jueves, 5 de junio de 2014

Felipe VI será proclamado sin la pompa de las Casas Reales europeas

MADRID.- No habrá misa para dar a conocer a los nuevos Reyes, ni vendrán las Casas Reales europeas a ceremonia alguna como ocurrió en 1975, cuando Juan Carlos I fue proclamado Rey. Felipe VI prestará juramento ante las Cortes Generales en una sesión para la que aún no hay fecha pero que, conforme al calendario que maneja el Parlamento, podría tener lugar el 18 de junio o incluso el 19, festividad del Corpus Christi. Y lo hará sin que otras monarquías sean testigos de ello.

Sí es muy probable, según fuentes de Zarzuela, que la proclamación del hoy Príncipe de Asturias como Rey incluya una parada militar y, por ese motivo, no se descarta que don Felipe jure el cargo vestido con su uniforme de capitán general de los ejércitos. Abrirá la sesión el presidente del Congreso, Jesús Posada, y tras la jura el nuevo monarca pronunciará su primer discurso, un discurso que prepara con su equipo y que antes tendrá que dar a conocer al Gobierno. Pero todo estará revestido de una cierta sobriedad.
Un día o dos antes, el Rey Juan Carlos I habrá sancionado su última ley, la que aprueba su abdicación, en un acto solemne que tendrá lugar en el Palacio de la Real. En principio esa firma tendrá lugar el mismo día en que el Senado diga sí a esa decisión "personalísima" que, según insisten en la casa real, el Monarca empezó a madurar en enero, tras su atribulada intervención en la Pascua Militar.
La ley, que no tiene carácter normativo, será publicada inmediatamente en el BOE y a partir de ese momento se hará efectiva. Es decir, don Felipe será ya Felipe VI. Habrá muchos cambios que acompañen esta transición. Pero aún están por decidir.
Don Juan Carlos perderá la inmunidad de la que ha gozado como jefe del Estado y pasará a tener protección jurídica como aforado ante el Tribunal Supremo, lo que requiere una modificación en la ley orgánica del poder judicial. Una disposición transitoria definirá además su figura y la de la Reina Sofía pero lo que ya ha dejado claro es que no desea utilizar ninguno de los títulos de la Corona (por ejemplo el de Conde de Barcelona, perteneciente a su padre).
No está tampoco claro cuáles serán sus funciones. En Zarzuela subrayan que eso ha de decidirlo el nuevo Rey de conformidad con el Gobierno, pero algo apuntan ya: "pocas personas tienen una agenda internacional tan valiosa". Es probable que siga contribuyendo a la marca España.

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