PALMA DE MALLORCA.- La Audiencia Provincial de Baleares será la
encargada de resolver la petición del sindicato Manos Limpias dirigida a
comprobar la autenticidad de las firmas plasmadas en las actas de
Aizoon -empresa de la que son copropietarios los Duques de Palma- y
practicar una prueba caligráfica a la Infanta Cristina y su marido,
Iñaki Urdangarin. Se trata de unas diligencias que el juez instructor
del caso Nóos, José Castro, ha rechazado hasta en dos ocasiones.
Mediante una providencia dictada este martes, el titular del
Juzgado de Instrucción nº 3 de Palma ha elevado al anterior órgano
judicial el recurso de apelación interpuesto por Manos Limpias contra la
decisión del magistrado de no realizar estas pruebas. Tal y como alega
Castro, estas diligencias harían "caprichosamente inacabable" la
instrucción del caso, mientras que si la firma de la Infanta fue
falsificada debe ser ella "y no terceros" quien así lo denuncie.
En el último auto que dictó al respecto, el juez recalcaba que la
práctica de estas periciales ralentizarían el final de la instrucción,
"pretendiendo que este Juzgado supla la inactividad de quienes, por no
sentirse afectados por hipotéticas falsedades, ninguna alegación han
hecho al respecto" -en alusión a los Duques-.
En concreto, el sindicato solicita que se le requiera al notario
Carlos Masià, quien participó en la constitución de Aizoon, que aportase
al Juzgado diversos documentos relacionados con las Juntas Universales
de la empresa celebradas el 29 de julio de 2005 y el 26 de abril de
2006, a fin de acceder a las firmas originales de éstas. En ellas, tanto
la Infanta como Urdangarin intervinieron respectivamente como
presidenta y secretario para tomar determinados acuerdos -la designación
de los cargos de la Junta de Aizoon y el traslado de su domicilio
social-.
Unos acuerdos que, justificaba Castro en una anterior resolución,
fueron posteriormente elevados a públicos por el Duque ante Carlos
Masià, notario autorizante que "era sobradamente conocedor de la
identidad de don Iñaki Urdangarin, de la calidad en virtud de la cual
protocolizaba los referidos acuerdos y de su firma, razón por la cual
ninguna duda debió abrigar sobre la autenticidad de los documentos que
se le presentaron para autorizar su elevación a públicos".
Es por ello que, recalcaba, no procede que terceras personas que
no intervinieron en la confección de las actas "se cuestionen en estos
momentos la, cuando menos, aparente realidad de tales Juntas, la
asistencia de las personas que en ellas se dice ni las firmas con las
que dieron su conformidad a lo que en ellas supuestamente se decidió,
debiendo en un principio tenerse como cierto su contenido".
Asimismo, recordaba que la propia Infanta afirmó en el curso de su
declaración que nunca actuó como presidenta de las Juntas Universales
de Aizoon y, "es más, ni tan siquiera asistió a ellas". En cuanto a la
práctica de una pericial caligráfica, Castro asevera que si Doña
Cristina "presidió las Juntas, simplemente asistió o ni una cosa ni
otra, es algo que difícilmente podrá constatarse acudiendo a una
pericial caligráfica de las firmas".
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