SANTIAGO DE COMPOSTELA.- Miles de personas han despedido este lunes en
el funeral oficial a los fallecidos en el accidente de tren registrado
el pasado miércoles en Santiago de Compostela en una emotiva ceremonia
en la que también se ha reconocido la labor de la gente "que se desvivió
por atender" a las víctimas y heridos.
Diez minutos antes de las 19.00 horas los Príncipes de Asturias,
don Felipe y doña Letizia, fueron recibidos en la entrada de la Catedral
compostelana por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio; el presidente
del Gobierno, Mariano Rajoy; su mujer, Elvira Rodríguez; y el máximo
mandatario gallego, Alberto Núñez Feijóo.
Precisamente ese punto, la verja que se abre a la escalinata
principal de la basílica, estaba repleta de ramos de flores en recuerdo
de las víctimas, así como fotografías y escritos rodeados de velas.
Tras los ritos iniciales y el primer canto a cargo de la Capilla
de Música de la Catedral, el arzobispo de Santiago expresó en la homilía
por las víctimas del accidente ferroviario el "cordial afecto" a las
familias, sentadas en la nave central de la basílica junto a vecinos de
Angrois.
"Desde el primer momento os hemos tenido en nuestro corazón como
también a ellos. Os ha llevado en su corazón Galicia y España y tantas
personas más allá de nuestras fronteras que me han pedido que os
transmita sus condolencias con su oración y solidaridad", ha señalado
Julián Barrio.
"Muy especialmente desde el primer momento el Papa Francisco nos
acompañó con su cercanía espiritual, con su fraterno afecto y su
emocionada solidaridad. Se lo agradecemos vivamente", ha resaltado el
arzobispo compostelano, quien ha tenido un recuerdo también para los
fallecidos y heridos en el accidente de autobús en Italia.
El arzobispo de Santiago de Compostela ha calificado como "signos
de luz en el misterio de la muerte y el dolor" la ayuda aportada a los
afectados por el accidente ferroviario por parte de vecinos de Angrois
que "se desvivieron para atender a las víctimas" y "el esforzado trabajo
de cuantos colaboraron para paliar el inmenso dolor".
En su homilía durante el funeral por las 79 víctimas mortales
registradas en el accidente ferroviario, monseñor Julián Barrio ha
admitido que "no es fácil comprender y aceptar" que hayan perdido la
vida tantas personas, "cuando tantos proyectos y esperanzas llenaban su
quehacer diario personal, familiar y laboral", pero ha apelado a "no
malgastar el dolor".
"Todo tiene sentido en nuestras vidas. No somos un grito en el
vacío. El sufrimiento y la muerte parecen contradecir la buena nueva del
amor de Dios y hacer estremecer nuestra fe. Pero la fe nos dice que
nuestro dolor y sufrimiento unido al de Cristo en la cruz es portador de
salvación. Por eso toda tristeza por la muerte del ser querido es
sagrada", ha proclamado durante la ceremonia.
"En el atardecer de un día que se presentaba festivo, la noticia
del accidente ferroviario sobrecogió nuestra alma, que buscó en la
oración sosiego para encomendar al Señor a los fallecidos, pedir la
recuperación para los heridos e implorar consuelo y la serenidad para
las familias de las víctimas", ha resaltado.
Monseñor Julián Barrio ha destacado, además, que "sólo la
esperanza" en Jesucristo "puede consolar la pérdida de seres queridos y
dar sentido a las vidas". También ha tenido palabras de recuerdo para
los 69 heridos que aún permanecen hospitalizados, a quienes ha deseado
"una pronta recuperación".
"Al Santo Apóstol Santiago y nuestra madre la Virgen María les
pedimos que hayan peregrinado con ellos hasta el Pórtico de la Gloria
celestial. Santo Apóstol Santiago, haz que desde aquí resuene la
esperanza", ha pedido el arzobispo.
Durante la liturgia, ha pedido también por el Papa y los jóvenes
que le han acompañado en Brasil, así como por los muertos en el
accidente del pasado día 24 en Compostela, por los heridos "para que
reciban el alivio oportuno" y por las familias. Antes de concluir la
ceremonia religiosa, los presentes rezaron un responso por los
fallecidos. "Mantengámonos unidos en la oración y en la esperanza", ha
concluido el arzobispo.
Al término, los miembros de la Casa Real que han asistido al
funeral por las víctimas mortales del accidente ferroviario, los
Príncipes de Asturias y la Infanta Elena, se han acercado a dar uno por
uno el pésame a los familiares de los fallecidos que han asistido a la
Eucaristía celebrada en la Catedral de Santiago, para la que hubo colas
para acceder al templo, que se ha quedado pequeño.
También se han acercado a dar el pésame a los familiares el
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a su esposa, así como el
presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; la ministra de Fomento,
Ana Pastor; el alcalde de Santiago, Ángel Currás; y el arzobispo de
Santiago, entre otros.
El funeral se prolongó durante una hora y contó con la asistencia
de una decena de presidentes autonómicos y de numerosas autoridades
institucionales de todo el Estado, como los titulares de los ministerios
de Interior, Justicia, Fomento y Agricultura.
Entre los asistentes, había otros cargos del Gobierno central; el
presidente del Senado, Pío García Escudero; los conselleiros de la
Xunta; todos los expresidentes gallegos; el secretario general del PSOE,
Alfredo Pérez Rubalcaba; presidentes de diputaciones, alcaldes de toda
España y diputados; y el fiscal general del Estado, Eduardo
Torres-Dulce; entre otras autoridades civiles, militares y sindicales.
Al término del acto, fueron varios los religiosos que acudieron a
repartir la Comunión entre los cientos de personas --aproximadamente,
unas 2.000-- que siguieron el oficio a través de una pantalla gigante
instalada en la Praza da Quintana.
Entre los congregados, de distintas nacionalidades, se encontraban
numerosos turistas y también vecinos de Santiago que, como explicaron, decidieron sumarse por "solidaridad" pese a no tener
vínculos con las víctimas.
No fue la única muestra de afecto que recibieron los familiares de
los afectados, ya que, a su salida de la basílica en los autobuses
habilitados para ello, también fueron arropados por el aplauso de la
multitud congregada en la Praza do Obradoiro.
Si bien esta ovación fue la más prolongada, también los distintos
presidentes autonómicos y cargos públicos fueron acogidos con aplausos,
al igual que don Felipe y doña Letizia, que agradecieron el gesto con un
saludo desde la escalinata de entrada a la Catedral.
Para el delegado del Gobierno, Samuel Juárez, el hecho de que no
se hayan producido silbidos ni abucheos al paso de las autoridades pone
de manifiesto que hay "personas normales, de bien, que saben distinguir"
el contenido de cada acto.
"Ésta era una manifestación de sentimiento de todo el pueblo
gallego y español, una muestra de cariño a las familias y de respeto a
las víctimas", ha destacado, antes de celebrar que la normalidad en que
se desarrolló el acto es "síntoma de que la mayor parte de la gente
todavía tiene sentido común".
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