Cadenas de radio, canales de televisión, periódicos
de internet, me han preguntado amablemente durante toda la mañana:
“¿Cree usted, señor Anson, que el Rey debe abdicar como ha hecho la
Reina de Holanda?” Mi respuesta ha sido siempre la misma: “Pues claro
que Don Juan Carlos debe abdicar… cuando cumpla cien años”.
El Rey está en su mejor momento de lucidez, de experiencia, de
moderación. Es el equilibrio de la vida española, la mayor garantía para
la estabilidad de la nación. A mí me parece que su presencia en estos
momentos es fundamental y que está aportando a la vida española la
serenidad necesaria para superar, no ya la crisis económica, sino la
crisis política que nos zarandea.
Los que quieren desestabilizar el orden social reinante en España, los
que desean la distorsión y la confrontación, apuestan por introducir en
la comprometida situación actual la tensión adicional de una abdicación
innecesaria y contraproducente.
España precisa hoy más que nunca del
prestigio y de la experiencia de Juan Carlos I. No solo no debe abdicar
sino que lo conveniente es que prorrogue lo más posible, hasta que las
fuerzas físicas le fallen, su presencia y su equilibrio en la Jefatura
del Estado.
Don Juan Carlos tiene largos años por delante. No sé si los
25 que le faltan para cumplir los 100 pero sí hay mucho tiempo para que
los españoles continúen disfrutando de su eficacísima gestión en el
arbitraje y la moderación que el pueblo español le encomendó en la
Constitución.
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