sábado, 16 de marzo de 2013

El fondo hispano-saudí impulsado por el Rey y Corinna arruinó a los empresarios españoles

MADRID.- El fondo hispano-saudí para desarrollo de infraestructuras en Arabia Saudita acabó en pérdidas de 21 millones de dólares para los empresarios españoles que se decidieron a invertir. Un viaje realizado por Don Juan Carlos I a Arabia Saudita en 2006 desembocó en un acuerdo entre España y el citado país para la creación de un fondo que facilitaría el desarrollo de infraestructuras en materia de energía y transporte.

Al año siguiente, varios empresarios españoles suscribieron el acuerdo de inversión que les llevaría a la ruina, según publica VozPópuli.
Hasta 14 empresas españolas suscribieron a lo largo de 2007 acuerdos de asociación con el Fondo de Infraestructuras Hispano-Saudí lanzado en la sombra por el Rey de España y su amiga Corinna zu Sayn-Wittgenstein, por el que se convirtieron en socios del mismo, asumiendo el compromiso de desembolsar, en sucesivas anualidades, la cifra global de 230 millones de dólares.
Se trata de Obrascon Huarte, Grupo Villar Mir, Endesa, Mutua Madrileña, Sacyr Vallehermoso, Abertis Infraestructuras, Acciona, Iberdrola, Isolux Corsán, Técnicas Reunidas, ACS y Unión Fenosa, además de La Caixa y Caja Madrid (con 50 millones de dólares esta última).
El objeto de dicho contrato era participar como socios en la panoplia de grandes contratos en infraestructuras de energía, transporte y telecomunicaciones que el reino de Arabia Saudí iba a poner a su disposición, dada la privilegiada relación de fraternal amistad existente entre la monarquía del país árabe y don Juan Carlos.
Entre esos proyectos, se incluía la construcción de una “ciudad económica” nueva, destinada a albergar industrias intensivas en energía promovidas por españoles.
Por desgracia, el Fondo jamás llegó a concretar una sola operación de intermediación entre sus socios y los proyectos que como un maná iban a lloverle desde Riad, no obstante lo cual, a lo largo de 2008 siguió cursando a las empresas, que el año anterior ya habían efectuado una aportación inicial, sucesivos requerimientos de pago.
En 2010, con la extinción del acuerdo, los empresarios trataron de recuperar su inversión, algo que no consiguieron.
Al final, esta operación impulsada por el monarca español y su amiga, la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, tuvo como consecuencia pérdidas por valor de 21 millones de dólares para el empresariado español que participó en el fondo.

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