MADRID.- El Rey Felipe VI ha iniciado su reinado a las 00.00 horas de este jueves, Día del Corpus, que es cuando se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la ley de abdicación de Don Juan Carlos, que ha entrado inmediatamente en vigor.
Su proclamación como monarca --en España no se corona ni entroniza
al Rey, sino que se le toma juramento y se le proclama-- tendrá lugar a
partir de las 10.30 horas en una sesión solemne de las Cortes Generales
en el Congreso de los Diputados. El Rey Don Juan Carlos seguirá el acto por televisión desde el Palacio de
la Zarzuela.
La primera jornada de Felipe VI como jefe del Estado español
arrancará un poco antes en el Palacio de la Zarzuela. A las 9.30 horas,
el Rey Don Juan Carlos impondrá a su hijo en el Salón de Audiencias el
fajín de Capitán General, pues desde esa medianoche el nuevo monarca
será también jefe supremo de las Fuerzas Armadas.
Desde Zarzuela, los nuevos Reyes, Don Felipe y Doña Letizia,
saldrán hacia el Congreso de los Diputados junto con sus hijas, la
Princesa de Asturias, Doña Leonor, y la Infanta Doña Sofía. Eso sí, en
coches separados, pues el Rey y la Heredera de la Corona deberán evitar,
por motivos de seguridad, viajar en el mismo medio de transporte.
Don Juan Carlos no presenciará en el Congreso la proclamación de
su hijo. Ha tomado la decisión personal de ausentarse para no robar
protagonismo ni a Felipe VI ni al Parlamento, ha explicado un portavoz
de la Casa del Rey.
No obstante, Don Juan Carlos, que seguirá teniendo el tratamiento
de Rey y formará parte de la nueva Familia Real, se reunirá de nuevo con
su hijo tras la proclamación para saludar a los ciudadanos desde el
balcón central del Palacio Real, antes de que los nuevos monarcas
ofrezcan su primera recepción a unos 2.000 representantes de todos los
sectores de la sociedad española.
Todos los presidentes autonómicos han confirmado su asistencia a
la sesión de proclamación, incluido el presidente de la Generalitat,
Artur Mas, que ha adelantado su regreso de un viaje oficial a
California, y el lehendakari vasco, Iñigo Urkullu. Quienes se ausentarán
del Hemiciclo serán los parlamentarios de la Izquierda Plural, Amaiur,
ERC, Compromís, GeroaBai y el BNG.
Felipe VI llegará al Congreso vestido con el uniforme de gran
etiqueta del Ejército de Tierra. Será recibido por vez primera con los
honores militares que le corresponden como jefe del Estado y, tras jurar
lealtad a la Constitución española, ofrecerá un discurso de fondo en el
que esbozará las ideas con las que estrenará su reinado.
Finalizado el acto de proclamación, los nuevos Reyes recorrerán en
coche el centro de Madrid en dirección al Palacio Real. Pasarán por el
Paseo del Prado, la calle Alcalá, Gran Vía y Plaza de España antes de
llegar a la Plaza de Oriente.
La nueva Familia Real, compuesta por los Reyes Don Juan Carlos,
Doña Sofía, Don Felipe y Doña Letizia, junto a la Princesa de Asturias y
la Infanta Doña Sofía, saldrán a saludar a los ciudadanos que se hayan
acercado a la Plaza de Oriente.
Luego, Don Felipe y Doña Letizia saludarán uno a uno a sus 2.000
invitados en la recepción, donde se darán cita políticos, empresarios,
representantes de los sindicatos, personajes del mundo del deporte y de
la cultura y periodistas, entre otros.
Felipe VI va a utilizar "con intensidad" los meses de julio y
agosto para hacer viajes de presentación por la geografía española y el
extranjero. La Casa del Rey tan solo ha adelantado que entre sus
primeros desplazamientos al extranjero estarán previsiblemente los
países vecinos (Marruecos, Francia y Portugal) y los actos de
conmemoración del centenario de la Primera Guerra Mundial en agosto en
Lieja (Bélgica).
También se da por hecho que relevará al actual jefe de la Casa del
Rey, el veterano diplomático Rafael Spottorno, para situar en su lugar
al abogado del Estado Jaime Alfonsín, quien ha sido su mano derecha en
Zarzuela estos últimos 20 años.
En manos de Felipe VI estará también decidir qué papel asigna a
sus padres, los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, y que retribución
económica tendrán, pues, según la Constitución española, el jefe del
Estado distribuye libremente la partida que los Presupuestos Generales
del Estado reservan al Rey para el sostenimiento de su familia y Casa.
En Zarzuela se apunta que tanto al nuevo Rey como al Gobierno
quizás les interese aprovechar la amplia agenda de contactos
internacionales de Don Juan Carlos para encargarle alguna gestión en
este ámbito. En toda caso, las funciones de Don Juan Carlos y Doña Sofía
se irán viendo en el día a día y se descarta regularlas en ningún tipo
de norma.
Jefe del Ejército
El Rey don Juan Carlos impondrá esta mañana a su hijo, el nuevo monarca Felipe VI, el fajín de capitán general de las Fuerzas Armadas, pasándole así el testigo de jefe supremo de los Ejércitos, condición inherente al cargo de Rey, tal y como establece el artículo 62 de la Constitución.
Este acto está programado a las 9.30 horas en el Palacio de la Zarzuela y será el primero del día de la proclamación de Felipe VI como Rey de España. Con él, el nuevo monarca completará el uniforme militar que llevará durante todo el día.
El uniforme, de gran etiqueta del Ejército de Tierra, consta de una guerrera azul con tirilla y puños blancos, pantalón azul, zapatos y calcetines negros, guantes blancos, gorra de plato azul y condecoraciones, además del fajín de capitán general.
El fajín es una prenda que sólo llevan los generales en sus uniformes y se imponen en las ceremonias de ascenso. Este tipo de actos suelen ser muy sencillos y en ellos se invita normalmente a compañeros y familiares del militar ascendido a general.
Estas ceremonias comienzan con la lectura de la orden de ascenso y, después, el padrino del nuevo general, en este caso el Rey don Juan Carlos, puede tomar la palabra si lo desea. Una vez impuesto el fajín el homenajeado pronuncia un pequeño discurso, en el que habitualmente hace un repaso de su vida como militar y agradece el apoyo de compañeros y amigos.
Los fajines que llevan en sus uniformes los generales de las Fuerzas Armadas son todos iguales y lo que les distingue son los entorchados. El capitán general es el único que lleva cinco entorchados.
De este modo, sólo Juan Carlos I y Felipe VI han llevado en sus uniformes un fajín con cinco entorchados, a excepción del exministro de Defensa Manuel Gutiérrez Mellado, a quien a principios de los noventa se le concedió el título honorífico de capitán general y, por tanto, también pudo tener un fajín de estas características.
Las primeras noticias que existen del uso de las bandas y fajas utilizadas por el Ejército español se remontan a la época de las guerras de Italia, en el siglo XVI, si bien su representación iconográfica que llega hasta nuestros días se recoge de grabados, cuadros y documentos pertenecientes al reinado de Felipe IV.
Con la llegada del siglo XIX, concretamente en 1815, se reguló el uso de las fajas de generales, determinando la forma de las borlas, que casi sin variaciones ha llegado hasta hoy en día. Unos años después, en 1844, se suprimió el uso de las fajas de cualquier tipo que no fueran las de general o de Estado Mayor.
La legislación más reciente sobre este aspecto de la uniformidad militar es una orden ministerial del 14 de marzo de 1985, cuando se suprimió la faja para media gala, y otra del 12 de diciembre de 1989, que disponía que la faja fuese única para gala y diario, de punto de seda encarnada, con borlas de hilo de oro, flecos de seda roja y entorchados de empleo.
Jefe del Ejército
El Rey don Juan Carlos impondrá esta mañana a su hijo, el nuevo monarca Felipe VI, el fajín de capitán general de las Fuerzas Armadas, pasándole así el testigo de jefe supremo de los Ejércitos, condición inherente al cargo de Rey, tal y como establece el artículo 62 de la Constitución.
Este acto está programado a las 9.30 horas en el Palacio de la Zarzuela y será el primero del día de la proclamación de Felipe VI como Rey de España. Con él, el nuevo monarca completará el uniforme militar que llevará durante todo el día.
El uniforme, de gran etiqueta del Ejército de Tierra, consta de una guerrera azul con tirilla y puños blancos, pantalón azul, zapatos y calcetines negros, guantes blancos, gorra de plato azul y condecoraciones, además del fajín de capitán general.
El fajín es una prenda que sólo llevan los generales en sus uniformes y se imponen en las ceremonias de ascenso. Este tipo de actos suelen ser muy sencillos y en ellos se invita normalmente a compañeros y familiares del militar ascendido a general.
Estas ceremonias comienzan con la lectura de la orden de ascenso y, después, el padrino del nuevo general, en este caso el Rey don Juan Carlos, puede tomar la palabra si lo desea. Una vez impuesto el fajín el homenajeado pronuncia un pequeño discurso, en el que habitualmente hace un repaso de su vida como militar y agradece el apoyo de compañeros y amigos.
Los fajines que llevan en sus uniformes los generales de las Fuerzas Armadas son todos iguales y lo que les distingue son los entorchados. El capitán general es el único que lleva cinco entorchados.
De este modo, sólo Juan Carlos I y Felipe VI han llevado en sus uniformes un fajín con cinco entorchados, a excepción del exministro de Defensa Manuel Gutiérrez Mellado, a quien a principios de los noventa se le concedió el título honorífico de capitán general y, por tanto, también pudo tener un fajín de estas características.
Las primeras noticias que existen del uso de las bandas y fajas utilizadas por el Ejército español se remontan a la época de las guerras de Italia, en el siglo XVI, si bien su representación iconográfica que llega hasta nuestros días se recoge de grabados, cuadros y documentos pertenecientes al reinado de Felipe IV.
Con la llegada del siglo XIX, concretamente en 1815, se reguló el uso de las fajas de generales, determinando la forma de las borlas, que casi sin variaciones ha llegado hasta hoy en día. Unos años después, en 1844, se suprimió el uso de las fajas de cualquier tipo que no fueran las de general o de Estado Mayor.
La legislación más reciente sobre este aspecto de la uniformidad militar es una orden ministerial del 14 de marzo de 1985, cuando se suprimió la faja para media gala, y otra del 12 de diciembre de 1989, que disponía que la faja fuese única para gala y diario, de punto de seda encarnada, con borlas de hilo de oro, flecos de seda roja y entorchados de empleo.
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