un partido de tradición republicana. Muchos entendieron la revisión de la Corona como el paso previo a la III República y que algún día vuelva a sonar el Himno de Riego como en aquella final de la Davis en Australia.

En marzo del año pasado, el portavoz del PSPV, Francesc Romeu, (sí, el de las papas y la cocacola) publicó en su blog un post incendiario contra la monarquía española: “Lo cierto es que el cansancio no es sólo del Rey: la sociedad española también lo está de una monarquía que, aparte de no ser transparente, está ensombrecida por la corrupción y el descrédito”. Romeu defendió la República como el mejor sistema de gobierno. Incluso le pidió a Rubalcaba que pusiera en marcha un referéndum para que la población se posicionara entre monarquía y república.

Esquerra Unida, viendo las vías de agua abiertas, llevó a Les Corts una iniciativa para que el hemiciclo se posicionara a favor o en contra de la república. Cinco diputados socialistas rompieron la disciplina de voto. Algunos con excusas tan originales como estar miccionando en el momento de la votación. Otros, como Juan Soto, se mostraron orgullosos a pesar de que su decisión sembró los 300 euros de multa que su partido le impuso por ser congruente con sus ideas en este caso y alguno más.

Tengo curiosidad por saber qué hará el grupo socialista en el Ayuntamiento de Valencia y en Les Corts una vez la propuesta se debata en el pleno. Me juego una comida a que más de uno saldrá rana. Pero siento impaciencia por saber si Puig, muñidor de esta torpe iniciativa, es capaz de llevarla al Congreso. Es diputado. Lo tiene fácil. ¡Venga Ximo, échale un par! Por cierto, corre el riesgo de que ni siquiera se lo acepten.

Ni la política ni el deporte me han dejado nunca de sorprender. Si además se juntan en una proposición no de ley, la deriva llega a ser absoluta. El surrealismo pesa más que los ideales que parieron a un partido. El PSOE dejó de ser obrero hace mucho tiempo. Lo que nunca me imaginé es que en Valencia el federalismo de Puig consistiera en ofrendar nuevas glorias a España desde una monarquía futbolera.

La ráfaga: Por cierto, mala suerte la del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en el palco de honor de Mestalla durante la final de la Copa del Rey. El portero del Real Madrid, Íker Casillas, lo tapó en la foto más importante del día. Junto al Rey, con la Copa en el aire y con medio mundo mirando la pantalla del televisor. Si es que al final voy a tener que pensar que en la Comunitat estamos gafados.

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