lunes, 15 de octubre de 2012

La Casa del Rey se saltó la ley al marginar a la infanta Elena en el desfile del 12-O

MADRID.- La Casa del Rey justificó el pasado viernes la ausencia de la infanta Elena de Borbón de la tribuna principal en el desfile militar del 12-O con el argumento de que la primogénita de Don Juan Carlos ha quedado excluida del "núcleo central" de la familia real, compuesto por los Reyes y los Príncipes de Asturias. Pero la marginación de Doña Elena, que fue relegada a la tribuna de invitados, infringe el Real Decreto que regula la precedencia de las autoridades del Estado en los actos oficiales, y que lleva, precisamente, la firma del monarca.

El Real Decreto 2099/1983, por el que se aprueba el Ordenamiento General de Precedencias en el Estado, establece claramente en su artículo 10 el orden protocolario que rige la ubicación de autoridades y altos cargos en los actos oficiales organizados en Madrid por la Corona, el Gobierno o la Administración central. El Rey ocupa el primer lugar en esa estructura jerárquica, seguido por la reina Doña Sofía, los Príncipes de Asturias y, en cuarta posición, los infantes e infantas de España. A continuación, los presidentes del Gobierno, del Congreso, del Senado y del Tribunal Constitucional, y así hasta llegar al número 41, que corresponde a los tenientes de alcalde del Ayuntamiento de la capital.

La infanta Elena, sin embargo, fue desplazada de la tribuna principal que había ocupado siempre en el Día de la Fiesta Nacional -junto a sus padres y hermanos- y ubicada en una de las tribunas de invitados, al lado del secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y muy cerca del portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso, situado junto al número uno socialista. 

De esta forma, la Casa del Rey se saltó hasta tres veces el Real Decreto de precedencias: al apartar a la Infanta Elena del lugar que le correspondía en la tribuna principal; al colocarla al lado del líder de la oposición, que ocupa el puesto número 15 en la jerarquía protocolaria; y al dejarla fuera del tradicional besamanos con el que la familia real recibió a sus invitados en la recepción posterior al desfile celebrada en el Palacio Real.

"En ningún supuesto"

Un portavoz oficial de La Zarzuela aseguró a El Confidencial que el Real Decreto -aprobado en 1983 por el Gobierno que entonces presidía Felipe González, y que hoy sigue en vigor- es "un decreto de máximos", y que la Casa del Rey "siempre puede modificar las ubicaciones en los actos oficiales o renunciar a ellas". La normativa vigente, sin embargo, advierte claramente que "en ningún supuesto podrá alterarse el orden establecido para las instituciones, autoridades y corporaciones del Estado señaladas en el presente ordenamiento", según establece el artículo 5.2 del Real Decreto de precedencias.

Fuentes cercanas a la Casa del Rey señalaron a El Confidencial que la infanta Elena sólo podría haber sido apartada de la tribuna principal del desfile -y posteriormente del besamanos protocolario en el Palacio Real- si antes el Gobierno hubiese derogado o modificado el Real Decreto de precedencias, circunstancia que no se ha producido. 

El portavoz oficial de La Zarzuela indicó al respecto que la Casa del Rey "no tiene intención de proponer al Gobierno la modificación del Real Decreto". Y añadió que, a partir de ahora, únicamente el "núcleo central" de la familia real -los Reyes, el príncipe Felipe de Borbón y la princesa Letizia Ortiz- presidirá los "actos institucionales de máxima solemnidad", como el celebrado el viernes en Madrid con motivo del Día de la Fiesta Nacional.

Acabado el desfile militar, y durante la recepción que los Reyes ofrecieron a continuación en el Palacio Real, la infanta Elena confesó a un grupo de periodistas: "Este momento tenía que llegar", en alusión a su alejamiento del "núcleo central" de la Corona. Aunque la Casa del Rey nunca lo ha reconocido explícitamente, la decisión de potenciar las figuras del Rey y el Príncipe, en detrimento de las infantas Elena y Cristina de Borbón, es una consecuencia directa del caso Urdangarín, que ha erosionado gravemente el prestigio de la institución monárquica. Iñaki Urdangarín sigue siendo miembro de la familia real, pero fue apartado de la agenda oficial de la Corona tras ser imputado por corrupción

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