miércoles, 13 de febrero de 2013

Monarquía o República / Evaristo Fuentes

Final de la Copa del Rey de baloncesto, en Vitoria, Álava, País Vasco o Euskadi (un inciso: el saber dos idiomas no es impedimento; muy al contrario, es bueno, es más cultura). Leo en la prensa del día siguiente, lunes de carnaval: "El Rey, recibido con una monumental pitada, que se prolongó durante los inicios de los acordes del himno de España". 

En una auténtica utilización de la palabra Democracia, debemos hacer caso al pueblo. Es evidente que al Rey no lo quiere una parte importante del pueblo de este País. Ni a la monarquía. Habría, pues, que hacer una reforma o ruptura –llámesela como se prefiera– y proponer al pueblo soberano la forma política en que se ha de constituir para estabilizar este país. Lo mejor, a mi parecer, es una Federación de Repúblicas o una República Federal. 

Y sigo leyendo en la prensa diaria, en lo concerniente a la corrupción, lo siguiente: "Demasiados ciudadanos se han hecho partícipes de estas conductas (corruptas) votando de forma abrumadora a personas implicadas en tramas de corrupción. Las multitudes padecen el síndrome de Barrabás, prefieren a los golfos en lugar de a los justos (...) Es vital para la democracia, recuperar la fuerza política de la moral pública en estos tiempos difíciles". 

A la vista está que la corrupción es contagiosa. Por ello, junto al cambio de la estructura política y social, falta también una eterna asignatura pendiente: la enseñanza y la educación popular con La Ética y la Moral como premisas.

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