MADRID.- Dos juezas de Madrid han acordado no admitir a trámite sendas demandas de filiación planteadas por un hombre y una mujer que sostienen ser hijos del rey Juan Carlos. Las magistradas coinciden en el argumento de que la inviolabilidad e irresponsabilidad de los actos del monarca que define la Constitución impide proseguir contra él procesos de esta índole.
Estas
decisiones judiciales han sido tachadas de "desvarío" por el diputado
de Izquierda Unida Gaspar Llamazares. "Incluso en un marco tan laxo como
el que la Constitución Española fija para el rey, ampliar su aplicación
al ámbito del derecho de familia me parece excesivo y desmesurado", declaró a Público el parlamentario de IU.
Añadió que según esa argumentación Juan Carlos tendría la consideración de un "rey absoluto e impune", cuando es un rey constitucional, "que debe responder de demandas de paternidad como cualquier otro ciudadano". En
su opinión, tiene derechos y obligaciones "que no se suspenden por el
hecho de ser rey".
"Aunque no gobierna, tiene atributos de reyes que sí
gobernaban y de manera absoluta. Es impensable".
Izquierda Unida tiene planteada una proposición al Gobierno para que se estableza por ley un Estatuto de la Casa Real, que regule, entre otros extremos, ante qué tribunal debe responader el monarca, cubriendo el vacío legal existente al respecto.
Desde el punto de vista exclusivamente jurídico, el portavoz de Jueces para la Democracia,
Joaquim Bosch, también considera los autos discutibles. En su opinión,
la inviolabilidad e irresponsabilidad que la Constitución predica del
monarca se refiere exclusivamente a sus funciones y actos como jefe del
Estado, lo que se colige de que el monarca se limita a refrendar
decisiones de otras instituciones como el Gobierno.
Pero esa falta
de responsabilidad no puede alcanzar al ámbito civil, ya que afectaría a
otros principios constitucionales como el de igualdad. "Una protección
tan extensiva supondría privar de otros derechos a otros ciudadanos,
como en este caso el derecho a reclamar la paternidad, la tutela
judicial efectiva, la no indefensión, o la igualdad de todos ante la
Ley".
Bosch indica que cualquier desigualdad de trato debe tener
una justificación razonable, y en este caso no acierta a comprender cuál
puede ser.
Las titulares de los juzgados de Primera Instancia número 19 de
Madrid, María Isabel Ferrer-Sama, y número 90, Milagros Aparicio, han
acordado este mes la inadmisión a trámite de sendas demandas de
filiciación planteadas por Albert Solá Jiménez e Ingrid Jeanne Satiau,
que pedían que se les declarase hijos del rey "por vía consanguínea".
La
juez Ferrer-Sama tardó un día en rechazar la tramitación de la demanda
de Solá Jiménez, al destacar, según recoge en su auto, que el artículo
56 de la Constitución establece que "la persona del rey es inviolable y
no está sujeta a responsabilidad".
Añade que ese artículo recoge "la tradición histórica e internacional"
que atribuye al monarca una protección o estatus especial que
imposibilita no sólo que se le exija responsabilidad penal, sino también
que se dirijan contra él acciones civiles como una demanda de
filiación. Según ella, la doctrina, "no sin alguna fisura, establece la
inviolabilidad para la conducta personal del Rey, y la irresponsabilidad, para los actos que realice en ejercicio de sus funciones constitucionales.
La magistrada también subraya que ningún precepto de la Ley del Poder
Judicial atribuye a ningún juzgado el conocimiento de las demandas
civiles contra el rey, ya sea por actos de carácter personal o del
ejercicio del cargo, lo que interpreta como que ha sido el propio legislador quien
ha trasladado la inviolabilidad del rey a las normas orgánicas y
procesales al no prever ningún órganos jurisdiccional para conocer los
litigios contra el rey.
La otra juez, Milagros Aparicio, es más escueta al no tramitar la demanda de Ingrid Sartiau, y se limita a destacar "el blindaje constitucional" del rey frente a este tipo de demandas, ya que es inviolable de acuerdo a la Carta Magna.
Estas
dos personas pueden apelar ahora a la Audiencia Provincial de Madrid,
previo depósito de 50 euros. Albert Solá Jiménez, gerundense de 56 años,
asegura que su madre se quedó embarazada del rey tras conocerle en
Barcelona, donde él viajaba estando en la academia militar de Zaragoza.
Nació en 1956, siete años antes que la infanta Elena, la hija mayor de
los reyes.
En cuanto a Ingrid Sartiau, belga de 46 años, dice que
su madre tuvo una relación con el rey hasta 1966, fruto de la cual nació
ella en aquel año --nació después de la infanta Cristina y antes del
príncipe Felipe--. Ambas personas se han sometido a un test de
compatiblidad de adn por un especialista de la Universidad de Lovaina,
que ha establecido que son hermanos al 91 por ciento de probabilidad.
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