lunes, 15 de octubre de 2012

Jordi Pujol lamenta que la monarquía ha perdido "parte de la confianza que ha tenido"

BARCELONA.- El expresidente catalán Jordi Pujol ha afirmado hoy que España atraviesa una profunda crisis económica e institucional, con un Tribunal Constitucional que "merece poco respeto" y una monarquía que "ha perdido parte de la confianza que tuvo hasta hace muy poco".

Pujol, que participa en las jornadas sobre liderazgo que Esade, en colaboración con la Fundació CatalunyaCaixa, organiza en el monasterio de Sant Benet de Bages, ha explicado que incluso el Banco de España está sometido a "cierta vigilancia" europea. "Todas las instituciones españolas están en crisis", ha declarado.
El exmandatario nacionalista ha reconocido que España está inmersa en un clima de desánimo que dibuja un paisaje propio de una derrota. ¿Y contra quién ha perdido España esta guerra? Contra ella misma, en opinión de Pujol. Ha advertido, en este punto, que después de una derrota "no se puede ser arrogante", sino que hay que admitir el fracaso, como hizo Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. Entonces, el país germano asumió la derrota, actuó con humildad y se puso a trabajar, una actitud que, según Pujol, debería seguir ahora España.
Sobre las causas que han llevado al país a esta situación, Pujol ha explicado que ha habido errores técnicos y también éticos y morales. Ha recordado, en este sentido, que el actual primer ministro italiano, Mario Monti, visitó España en 2006 y le comentó que había detectado un exceso de euforia y optimismo en España.
"Esto de la jactancia no es un pecado grave como la arrogancia o el orgullo, pero es un pecado tonto", ha manifestado. "Cuando un país ha perdido la guerra, ¿qué tiene que hacer? En primer lugar asumirlo, y no de forma fugaz, y explicar con modestia y autocrítica lo que pasó", ha señalado Pujol, que cree que España ha de hacer esto "de una forma muy seria", aunque se ha mostrado convencido de que el país es "vigoroso" y logrará salir adelante.
También sobre el origen de esta crisis, el expresidente de la Generalitat ha recordado que España ha vivido una burbuja inmobiliaria, pero también una burbuja laboral, muy vinculada al fenómeno de la inmigración. Ha alertado, en este punto, que optar por la inmigración sin límite significa optar por una economía no competitiva", como ha sucedido en España.

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