domingo, 17 de febrero de 2013

Carta a R. Peytaví: los españoles no votaron la monarquía / Fernando Gracia

Admirado compañero de Criterios: Hace dos domingos quise haber tenido la oportunidad de enviarte esta carta, mas nunca es tarde. Quedé, como siempre que te leo, asombrado por la facilidad con que tu pluma recordaba el nacimiento de esta monarquía que actualmente vivimos en tu Observador: "Monarquía acorralada", pero quisiera aportarte unos datos que conservo en mi archivo personal. Comenzabas diciendo: "Los españoles casi siempre han vivido bajo una monarquía, pero no son monárquicos. En poco más de medio siglo -los 63 años que mediaron entre 1868 y 1931- mandaron al destierro a Isabel II, Amadeo de Saboya y Alfonso XIII. Una reina y dos reyes destronados en menos tiempo del que suele vivir una persona suponen un récord. Pese a todo, en España sigue reinando un rey. Lo hace Juan Carlos I por la condescendencia ciudadana surgida tras la muerte de Franco".

Perdón, pero creo que no fue la "condescendencia" lo que retornó la monarquía, sino el anterior nacimiento de una orden expresa del general Franco, que se inventaba una monarquía inexistente rompiendo con todos los moldes que durante siglos y siglos trasmitían la forma de heredar una corona. Los españoles de aquel momento seguían hipnotizados sin autoridad mental para rebelarse. Quiero ser justo al recordar que no todo lo que se hizo en el franquismo fue malo, y posiblemente pasar de una dictadura a una "monarquía inventada" era un mal menor para un tiempo de transición.
El martes 22 de julio de 1969, el jefe del Estado llegó al palacio de la Carrera de San Jerónimo -el edificio de los leones- acompañado por el entonces presidente de las Cortes, Antonio Iturmendi, y ante los procuradores leyó su discurso proclamando una nueva monarquía para España el día que él falleciera. Entre otras cosas dijo: "Esta monarquía es la del Movimiento Nacional". Esto, hoy día, se traduce en que es el último lazo que nos liga con la dictadura.

Como era de esperar en aquella lejana jornada, la "propuesta" de Franco fue recibida con 491 votos afirmativos, 19 negativos, 9 abstenciones, y uno nulo. Entre los que votaron "no" se encontraba el nieto del fundador del grupo ABC y Blanco y Negro Torcuato Luca de Tena y otros dieciocho que, ante la abrumadora mayoría del "sí", auguraron: "Lo que bien empieza mal termina". De hecho, Juan Carlos I pasó a tener el sobrenombre de "El breve". Craso error. 

Por su parte, D. Juan Carlos no se encontraba seguro de que España admitiera aquella monarquía y le confesó a José Luis de Vilallonga en 1993: "¿Cuántos monárquicos había en aquella época? Muy pocos, seamos sinceros. Así que había que ser realista. Incluso la "operación retorno" de la monarquía, decidida por Franco, no dejaba de ser peligrosa". Con estas palabras, D. Juan Carlos dejaba patente que "operación retorno" era una decisión franquista.

La única voz autorizada en aquellos momentos para hablar y decidir los pasos del la monarquía era el jefe de la Casa Real Española en el exilio, D. Juan de Borbón, padre del Rey, quien el 19 de julio de 1969, y adelantándose a Franco, realizó una declaración escrita desde Estoril que ha pasado a la historia: "D. Juan de Borbón, Jefe de la Casa Real Española, ha hecho pública la siguiente nota a través de su secretaría particular: En 1947, al hacerse público el texto de la llamada Ley de Sucesión, expresé mis reservas y salvedades sobre el contenido de esa tradición histórica de España. Aquellas previsiones se han visto confirmadas ahora cuando, al cabo de veinte años, se anuncia la aplicación de esa Ley. Para llevar a cabo esta operación no se ha contado conmigo, ni con la voluntad libremente manifestada del pueblo español. Soy pues, un espectador de las decisiones que se hayan de tomar en la materia y ninguna responsabilidad me cabe en esta instauración".

El mismo Rey Juan Carlos I, entonces príncipe de España, declaró un año antes, en octubre, a la revista francesa "Point de Vue": "...no puede haber problema entre mi padre y yo. Existe la ley dinástica, contra la que nadie puede nada. Jamás, jamás aceptaré reinar mientras viva mi padre; él es el Rey."

Dato para el lector: cuando falleció D. Juan de Borbón, su padre, Juan Carlos I llevaba siendo rey cinco años y cinco meses.

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