PALMA DE MALLORCA.- "La misión, como el deseo mío y creo que lo
compartimos todos, es el de terminar esta instrucción lo antes posible.
Pero no la vamos a terminar de cualquier forma". Así de contundente se
mostró el juez instructor del caso Nóos, José Castro, nada más arrancar
la segunda comparecencia como imputado del Duque de Palma, Iñaki
Urdangarin, en el marco de la causa que investiga el presunto desvío de
5,8 millones de euros a través del Instituto Nóos.
Al inicio de la declaración, a cuya transcripción, de un total de
83 páginas, el magistrado se mostró ante
el encausado "perfectamente consciente del mal trago que está pasando, y
créame que no obedece a capricho el convocarle por segunda vez", le
puso de manifiesto el instructor antes de iniciar su extenso
interrogatorio, que se prolongaría, a lo largo de la mañana del pasado
23 de febrero, durante más de cuatro horas.
Dicho lo anterior, Castro aseveró que "vamos a llegar a lo que
tenga que ser", para acto seguido explicar al Duque que o "podemos
llegar a la verdad con su colaboración y será todo más fácil" aunque "no
está obligado a prestarla", o "podemos llegar sin su colaboración y
será más laborioso, pero es usted el que tiene que decidir, obviamente
siguiendo el consejo de su letrado, que es el consejo que está usted
llamado a seguir".
Una introducción tras la cual el encausado procedió a anunciar que
iba a declarar, si bien no en referencia, por cuestionar su
autenticidad, a los correos electrónicos aportados por su exsocio Diego
Torres, de los que se desprendería que la Casa Real estaba al tanto de
las actividades desarrolladas por Nóos.
Precisamente, el Duque comenzó
su deposición leyendo un comunicado en el que afirmaba que "la Casa de
Su Majestad el Rey no opinó, asesoró, autorizó o avaló las actividades
que yo he desarrollado en el Instituto Nóos".
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