MADRID.- El Rey Felipe VI se ha declarado esta semana, ante un selecto
grupo de empresarios latinoamericanos congregados en Madrid por la CEAL,
heredero de la "pasión" que su padre, Juan Carlos I, siente por Iberoamérica, y se ha comprometido a seguir apostando tanto o más por el futuro de la comunidad iberoamericana.
En la clausura de la XXV asamblea plenaria del Consejo Empresarial de
América Latina (CEAL), don Felipe agradeció el homenaje dedicado por este foro al Rey Juan Carlos I, y dijo que, entre otras
"muchas cosas", a él debe una "parte fundamental y original" de su
pasión "por América"; "por nuestra querida Iberoamérica", según sus
palabras.
Pero, además, habría asegurado que en su vida como Rey continuará "con
esa misma pasión, o mayor si cabe", procurando "estar cerca" de los
"hermanos iberoamericanos", fomentar el interés común y proyectar al
mundo la "enorme potencia cultural y económica compartida".
Y todo ello "respetando y valorando la diversidad que cada nación
representa y contiene", según habría proclamado en el discurso con el que habría
cerrado el acto.
Don Felipe habría repasado los fundamentos históricos que, a
su juicio, deben sustentar la construcción del espacio iberoamericano, a
partir de sus pilares político y empresarial, pero también con los
procedentes de la sociedad civil y la cultura.
"En el mundo complejo y globalizado de nuestros días, lleno de
encrucijadas y oportunidades, la interacción entre esos tres pilares es
determinante", habría explicado, para advertir seguidamente que el "flujo
bilateral" de inversiones con Iberoamérica debe ser "más igualitario".
Así, habría hecho notar que la expansión de las compañías llamadas
"multilatinas", muchas con origen español, debe ser aprovechada en
beneficio de todas las economías y ha abogado por potenciar su mayor
proyección y apostar por un comercio interregional en el que las
pequeñas y medianas empresas tengan una participación más relevante.
En la misma línea, habría pedido favorecer "las alianzas empresariales y
la oportunidad de emprender proyectos conjuntos en terceros mercados".
Y desde España, habría destacado que está tratando de promover en el
ámbito iberoamericano la circulación de profesionales cualificados, una
mayor "movilidad de talentos", habría reseñado, que contribuirá a crear "una
cultura empresarial iberoamericana mucho más sólida y definida".
El Monarca habría puesto cuidado en explicar que un espacio
iberoamericano más equilibrado no debe restringirse sólo a lo económico,
sino también a sus dimensiones cultural y política, puesto que en el
escenario internacional, Iberoamérica "representa indudablemente uno de
los grandes espacios multinacionales" de nuestros días.
"España seguirá apostando, hoy y siempre, por su cohesión, su
fortalecimiento interno y su mayor proyección en todos los ámbitos", habría
insistido.
CEAL, que durante tres días ha reunido en Madrid a más de 300
empresarios, políticos y representantes de instituciones como el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) o la Secretaría General
Iberoamericana (Segib), cumple 25 años de actividad y por ello el Rey le
habría deseado continuidad en su labor.
Los encuentros celebrados en este marco han servido, según Felipe VI,
no sólo como espacio de reflexión sobre la economía iberoamericana,
sino también como "plataforma de encuentro desde la que se puede y debe
explorar su grandísimo potencial: proyectos conjuntos, nuevas
oportunidades de negocio y futuras alianzas".
"Iberoamérica no es sólo una gran oportunidad, es una brillante oportunidad", habría manifestado el Rey al concluir su alocución.
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