MADRID.- Ambos Palacios, ubicados a las afueras de las dos capitales -Madrid y Atenas-, fueron testigos de la relación entre Don Juan Carlos de Borbón y Doña Sofía de Grecia. En Tatoi nuestro rey pidió la mano de su prometida.
Se casaron un 14 de mayo de 1962 en Atenas cuando el país heleno era
todavía una Monarquía parlamentaria. Doce años después, en 1974, tras un
referéndum popular, Grecia se proclamó República. Fue el fin del Palacio griego y Doña Sofía recibió la noticia en Zarzuela, su nuevo hogar, según recuerda 'Onda Cero'.
Más allá del parentesco emocional y familiar, las dos construcciones monárquicas guardan cierto parecido estético,
poseen miles de hectáreas, rodeadas de bosques, parques y laderas. En
el monte de El Pardo hay espacio hasta para una pequeña ermita, una zona
deportiva y un helipuerto. En Tatoi quedan los restos
de los viñedos, el establo, una piscina y el cementerio Real donde están
las tumbas de los padres de Doña Sofia, los reyes Pablo y Federica.
Se vende
Sería difícil imaginar el Palacio de la Zarzuela en venta, sin embargo en Grecia es posible. Tatoi saldrá a subasta este año
al ser incluido en la lista de privatizaciones del país heleno. En 1994
el Gobierno socialista de Andreas Papandreou confiscó los bienes y
privó de nacionalidad a los antiguos miembros de la familia Real griega.
El entonces Rey exiliado, Constantino II, hermano de Doña Sofía, apeló
al Tribunal de Derechos Humanos, pero a pesar de que ganó el juicio la
Monarquía helena no recuperó sus posesiones. Fue entonces cuando el
Tribunal de Estrasburgo dictaminó que el gobierno heleno tenía que pagar una indemnización de 12 millones de euros a la Casa Real Griega por la expropiación de sus propiedades.
En la actualidad Tatoi es un palacio en ruinas, tan
solo una fina valla protege el hogar que vio crecer a Doña Sofía.
Cualquiera puede recorrer las tierras Reales porque están abiertas al
público y las familias aprovechan los fines de semana para disfrutar de
sus inmensas praderas.
Dos residencias Reales con vínculos familiares y destinos muy
distintos. Visitar el Palacio griego es como ir a la Zarzuela pero sin
controles de policía y sin restricciones porque ahora en Tatoi pasea el pueblo griego.
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