MADRID.- Alfredo Pérez Rubalcaba quiere imponer en su partido “una exquisita
prudencia” en cualquier reacción que afecte a la Corona. Así se lo ha
transmitido a los miembros de la ejecutiva federal después de la
imputación de la infanta Cristina, a pesar de que buena parte de sus
dirigentes opinan que el PSOE debería abanderar el debate sobre la
abdicación de don Juan Carlos ante el descrédito acumulado por la Casa
Real.
Todo lo relacionado con la imputación de la infanta Cristina debe abordarse con “exquisita prudencia”.
Este es el criterio que Rubalcaba ha trasladado a los miembros de su
ejecutiva, a los que ha informado de parte del contenido de algunas conversaciones que ha mantenido con el monarca sobre el desprestigio que sacude desde hace años a la Corona y
la forma de hacerlo frente. El líder socialista ve al monarca muy
permeable a todas las sugerencias que apuntan a la necesidad de
introducir la máxima transparencia en el funcionamiento de la Casa Real
y, según fuentes socialistas, “nada atrincherado” a la
hora de hacer todos los gestos que se le sugieran para arrojar luz
sobre el manejo de los dineros que, por importe de ocho millones de
euros, se le destinan anualmente vía Presupuestos.
Es esta actitud de don Juan Carlos abierta a los cambios en el comportamiento de la Familia Real la
que ha llevado a Rubalcaba a defender ante miembros de la ejecutiva
socialista que no tiene sentido abanderar en estos momentos el debate
sobre la abdicación, al menos hasta que la iniciativa no proceda de la propia Casa Real y esté previamente pactada con el Gobierno de Mariano Rajoy. Solo algunas voces discordantes, las del catalán Pere Navarro, el madrileño Tomás Gómez y el vasco Odón Elorza,
se han atrevido a apostar en público por una sucesión en el Trono, si
bien son muchas las que en la propia ejecutiva federal, en los órganos
de gobierno de las distintas federaciones y en las Juventudes
Socialistas consideran un grave error eludir esta discusión, máxime
después de la debilidad con la que ha empezado a desenvolverse el Rey
tras su operación de cadera, como quedó demostrado en la reciente Pascua Militar.
Rubalcaba ha hablado también con Mariano Rajoy del grave descrédito
que castiga a la Corona y ambos están de acuerdo en dejar, de momento,
que la iniciativa de una posible abdicación proceda del propio monarca, informan fuentes socialistas.
Lo que no puede garantizar el secretario general del PSOE es que este
pacto para no acelerar la llegada al Trono del Príncipe perdure mucho en
el tiempo. “La presión de la militancia para que el partido
conteste a algunos desmanes de la Monarquía es cada vez mayor, nuestras
juventudes ven claro que ha llegado el tiempo para una nueva generación y ya que no somos tan valientes como para defender nuestros principios republicanos, por lo menos deberíamos atrevernos a sugerir una abdicación a la holandesa”, apunta un miembro de la ejecutiva.
Rubalcaba se sigue moviendo para que esto no ocurra y también para que
nadie levante la voz a favor de la abdicación del Rey en el Comité
Federal, máximo órgano del PSOE entre Congresos, previsto para el
próximo sábado, 18. Cada vez le va a ser más difícil mantener el relativo éxito que obtuvo en la pasada conferencia política,
donde el debate sobre la Monarquía fue orillado y, lejos de jalearse
los principios republicanos, recogidos en unos tibios abucheos contra la
Corona, los socialistas solo asomaron una tímida apuesta a favor de
regular el orden de la sucesión, la abdicación y la renuncia del Rey
mediante la elaboración de la ley Orgánica prevista en el artículo 57.5
de la propia Constitución. Al final, el atrevimiento solo alcanzó a
reclamar que la Monarquía responda “con eficacia, austeridad, transparencia y ejemplaridad a sus funciones constitucionales”,
algo que no llegó a tener reflejo en ninguna de las propuestas
presentadas por el PSOE en el anterior periodo parlamentario de
sesiones.
Pese a los discursos oficiales, con el ‘caso Urdangarin’ en plena efervescencia y la imputación de la infanta Cristina encabezando su último capítulo,
crecen las voces en el PSOE de quienes apuestan por contribuir a una
sucesión ordenada en la Corona, aprovechando el margen que puede dejar
la incipiente recuperación económica. Pero aun estas opiniones moderadas
creen que Rubalcaba no cederá hasta no ver también encauzado el conflicto catalán,
el mismo al que se aferra para justificar en privado su permanencia en
el cartel electoral bajo el velo de la responsabilidad institucional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario