domingo, 5 de mayo de 2013

La polémica sobre el papel del Rey / José Oneto

Un programa de Televisión Española que lleva por título “Audiencia Abierta”, que hasta ahora, había pasado desapercibido para el gran público, ha levantado la gran polémica sobre la función del Rey en la política nacional, hasta el punto que conocidos comentaristas muy cercanos al Gobierno, han comenzado a discutir el papel del Jefe del Estado como “árbitro y moderador”, reconocido, en la propia Constitución Española.

El programa, concebido como un programa de vocación claramente informativa, pero también divulgativa, pretende dar a conocer en profundidad las competencias, el funcionamiento y la acción cotidiana del Jefe del Estado, en una Monarquía Parlamentaria como la española, y su objetivo es informar, divulgar, entretener y acercar, con rigor y objetividad, la Jefatura del Estado y quien la encarna, a la audiencia de la televisión pública. Dirigido por el representante socialista en el Consejo de Administración de RTVE, Miguel Ángel Sacaluga, ha ocupado todo el interés informativo del fin de semana, al adelantar este sábado que el Rey Juan Carlos está intentando relanzar un clima de consenso entre los dos grandes partidos políticos, PP y PSOE, que haga posible un pacto frente a la crisis económica y el paro.

Es más, en la Zarzuela se pretende relanzar el papel moderador de la Corona para propiciar pactos, acuerdos y consensos en unos momentos en que todas las Instituciones políticas, incluida la Jefatura del Estado, están en crisis. Según se puede deducir de la última encuesta del CIS en la que, entre otras cosas, la Monarquía registra el peor dato de valoración de toda la historia. De esta forma, la Monarquía figura en sexto lugar en la lista de las instituciones, por debajo de la Guardia Civil, la Policía las Fuerzas Armadas, los medios de comunicación, y el Defensor del Pueblo.

Ahora, el paso que se pretende dar es que el Rey intensifique su papel de árbitro y moderador, y que refuerce la imagen de la Corona con cuatro mensajes: transparencia en las cuentas, sometimiento a la ley y al Estado de Derecho, estabilidad -cerrando el debate, abierto desde hace meses, sobre la abdicación-, y continuidad, reforzando el protagonismo del Príncipe para que, cuando llegue el momento, la sucesión sea sólo un trámite. Y partir de ahí, se han levantado todo tipo de interpretaciones desde las que sostienen que el Rey va intentar reactivar los mejores valores de la Transición, hasta los que piensan que el Jefe del Estado debe tomar un papel activo para impulsar una reforma de la Constitución.

El artículo 56 de la Constitución establece que el Rey, como Jefe del Estado “arbitra y modera el funcionamiento regular de las Instituciones”, algo que, desde que entró en vigor la Constitución, ha ejercido en muy pocas ocasiones o en ocasiones extraordinarias como el 23 de Febrero de 1981, cuando el golpe de estado. El Rey que heredó todos los poderes del general Franco y que, con la Constitución de 1978, renunció a todos esos poderes, tiene muy limitadas sus funciones, aunque entre ellas, estaría el crear ese clima propicio para que, en momentos críticos, como los actuales los partidos encuentren una vía de entendimiento. En muchas ocasiones, ha intervenido discretamente, sin que haya trascendido, ante el Gobierno o ante la oposición, aportando sus puntos de vista, aunque su labor no sea ejecutiva.

Impulsar una segunda transición o intervenir en una reforma constitucional se saldría de su papel y provocaría roces con el poder ejecutivo. Por eso, no deja de ser significativo que voceros muy próximos a la Moncloa, y muy cercanos a Mariano Rajoy, hayan puesto el grito en el cielo, cuando se ha hablado del papel de arbitraje de don Juan Carlos en la búsqueda de pactos con la oposición. No se sabe, si por defender el papel del presidente del Gobierno o, simplemente, porque el primero que habló de la necesidad de pactos, fue el líder de la oposición Pérez Rubalcaba, y uno de sus hombres, Miguel Ángel Sacaluga, el director del programa de Televisión, de la polémica…

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