miércoles, 8 de enero de 2014

Rubalcaba se empeña en eludir el debate sobre la abdicación del Rey sembrando el malestar en el PSOE

MADRID.- Alfredo Pérez Rubalcaba quiere imponer en su partido “una exquisita prudencia” en cualquier reacción que afecte a la Corona. Así se lo ha transmitido a los miembros de la ejecutiva federal después de la imputación de la infanta Cristina, a pesar de que buena parte de sus dirigentes opinan que el PSOE debería abanderar el debate sobre la abdicación de don Juan Carlos ante el descrédito acumulado por la Casa Real.

Todo lo relacionado con la imputación de la infanta Cristina debe abordarse con “exquisita prudencia”. Este es el criterio que Rubalcaba ha trasladado a los miembros de su ejecutiva, a los que ha informado de parte del contenido de algunas conversaciones que ha mantenido con el monarca sobre el desprestigio que sacude desde hace años a la Corona y la forma de hacerlo frente. El líder socialista ve al monarca muy permeable a todas las sugerencias que apuntan a la necesidad de introducir la máxima transparencia en el funcionamiento de la Casa Real y, según fuentes socialistas, “nada atrincherado” a la hora de hacer todos los gestos que se le sugieran para  arrojar luz sobre el manejo de los dineros que, por importe de ocho millones de euros, se le destinan anualmente vía Presupuestos.
Es esta actitud de don Juan Carlos abierta a los cambios en el comportamiento de la Familia Real la que ha llevado a Rubalcaba a defender ante miembros de la ejecutiva socialista que no tiene sentido abanderar en estos momentos el debate sobre la abdicación, al menos hasta que la iniciativa no proceda de la propia Casa Real y esté previamente pactada con el Gobierno de Mariano Rajoy. Solo algunas voces discordantes, las del catalán Pere Navarro, el madrileño Tomás Gómez y el vasco Odón Elorza, se han atrevido a apostar en público por una sucesión en el Trono, si bien son muchas las que en la propia ejecutiva federal, en los órganos de gobierno de las distintas federaciones y en las Juventudes Socialistas consideran un grave error eludir esta discusión, máxime después de la debilidad con la que ha empezado a desenvolverse el Rey tras su operación de cadera, como quedó demostrado en la reciente Pascua Militar.
Rubalcaba ha hablado también con Mariano Rajoy del grave descrédito que castiga a la Corona y ambos están de acuerdo en dejar, de momento, que la iniciativa de una posible abdicación proceda del propio monarca, informan fuentes socialistas. Lo que no puede garantizar el secretario general del PSOE es que este pacto para no acelerar la llegada al Trono del Príncipe perdure mucho en el tiempo. “La presión de la militancia para que el partido conteste a algunos desmanes de la Monarquía es cada vez mayor, nuestras juventudes ven claro que ha llegado el tiempo para una nueva generación y ya que no somos tan valientes como para defender nuestros principios republicanos, por lo menos deberíamos atrevernos a sugerir una abdicación a la holandesa”, apunta un miembro de la ejecutiva.
Rubalcaba se sigue moviendo para que esto no ocurra y también para que nadie levante la voz a favor de la abdicación del Rey en el Comité Federal, máximo órgano del PSOE entre Congresos, previsto para el próximo sábado, 18. Cada vez le va a ser más difícil mantener el relativo éxito que obtuvo en la pasada conferencia política, donde el debate sobre la Monarquía fue orillado y, lejos de jalearse los principios republicanos, recogidos en unos tibios abucheos contra la Corona, los socialistas solo asomaron una tímida apuesta a favor de regular el orden de la sucesión, la abdicación y la renuncia del Rey mediante la elaboración de la ley Orgánica prevista en el artículo 57.5 de la propia Constitución. Al final, el atrevimiento solo alcanzó a reclamar que la Monarquía responda “con eficacia, austeridad, transparencia y ejemplaridad a sus funciones constitucionales”, algo que no llegó a tener reflejo en ninguna de las propuestas presentadas por el PSOE en el anterior periodo parlamentario de sesiones.
Pese a los discursos oficiales, con el ‘caso Urdangarin’ en plena efervescencia y la imputación de la infanta Cristina encabezando su último capítulo, crecen las voces en el PSOE de quienes apuestan por contribuir a una sucesión ordenada en la Corona, aprovechando el margen que puede dejar la incipiente recuperación económica. Pero aun estas opiniones moderadas creen que Rubalcaba no cederá hasta no ver también encauzado el conflicto catalán, el mismo al que se aferra para justificar en privado su permanencia en el cartel electoral bajo el velo de la responsabilidad institucional.

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