MADRID.- En uno de los momentos más delicados de la historia de la monarquía española desde la Transición, envuelta en escándalos como el caso Urdangarin o el viaje del jefe del Estado a Botswana, La 1 estrenó hoy Audiencia Abierta (sábado, 13.30 horas), un espacio informativo, presentado por Ángeles Bravo, en el que se pretende ofrecer al ciudadano una “cobertura informativa contextualizada y analizada de las actividades del Jefe del Estado, el rey, y el sucesor a la la jefatura del estado”, señala a Público su director, Miguel Ángel Sacaluga, también miembro del consejo de administración de RTVE a propuesta del PSOE.
El
programa ya ha levantado polémicas incluso antes de ser estrenado. Hay
quien ve en esta iniciativa un intento de lavar la imagen de la jefatura
del Estado que coincide con otros movimientos en este sentido como la renovación de la web la Casa Real o incluso el paseo del príncipe Felipe el pasado miércoles por las calles de Madrid.
Sacaluga se muestra tajante en este aspecto: “Puedo entender que la
gente tengas sospechas o que pueda pensar así. Pero no puedo entender
que las críticas estén escritas ya, sin ver el programa”, señala el
director, quien asegura que no eludirá posibles temas polémicas que
tengan relación con el rey o el príncipe.
“Si llegan a producirse
acontecimientos como el viaje a Botswana, por supuesto que
informaremos. (...) No vamos a ir a buscar la crítica pero tampoco vamos
a eludirla”, señala.
En un momento tan complicado para la
monarquía, siempre en el punto de mira, y con TVE también en el
disparadero, ¿qué te lleva a iniciar un reto como este?
Creo
que una de las funciones de la televisión pública tiene que ser la
difusión de los valores constitucionales y en esta difusión entra la
información sobre las instituciones constitucionales y la monarquía es
la primera que recoge la Constitución. Además, tenemos un mandato marco
que rige la función de la televisión pública y que concreta que tenemos
que informar de las actividades de estas instituciones. Ya hay un
programa sobre las cámaras parlamentarias o las instituciones europeas.
Es una labor de servicio público con información rigurosa y objetiva.
¿La objetividad de la que habla comprende a la crítica? ¿O esta quedará fuera?
No
vamos a ir a buscar la crítica pero tampoco vamos a eludirla. El
espíritu crítico es consustancial a la actividad periodística. Cuando
haya elementos de crítica pues se transmitirán estos elementos, pero
siempre y cuando afecten a las actividades de la jefatura del Estado, es
decir del rey y de su sucesor, el príncipe.
Si sucediese un episodio similar a la caza de elefantes del rey en Botswana, ¿su programa se haría eco de la polémica?
Si
llegaran a producirse acontecimientos de este calado, por supuesto. Si
esa es la actualidad y afecta a la jefatura del Estado vamos a informar.
Igual que un tema de estos tiene un tratamiento en el informativo, pues
nosotros también lo trataremos como el resto de los actos y las
actuaciones de la jefatura del Estado.
¿Tendrán cabida
informaciones de otros miembros de la familia real como el escándalo de
corrupción en el que está envuelto Urdangarin?
Pues
depende. El tema Urdangarin es muy amplio. El seguimiento puntual del
proceso del caos Noos no veo en qué afecta a la jefatura del Estado. Si
produjera efectos en la jefatura del Estado, que también es posible,
pues entonces evidentemente sí.
El criterio de afectar o
no la institución como tal es un valor muy subjetivo. El caos Noos que
cita afecta a la Jefatura del Estado, como mínimo en cuanto a niveles de
credibilidad.
Toda labor periodística tiene un punto de
subjetividad. Cuando se analiza una información se destaca lo más
importante y eso tiene un punto de subjetividad. Pero nuestro criterio
es si influye o no en el funcionamiento de la institución. Creo que está
bastante acotado.
El estreno del programa llega en un momento delicado para la
Casa Real y coincide en el tiempo con la renovación de la web de la Casa
Real o incluso con el cambio de actitud adoptado por la Corona y que se
refleja en el paseo del príncipe de ayer por Madrid ¿Entiende que haya
sospechas de que este programa pueda servir para lavar la imagen de la
monarquía?
Puedo entender que la gente tenga sospechas o
que pueda pensar así. Pero no puedo entender que las críticas estén
escritas ya, sin ver el programa. Aquí hay un segundo elemento
fundamental, el proyecto del programa se presentó mucho antes de que
sucediera todo esto. Había un vacío informativo sobre la actividad de la
jefatura del Estado, igual que hay programa sobre el parlamento o un
programa sobre las instituciones europeas.
Será difícil satisfacer a todos los públicos.
Aceptaré
con gusto todo tipo de críticas que tengan que ver con el producto
teniendo en cuenta que el programa trata de hacer una cobertura
informativa dentro de un mandato parlamentario. Soy consciente de que
tendremos críticas por todos lados. Algunos consideren que es un acto de
comunicación y otros porque dirán que no estamos abundando
suficientemente a la Monarquía, pero esto es como siempre. Escucharé las
críticas y trataré corregir cuando entienda que nos hemos equivocado
pero también mantendré la línea si entiendo que no es una equivocación
sino una opinión. Es muy difícil hacer una cosa y la contraria, y seguro
que nos acusarán de ello.
Concretando más, ¿qué recogerá vuestro primer programa?
Tratará
el día de la Hispanidad y el papel constitucional del rey en
Iberoamérica. Pero también hablaremos de muchas otras cosas como los
actos de inauguración del curso escolar por los príncipes, lo que
entiende la Constitución como las competencias generales del Jefe del
Estado en una monarquía parlamentaria o las relaciones del rey con el
Parlamento. Además, cada semana haremos un pequeño capítulo que recoja
una pequeña parte de la historia de la monarquía constitucional, así
como repasaremos otras monarquías como la de Gran Bretaña o Japón.
Tendrá cabida en esa información los abucheos que recibió el príncipe junto al ministro de Educación José Ignacio Wert en la inauguración del curso escolar.
Sí,
vienen recogidas. Están las imágenes de los abucheos donde también
explicamos los motivos de la protesta. Evidentemente, esta cuestión
tampoco es el centro de la pieza porque tampoco fue el centro del acto,
pero viene recogido.
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