domingo, 9 de febrero de 2014

La Policía reduce a tres los sospechosos de haber grabado el vídeo de la infanta

PALMA DE MALLORCA.- La Jefatura Superior de Baleares se ha volcado en la investigación para identificar al autor del vídeo de la infanta durante su declaración en los juzgados de Palma el sábado. La Policía quiere intentar resarcirse tras el clamoroso fallo de seguridad que permitió que una o varias personas introdujesen en los juzgados un sistema de grabación. 

Los investigadores ya han reducido a solo tres nombres los posibles sospechosos de la audaz maniobra y en cuestión de días, quizás de horas, esperan poder tener pruebas para acusar al individuo o individuos que han ridiculizado el vasto dispositivo de seguridad en el que intervinieron más de 200 agentes de élite de la Policía, de los equipos de seguridad de Casa Real e, incluso, miembro del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Según han confirmado fuentes de la investigación, entre esos tres nombres están algunos de los letrados de los 41 imputados en el 'caso Nóos'. La Policía, tras examinar concienzudamente el ángulo desde el que fue registrada la espalda de Cristina de Borbón, ha llegado a la conclusión de que esas imágenes, grabadas muy al principio de las seis horas y media de interrogatorio de la duquesa, fueron tomadas desde una zona de la sala en la que únicamente estuvieron letrados y un reducido grupo de oficiales de Justicia. La Policía valora la posibilidad de pedir autorización judicial para practicar registros en algunos domicilios privados en busca de pruebas que confirmen la autoría de esas imágenes.
Los investigadores buscan el dispositivo electrónico con el que fue grabado el vídeo. Todas las fuentes consultadas subrayan el "trabajo de profesionales" que supuso conseguir esas imágenes y apuntan a algún tipo artilugio de última generación. Una minicámara que fue escondida días antes en algún lugar del edificio de los juzgados de Palma para recuperarla el mismo sábado tras pasar los arcos de seguridad o algún tipo de tecnología indetectable en los exhaustivos controles a los que fueron sometidas las más de 70 personas que entraron en la sala de vistas.
Mandos del operativo de seguridad detallaron que todos los objetos introducidos en el edificio fueron escaneados. Los agentes obligaron a todos a dejar su tecnología a la entrada, aparatos que se mantuvieron durante la jornada bajo custodia policial. No hubo cacheos, pero quienes presenciaron la declaración fueron controlados manualmente con detectores de metales corporales. Es más, efectivos de la Casa Real y de la Policía analizaron uno a uno los relojes, bolígrafos, gafas, collares, joyas o botones de gran tamaño que se introdujeron en la sala para confirmar que no ocultaban cámaras. Los expertos insisten en que cualquier dispositivo de grabación tendría que estar alimentado por una batería, que habría tenido que ser localizada con los detectores corporales.
El juez decano del Palma, Francisco Martínez, que ha dicho sentirse "indignado" por la filtración y que ha ordenado abrir diligencias, también apuntó a la alta tecnología. "O no pasó el arco o era de tamaño ridiculísimo", ha explicado Martínez.
Por su parte, el juez del caso, José Castro, el mismo que prohibió de manera tajante introducir cualquier dispositivo electrónico en la sala y grabar en vídeo para evitar filtraciones, ha dicho que lo ocurrido es «incalificable» y ha dicho tener "sospechas de quién puede haber sido el autor" de la grabación, aunque no quiso dar más datos. En cualquier caso, Castro no será el instructor de las diligencias penales que ya se han abierto por revelación de secretos.
Los expertos de la Jefatura de Baleares ya tiene en su poder el vídeo subido a ‘Wouzee’, la plataforma de internet para compartir archivos. En ese vídeo se escucha, con ciertos problemas debido al ruido que provocaban los manifestantes, algunas preguntas del inicio de la vista realizadas por Castro. Y, sobre todo, se oyen las evasivas respuestas de la hija del Rey, buena muestra de lo que sería el resto de su declaración, plagada de respuestas vagas. "¿Antes de llegar al matrimonio, me podría decir a cuántas fundaciones o asociaciones sin ánimo de lucro ha pertenecido usted?". "No lo recuerdo", es uno de los pasajes. "Usted debe saber que al constituir una sociedad mercantil con su marido de ahí se desprende de hecho y de derecho una voluntad inequívoca de que el dinero que se ingrese en esa sociedad sea de los dos, ¿no?". "Desconozco la mecánica", contestó la imputada. "¿Recuerda usted si el objeto social (de Namasté 97) era el asesoramiento técnico en la elaboración de proyectos para la organización y promoción de espectáculos deportivos?". "No me acuerdo". "¿Pero recuerda algún otro que pudiera ser?". "Yo no recuerdo nada". "¿Puede decirnos con qué finalidad se crea Namasté 97?". "No lo recuerdo, no lo sé", se escucha en la grabación.

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