martes, 1 de julio de 2014

Jaime Alfonsín, el enigmático hombre de confianza de Felipe VI / Paloma Barrientos

La biografía oficial del nuevo jefe de la Secretaría del Rey es breve. Fue licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid con premio extraordinario. Abogado del Estado y profesor en ICADE, pasó a la empresa privada primero a la asesoría de Barclays y después a Uria&Menéndez, uno de los despachos más prestigiosos de Madrid.

 Muchos años después, ese mismo bufete sería el encargado de redactar las capitulaciones matrimoniales previas a la boda del Príncipe con la periodista Letizia Ortiz. 

De allí pasó directamente a ocuparse de la secretaría del Príncipe que, hasta ese momento, era una especie de oficina de apoyo con el teniente coronel de infantería, José Antonio Alsina, como máximo responsable. Alsina fue la sombra del joven Felipe de Borbón y Grecia mientras se preparaba académicamente para llegar a recoger el testigo de la Jefatura del Estado. 

En 1996, el Rey Juan Carlos decidió que ya había llegado la hora del cambio y de dar más entidad y responsabilidad al organigrama del Príncipe. La elección de Alfonsín, un joven gallego de 39 años, tuvo que ver con la amistad de Don Juan Carlos con Aurelio Menéndez, ministro de Educación en el gobierno Suárez que, además de organizar desde el exterior el programa de estudios del joven Príncipe de Asturias, era uno de los fundadores del despacho de abogados. Con el tiempo fue también Premio Príncipe de Asturias.

Jaime Alfonsín era  el primer civil que llegaba a Zarzuela y, al principio, nadie le facilitó la vida. En aquel momento, quien ejercía la máxima potestad era Fernando Almansa, jefe de la Casa de su Majestad al que el asunto Eva Sannum le costó el puesto. Hubo que sacrificar cabezas y la suya fue la principal. 

Jaime Alfonsín se mantuvo fiel a su “protegido” y así ha sido durante todos estos años. Dicen los que lo han tratado que es un maestro en hacerse invisible y, al cabo del tiempo, lo ha conseguido. Sus conocidos dicen que, igual que los toreros, el ser abogado del Estado “imprime carácter”. Su hermetismo es total y, salvo en contadas ocasiones, nunca devuelve las llamadas de alguien que no tenga que ver con su vida personal. 

No le gusta llamar la atención y, a diferencia de otros cargos de Zarzuela, Jaime Alfonsín nunca sale en la foto. Esa es precisamente su seña de identidad. Además, tampoco ha entrado en las guerras de tronos que imperan en el organigrama de la jefatura del Estado. Su fidelidad al Rey Felipe VI ha sido absoluta en momentos  tan complicados como el decir ‘no’ a su noviazgo con Eva Sannum. Más tarde, fue el encargado de organizar la agenda amorosa y secreta del Príncipe con Letizia Ortiz.

Hace tiempo, una persona conocedora de los entresijos palaciegos contaba que “si hay alguien de quien se fía al cien por cien el Príncipe es de Alfonsín. Nunca he visto a nadie que se mantenga tan al margen del interés mediático como a él”. Y, efectivamente, muy poco se sabe de su vida personal. Es un hombre tímido que en muchas ocasiones y debido a su carácter hermético, puede parecer frío y distante. 

No participa de actividades ni reuniones sociales que no tengan que ver con su trabajo. “Si está el Príncipe (ahora Rey Felipe VI) está él. Si no, no aparece. No tiene abono en el Real y si quiere ir a ver una ópera o a ver cualquier espectáculo, quien se encarga es su mujer. Es la discreción personificada”, aseguran los que lo conocen. 

Lleva a rajatabla el refrán de “si uno no quiere no hay pelea” y, aunque ha tenido algunos desencuentros con la Reina Letizia, su carácter tranquilo y poco conflictivo le sirve de escudo. Su fidelidad está por encima de todo y ese es uno de los rasgos fundamentales que también aprecia la consorte real, que ha vivido en primera persona los desplantes y las deslealtades de la Zarzuela.

“Alfonsín ha sido la sombra de don Felipe y por eso cuando hay flashes desaparece”, explican profesionales que han seguido de cerca la trayectoria y los viajes del Rey Felipe VI y que aseguran que por eso “hay poco material gráfico suyo”.

Casado con la abogada ejerciente Natalia Uranga, a la que conoció en el despacho de Uria, es padre de dos hijas, Natalia y Maria, que son bilingües gracias a sus estudios en el colegio francés Saint Chaumond. La mayor de ellas estudió más tarde en la universidad Francisco de Vitoria, donde mantuvo muy buena relación con Irene Vázquez, la mujer del ex ministro José María Michavila, profesora del centro universitario fallecida el año pasado. 

Respecto a la infancia del propio Jaime Alfonsin, hay que decir que transcurrió en Lugo, ciudad en la que nació. Es el pequeño de su familia, por delante de sus hermanas Isabel y Cristina. La mayor vive en Palma de Mallorca y fue durante años responsable de una firma de joyas. 

Los hobbies del nuevo hombre de confianza del Rey son la lectura, el golf y pasar el mayor tiempo que puede (que no es mucho) con su familia.

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