BARCELONA.- Más allá de lo que pudiera salpicar a la Infanta
Cristina el “caso Urdangarin”, más allá de la erosión que pueda tener su
matrimonio por todo lo acontecido, la Infanta viene sufriendo sobre todo por sus hijos.
Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene se han llevado, sin culpa
alguna, parte del calvario de las imputaciones.
Los niños, sobre todo
los dos mayores, están expuestos a la crueldad de los otros niños. Juan y Pablo tienen 13 y 12 años, y a esa edad ya comprendes muchas cosas aunque , a la vez, no comprendas nada. Es muy difícil impedir que algún compañero de colegio les diga cosas “feas” sobre su padre.
La infanta Cristina estaba muy ilusionada con la idea de que su
marido encontrase trabajo fuera de España. El plan: Urdangarin se
instala primero y, según los críos acaben las clases, el resto de la
familia se desplazaría para residir lejos de la opinión pública
y lejos de la opinión de los otros críos. La infanta Cristina estaba
muy ilusionada con que saliera lo de Qatar, pero lo de Qatar no salió.
Oficialmente, porque Iñaki no tenía el título de entrenador.
Oficiosamente, porque no llevaba la “recomendación necesaria”.
Desde aquél no, Iñaki Urdangarin no ha parado de buscar otro destino
donde llevarse a su familia. Pero no hay manera. Nadie le quiere
contratar. Aunque, a partir de esta semana, quizá tenga más
posibilidades si le suma a su CV un vídeo a modo de carta de recomendación con las recientes palabras de César Alierta, ante la junta de accionistas de Telefónica: “Mientras don Iñaki Urdangarin ha sido empleado de Telefónica, su comportamiento y su labor han sido muy positivas. Es lo que yo sé y lo que afirmo aquí delante de todo el mundo”.
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