MADRID.- Zarzuela es un polvorín. La imputación (fallida) de la infanta Cristina, el goteo de informaciones judiciales en contra de Iñaki Urdangarín, la bronca de la infanta Elena con los paparazzi en San Isidro... la lista de polémicas es amplia y variada. Lo que nadie esperaba es que la más afectada fuera Letizia Ortiz, una princesa... ¡al borde de un ataque de nervios!
Recientemente el Príncipe Felipe y su esposa celebraban su noveno aniversario de bodas. Pero el cuento de hadas de la otrora periodista poco a poco se ha tornado en pesadilla. La estocada final se la daba su propio primo David con la publicación del libro 'Adiós, Princesa', en el que revela detalles muy escabrosos de su biografía, entre ellos su supuesto aborto.
Según apunta El Chivato en 'El Confidencial Digital', "la princesa Letizia se muestra especialmente nerviosa esta última temporada, y se le está notando externamente". En algunas audiencias que la consorte ha protagonizado, los invitados se han percatado de su estado emocional.
"Por lo visto, y en estas situaciones públicas, le cuesta 'mantener el tipo' las veinticuatro horas y no logra disimular lo que lleva por dentro", añade el compañero. A servidor le impacta especialmente que alguien con su estatus haya pronunciado en plena labor groserías. "¡Qué coñazo!", espetaba de acuerdo a la versión del citado medio.
Para más inri, los medios rosas afirman que los Príncipes de Asturias no atraviesan su mejor momento. Al parecer, ella se ha agobiado y ha reclamado su "espacio". Dicen incluso que ha vuelto a irrumpir en la noche madrileña y sus escapadas en avión, a destinos como Londres o Miami, dieron mucho que hablar.
"Don Felipe sabe que la presión que sufre su esposa es inmensa, los dos necesitan espacio e independencia; Letizia aún más porque le da mucha importancia a su vida privada y al tiempo que pasa con sus hijas. Lo natural en una madre tan volcada como ella", comentaba hace meses una fuente cercana a la pareja a 'La Otra Crónica' de 'El Mundo'. De todos modos, con los pocos indicios que tenemos, hablar de crisis amorosa es toda una osadía.
Recientemente el Príncipe Felipe y su esposa celebraban su noveno aniversario de bodas. Pero el cuento de hadas de la otrora periodista poco a poco se ha tornado en pesadilla. La estocada final se la daba su propio primo David con la publicación del libro 'Adiós, Princesa', en el que revela detalles muy escabrosos de su biografía, entre ellos su supuesto aborto.
Según apunta El Chivato en 'El Confidencial Digital', "la princesa Letizia se muestra especialmente nerviosa esta última temporada, y se le está notando externamente". En algunas audiencias que la consorte ha protagonizado, los invitados se han percatado de su estado emocional.
"Por lo visto, y en estas situaciones públicas, le cuesta 'mantener el tipo' las veinticuatro horas y no logra disimular lo que lleva por dentro", añade el compañero. A servidor le impacta especialmente que alguien con su estatus haya pronunciado en plena labor groserías. "¡Qué coñazo!", espetaba de acuerdo a la versión del citado medio.
Para más inri, los medios rosas afirman que los Príncipes de Asturias no atraviesan su mejor momento. Al parecer, ella se ha agobiado y ha reclamado su "espacio". Dicen incluso que ha vuelto a irrumpir en la noche madrileña y sus escapadas en avión, a destinos como Londres o Miami, dieron mucho que hablar.
"Don Felipe sabe que la presión que sufre su esposa es inmensa, los dos necesitan espacio e independencia; Letizia aún más porque le da mucha importancia a su vida privada y al tiempo que pasa con sus hijas. Lo natural en una madre tan volcada como ella", comentaba hace meses una fuente cercana a la pareja a 'La Otra Crónica' de 'El Mundo'. De todos modos, con los pocos indicios que tenemos, hablar de crisis amorosa es toda una osadía.
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