viernes, 3 de mayo de 2013

Y el blog del Rey calló / Javier Ruíz de Vergara

La iniciativa de las cartas del Monarca a través de la web Casareal.es se ha detenido con tan sólo dos entregas.

Fue presentada hace meses como una iniciativa novedosa de comunicación dentro de la estrategia de transparencia y mercadotecnia diseñada por el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, y de su responsable de comunicación, Javier Ayuso. Se trataba de una carta en la que Don Juan Carlos expresaba sus opiniones sobre asuntos de actualidad. Hasta entonces el Monarca hablaba a través de sus discursos en actos institucionales y la única ocasión en la que el Jefe del Estado se dirige directamente a los españoles es en su tradicional mensaje de Navidad.

El Rey debutó explicando las intenciones de su nueva herramienta el 10 de septiembre. “Este nuevo proyecto –afirmaba– se enmarca dentro del esfuerzo que venimos realizando para mejorar la comunicación de la Corona con todos los españoles, con criterios de transparencia, rigor e innovación”. Una puesta de largo protocolaria que no provocó grandes titulares. Una semana más tarde, Don Juan Carlos dio el campanazo con una segunda carta. En plena ofensiva soberanista de Convergència y siete días después de la celebración del Onze de septiembre, el Rey opinó con una claridad sin precedentes.

“Solo superaremos las dificultades actuales actuando unidos, caminando juntos, aunando nuestras voces, remando a la vez”, advirtió. “En estas circunstancias –añadió– lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas”. Un proyectil argumentativo contra el nacionalismo catalán. Pero había más. “No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia”. 

Nunca el Rey había llegado tan lejos. Ni hablado tan claro. Los opinadores coincidieron en este análisis aunque se abrió la brecha entre los que consideraron oportuna la cibercarta y quienes criticaron a Su Majestad por desbordar el sagrado principio de la neutralidad política de la Corona. Tan sólo UPyD expresó su apoyo al mensaje real. El PSOE calló. El PP se limitó a expresar su respeto. Los nacionalistas reprocharon a Don Juan Carlos su interferencia. Quien fue más lejos fue Esquera Republicana. “La Monarquía está en las últimas”, sentenció una de sus portavoces.

Esta cibercarta del Rey generó tantas expectativas que se esperaba con mucha más expectación la siguiente. Pero no la hubo. Por este canal, el Rey calló. Desde entonces, con el caso Urdangarín, las operaciones del Rey y la irrupción de la princesa Corinna, Zarzuela ha cuidado los gestos y Don Juan Carlos se ha limitado a hacer comentarios a su entrada y salida del hospital.


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