PALMA DE MALLORCA.- El perito que ha declarado a última hora de la tarde a
propuesta de Manos Limpias se ha definido ante el juez José Castro como
un "mercenario jurídico tributario" y ha afirmado que la hija del Rey no
habría defraudado en el impuesto de sociedades, sino que en todo caso
sería cooperadora necesaria -figura indispensable de cara a la comisión
de un delito- de las irregularidades en que presuntamente incurrió su
marido, Iñaki Urdangarin, al disminuir su tributación en el IRPF.
Durante una comparecencia que fuentes presenciales en la
misma han calificado de "bochornosa, esperpéntica y ofensiva", el perito
ha negado proporcionar al magistrado los suficientes datos
identificativos sobre él, como para quién trabaja, limitándose a dar su
nombre y a definirse como un "mercenario jurídico tributario", lo que ha
provocado las risas de los presentes en la declaración.
Según han manifestado, el perito ha apuntado que sus
afirmaciones sobre la Infanta se basan en unas "notas" que ha realizado
sobre el papel de la Duquesa al frente de Aizoon en relación con sus
liquidaciones a la Agencia Tributaria.
En cualquier caso, ninguna de las partes se ha inclinado
por pedir que se modifique nada de cara a la declaración de la Infanta,
prevista el 8 de febrero, sino que será "en todo caso" al iniciarse su
interrogatorio cuando se producirían nuevas circunstancias. De hecho, el
propio Castro, a su salida de los Juzgados de Via Alemania, en torno a
las 21.10 horas, ha manifestado que "en principio" no habrá "nada" hasta
entonces.
Tal y como ha precisado el testigo, la Infanta fue
cooperadora necesaria de los delitos fiscales en que habría incurrido
Urdangarin en relación al IRPF de 2007 y 2008, por cuanto su papel en
Aizoon habría sido imprescindible para que su esposo defraudase a
Hacienda en este sentido como socia de la empresa, al participar en las
juntas generales de la misma y al haber consentido la creación de ésta
como "pantalla" para eludir sus obligaciones tributarias.
En concreto, el perito ha hecho referencia a los más de
120.000 euros que el Duque habría defraudado por cada una de las dos
cuotas del IRPF -2007 y 2008-, y ello rmediante el cobro de
retribuciones de entidades privadas por la realización de asesorías por
parte de Urdangarin que, sin embargo, eran facturadas a través de
Aizoon, lo que permitía ocultar al verdadero receptor de los ingresos y
de este modo disminuir su tributación en el IRPF.
De hecho, la propia AEAT señala en uno de sus numerosos
informes que la plantilla de Aizoon no era idónea para los servicios que
supuestamente prestaba y asevera que el importe que percibió esos dos
años por el alquiler de inmuebles, la actividad aparente de la empresa
(30.576 euros en 2007 y 27.329 en 2008) era muy inferior a los importes
facturados por la supuesta actividad de asesoría (645.453 euros en 2007 y
494.156 un año después).
En lo que se refiere a un supuesto delito por la
defraudación en el impuesto de sociedades, el perito ha apuntado que la
Infanta no habría intervenido en esta irregularidad, al que apunta el
propio Castro al sostener cómo hubo una desviación de fondos desde
Aizoon a sus dos únicos socios -los Duques de Palma-, pero no con cargo a
la cuenta de resultados o remanente de la misma, sino con cargo a la
cuenta de gastos que, al tiempo que minoraba los beneficios, también lo
hacía de la base imponible del impuesto de sociedades.
Precisamente, Hacienda elevó a un total de 698.824 euros el
importe total que el matrimonio destinó desde su sociedad a la reforma
del palacete de Pedralbes y a otros gastos particulares. Más en
concreto, la AEAT estima en 436.703 euros el dinero que los Duques
cargaron a Aizoon entre 2004 y 2006 por la rehabilitación de su vivienda
barcelonesa y en 262.120 los fondos que destinaron a otras
adquisiciones personales de 2004 a 2010.
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