miércoles, 17 de abril de 2013

La Casa Real aviva el sentimiento republicano, a juicio de ex políticos asturianos

AVILÉS.- «La Casa Real está ayudando bastante a que se despierte el espíritu republicano». Lo dijo la que fuera diputada, eurodiputada, consejera y concejala de IU, Laura González, en el marco de la primera parte del debate «Monarquía, Abdicación y República» que organiza el Club La Nueva España, de Avilés. El resto de participantes en el debate, la ex senadora socialista Nelly Fernández y el politólogo y ex concejal del PP y de Foro, Joaquín Santiago, estuvieron de acuerdo. Y es que fueron muchos más los puntos de acuerdo que de divergencia entre los tres contertulios, pese a sus diferencias políticas.

Así, los tres quisieron dejar claro que la república no tiene por qué ser mejor que la monarquía: todo depende de los matices. «Lo que interesa es una forma de gobierno que garantice la estabilidad, las libertades, la cohesión territorial y la división de poderes, además de la transparencia», expuso Joaquín Santiago. Y aseguró que ni los monárquicos son capaces de defender esa fórmula de gobierno como la idónea, ni los republicanos se plantean que en esta fórmula de gobierno tendrían que caber tanto la izquierda como la derecha y el centro. «Falta reflexión por parte de ambos».

Los tres ex políticos coincidieron en ese punto: que el debate todavía no está maduro. «Es cierto, aún no lo está, -dijo Laura González- y en este momento lo que preocupa de verdad es el desempleo, la precariedad y la pérdida de derechos, no tanto la monarquía o la república». Nelly Fernández, por su parte, abogó por limpiar el recuerdo de lo que fue la II República, para que así pueda abrirse el debate del modelo de Estado. «No hay que idealizar la república en general, las hay que no son democráticas. Pero hablamos de la II República porque si queremos que la gente vaya pensando que no necesitamos una monarquía, hasta ahora no se podía mencionar la república por el desprestigio que tenía. Y lo que hace falta es un debate sereno».

Joaquín Santiago, por su parte, advirtió: «La jefatura del Estado tiene que ser ejemplar, bien porque lo impongan los electores, en una república, o bien porque lo impongan los poderes ejecutivo y legislativo». Y esto, que sí ocurre en otras monarquías europeas, Santiago considera que no se puede aplicar a España. «Cualquier otra monarquía europea tiene más transparencia y control de gasto, pese a que no sería inconstitucional una ley de transparencia ni tampoco una definición del papel de relaciones exteriores que puede cumplir el Rey», aseguró.

Sin hacer sangre, los ponentes se refirieron a los escándalos que rondan tanto a la figura del Rey como a su familia. «La hija del Rey está imputada. No creo que vaya más allá, ¿pero y si va? El Rey mismo metió la pata, aunque pidió perdón. ¿Merece este país una jefatura así?», preguntó Laura González. Es más, en su opinión, si Don Juan Carlos quisiera salvar la monarquía, «probablemente abdicaría». Si sigue, el deterioro continuará, afirmó: «Nunca vi a tantas personas en la manifestación por la República en Madrid».

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