jueves, 25 de octubre de 2012

El Rey y el Príncipe instaron hace un año a Urdangarin y a la Infanta a que se separaran

MADRID.- Los rumores corrieron como el viento aquel mes de noviembre de 2011. Ya se sabía, por informaciones que había ido revelando el diario El Mundo en las útlimas semanas, que Iñaki Urdangarin estaba metido hasta el cuello en las irregularidades del Instituto Nóos y en el desvío de fondos, lo que había hecho que este caso se convirtiera en uno separado del Palma Arena que implicaba a Jaume Matas, el expresidente balear.

Y una imputación era prácticamente inevitable. Nunca en la historia reciente de España se había producido algo así. Un yerno del Rey implicado en un asunto de enriquecimiento ilícito. ¿Quería que su hija viviera como una princesa? Si ya lo era... La situación legal de Iñaki Urdangaron ponía a la Familia Real en una situación realmente delicada. Por eso Iñaki, que se había ido a Washington precisamente a instancias de Don Juan Carlos cuando se empezó a sospechar de sus actividades irregulares, ya en 2009, es llamado a capítulo en Zarzuela.

Eduardo Inda y Esteban Urreiztieta cuentan cómo transcurrió dicha reunión en su libro 'Urdangarin, un conseguidor en la corte del Rey Juan Carlos' publicado por La Esfera de los Libros. Mucho se había hablado ya, sobre todo en tertulias de radio y televisión, acerca de un posible divorcio de Cristina e Iñaki. Claramente, a la Casa Real le resultaba incómodo seguir teniendo en la familia a un hombre que manchaba su imagen.

Pero los que más conocían a la pareja aseguraban que nunca se separarían. Que estaban enamorados, y que quizás esto afianzara más su relación. Y efectivamente, así fue. Lo primero que le dijo el Rey a Urdangarin fue que sacara a su hija "de este lío. Desvincúlala de todo. Di que ella no sabía nada de lo que te traías entre manos. La hija del Rey de España no puede estar imputada. Tienes que hacer una declaración diciendo que la has utilizado y que su firma en el chiringuito ese tuyo era testimonial, que ella no tenía ni idea".

Urdangarin no pudo más, después de que el Príncipe corroborara las palabras de su padre, y estalló: "¡Aquí todo el mundo hace lo que le da la gana, pues yo también!". Y se fue. Pero la cosa no quedó ahí. A pesar de que hacía tiempo que la infanta Cristina no hablaba con su hermano, éste la llamó para decirle que se tenía que separar de Iñaki: "Cristina, tienes que separarte. Esto nos va a afectar muchísimo".

 "No me pienso divorciar de Iñaki", contestó la infanta, "le quiero y es el padre de mis hijos". A lo que el Príncipe le llegó a decir: "Es como si Iñaki te tuviera secuestrada".

Días después, poco antes de la Navidad de 2011, y escasos días antes de que Urdangarin fuera imputado, el Rey recibe a Cristina en Palacio, según Inda y Urreiztieta. También le dice que se separe: "Sería conveniente que te separaras. También por los niños. Pero espera a que amaine la tormenta porque ahora sería un escándalo". 

A la vuelta a Washington, la infanta le dijo a su marido, mientras le abrazaba: "Nos quieren separar y no lo pienso consentir".

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