miércoles, 18 de junio de 2014

Don Juan Carlos cedió su puesto al nuevo Rey y doña Sofía besó a su marido


MADRID.- El reloj marcaba las 18.13 horas cuando don Juan Carlos firmó su abdicación. Rajoy, acto seguido, estampó su rúbrica al lado de quien ha reinado en España los últimos 39 años. Antes, en la lectura de la norma, don Juan Carlos parecía un tanto ausente. 

A saber qué pasaba por la cabeza del Rey en el momento de confirmar su adiós. Mientras, la reina Sofía mantenía una tímida sonrisa. Don Felipe golpeaba sus dedos pulgares y doña Letizia giraba casi todo el rato la cabeza, buscando con su mirada las de las pequeñas Leonor y Sofía.
Y el llegó el momento. Se firmó el real decreto que da paso al reinado de Felipe VI. Y entonces la pose forzada, de tensa espera, dio paso a una estampa de familia. El rey Juan Carlos, que lo seguirá siendo pese a ceder la jefatura del Estado a su hijo, fue a tomar de nuevo asiento. La reina Sofía, que lo seguirá siendo pese a que cederá paso y joyas reales a la esposa de su hijo, tomó a su marido del brazo izquierdo y le dio un beso en la mejilla. No es habitual una imagen así entre ellos. La última ocasión de algo así fue el día en que don Juan Carlos supo que tenía que pasar de nuevo por quirófano, en septiembre de 2013. Entonces, en la escalinata de Zarzuela, doña Sofía besó a su marido sin saber muy bien por qué. Estaba aguardando la llegada de Guillermo-Alejandro y Máxima de Holanda. Luego se supo que minutos antes la Reina había sido informada de que la cadera de don Juan Carlos estaba infectada. Que el quirófano le aguardaba.
De ese beso, al abrazo con el hijo. Y el aplauso cerrado de doña Letizia, que lució para la ocasión los pendientes que los Reyes le regalaron con motivo de la boda real de hace una década. Y hubo gesto real, el que ofreció don Juan Carlos cediendo su puesto, su silla, al nuevo Rey de España. Y seguía la ovación, a la que se sumaron doña Sofía y también don Felipe. Y doña Letizia seguía sin quitarles el ojo a sus hijas. La infanta Sofía se giró, miró a su tía Elena, quien la animó a seguir aplaudiendo. Y la princesa de Asturias que hoy se convertirá en Reina consorte les hizo un gesto para que se acercaran al abuelo. Otro gesto más. No reaccionaban. Doña Sofía agitó su mano. Y entonces sí. Primero Leonor y luego Sofía. Desde ya se acostumbrarán a esta posición. La primogénita, la heredera, siempre en lugar protagonista. Beso al abuelo, con empujón incluido que acabó con don Juan Carlos sentado en la silla. La infanta Leonor, ruborizada, miró a su madre, quizás buscando su complicidad. Y la encontró. Asintió doña Letizia como diciendo “está bien, no pasa nada”. Beso de la infanta Sofía a su abuelo. Y todos a su sitio. Y siguieron los aplausos. Y a don Juan Carlos se le vio emocionado. Pendía de su pecho el toisón de oro (sin collar). Y a punto estuvo de pender de su rostro un lágrima.

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