MADRID.- Diego Torres es el nombre del quebradero de cabeza para la monarquía en
España. Torres, es el ex socio del Iñaki Urdangarín, yerno del rey Juan
Carlos y marido de la Infanta Cristina. En su declaración de este sabado
16 ante el juez que instruye el llamado caso "Instituto Noos", Torres
ha involucrado a la hija del rey en este escándalo que lleva erosionando
durante meses la imagen de la monarquía española ante la opinión
pública.
El caso “Noos” es la investigación judicial impulsada por la Fiscalía
anticorrupción sobre el desvío de más de 6 millones de euros públicos
en favor de un entramado empresarial montado a la sombra del Instituto
Nóos, la tapadera creada bajo la apariencia de una falsa entidad sin
ánimo de lucro (como una ONG) por Iñaki Urdangarín y Diego Torres.
La investigación intenta esclarecer cómo el dinero se entregó a
cambio de trabajos inexistentes emitiendo facturas falsas para aparentar
que el dinero era gastado. Además, los investigadores han descubierto
movimientos de la trama en paraísos fiscales por grandes cantidades de
dinero. Los principales delitos a los que se enfrentan Urdangarín,
Torres y los principales políticos que entregaron los fondos son
malversación, prevaricación, falsedad documental, fraude a la
administración y tráfico de influencias.
La Infanta Cristina es la única de los cinco miembros de la Junta
directiva de dicha organización que no está imputada por este caso,
hecho criticado por buena parte de la opinión pública española al
entender que existe trato de favor judicial hacia la hija del rey.
En su declaración de hoy ante el juez, Torres apunta a la Infanta
señalando que “en Noos tomaban decisiones los 5 miembros de la Junta,
incluída la Infanta” y apuntando que las órdenes que llegaban desde la
Casa del rey eran las de “cubrir las apariencias”.
Torres también ha afirmado ante el juez que tanto la infanta Cristina
como la casa real en general conocían que Urdangarin continuó con sus
negocios, después de que en el año 2006 fuese instado a dejarlos por el
monarca. La declaración de Torres se ha producido en medio de un gran
dispositivo de agentes que han blindado los Juzgados de Palma de
Mallorca, con casi un centenar de periodistas en las puertas, calles
cortadas y seguridad hasta en las alcantarillas.
Varios sondeos elaborados a partir del estallido del caso coinciden
en señalar que una buena parte de los españoles sería favorable a la
abdicación del rey. Su sucesor, el príncipe Felipe, encuentra en todo
este escándalo la mayor amenaza para la estabilidad de la institución en
el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario