MADRID.- La infanta doña Cristina baraja renunciar a sus derechos dinásticos con el fin de seguir al lado de
su marido, imputado en el caso Nóos, sin perjudicar la imagen de la Casa Real. ¿Qué posibilidades tendría la hija menor del rey?
Expertos en legislación referente a la Corona han explicado a
Monarquía Confidencial en qué consiste el proceso a seguir por la
infanta Cristina para renunciar a sus derechos sucesorios.
En primer lugar, aclaran que doña Cristina en ningún caso perdería su
estatus de infanta, ya que es un título inherente a su persona por su
calidad de hija de rey.
Concretamente, en el Artículo 3.1 del primer capítulo (de la Real
Familia) del Real Decreto 1368/1987, de 6 de noviembre, sobre régimen de
títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los Regentes,
se especifica el tratamiento a los hijos o hijas de reyes que no son el
heredero directo al trono:
"Los hijos del Rey que no tengan la condición de Príncipe o Princesa
de Asturias y los hijos de este Príncipe o princesa serán infantes de
España y recibirán el tratamiento de Alteza Real. Sus consortes,
mientras lo sean o permanezcan viudos, tendrán el tratamiento y honores
que el Rey, por vía de gracia, les conceda en uso de la facultad que le
atribuye el apartado f) del artículo 62 de la Constitución".
No obstante, aunque la duquesa de Palma no perderá su calidad de
infanta de España, sí que puede renunciar a su posición en la línea de
sucesión al trono, la séptima detrás de la familia del Príncipe de
Asturias y la de la infanta Elena. En ese caso, sus cuatro hijos
perderían también sus derechos sucesorios.
Iñaki Urdangarín, por tanto, continuaría en todo momento siendo
tratado con los privilegios de Ilustrísimo Señor, tratamiento otorgado
automática por ser yerno de don Juan Carlos.
Según explica a MC Antonio Torres del Moral, Catedrático de Derecho
Constitucional de la Facultad de Derecho de la UNED, aunque no exista
una regulación legislativa concreta para este caso, si la infanta
decidiera renunciar a sus derechos, el protocolo a seguir sería el
siguiente:
-- El primer lugar debería emitir un escrito al rey y a las Cortes en
el que formulase su intención de renunciar a dichos derechos.
-- En segundo lugar, el presidente de las Cortes debería convocar a
las dos cámaras para aprobar o denegar la petición. En el caso de que no
coincida con una sesión en los días cercanos al primer trámite, se
convocaría un pleno extraordinario.
Normalmente, las Cortes suelen aceptar la solicitud de renuncia de derechos, sean los que sean, de cualquier ciudadano.
El proceso tardaría en finalizarse entre 20 o 30 días. Tiempo más que
suficiente para que la infanta Cristina pudiera renunciar a sus
derechos dinásticos antes de que se celebrase el juicio de su esposo,
previsto para dentro de un año y medio.
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